Luzbell: Reflejos

Capítulo XXVI.

Sandra no podía creer que es estuviera en la biblioteca.

Era una habitación alta, era espaciosa, las paredes eran blancas, sin adornos y el piso tenían un mosaico elegante blanco con un patrón florar. Tenía unas escaleras de concreto y un bonito barandal con un patrón de flores similar al suelo, y estás llevaban a una parte elevada, dentro de la misma sala.

Cada rincón tenía libreros de madera vacíos, descuidados pero limpios, de hecho toda la sala estaba llena del aroma a flores del limpiador.

— ¿Cómo puede estar algo tan grande detrás de la biblioteca sin llamar la atención?— Sandra miro a Diego que estaba en la plataforma, mirando uno de los libreros vacíos que estaban en ese segundo piso.

—No estamos conectados directamente con la biblioteca— Respondió sin mirarlos— Ese espejo en la entrada es un portal que lleva aquí, no hay ventanas, no sé dónde estamos, pero en la escuela seguro que no.

— ¡Eso es increíble!— Alejandro se sentía muy emocionado.

— ¿Cómo encontraste este lugar?— Pregunto José mirando los libreros y tocándolos— Mejor dicho ¿Qué es este lugar?

Diego se giró y les arrojo algo que Alejandro tomo en el aire.

— ¿Un cuaderno?— Alejandro lo observo y Sandra y José se asomaron  vero también. Un cuaderno simple con olor a humedad sin un forro o caratula.

—Cuando buscaba información del espejo, sin querer me topé con el portal, solo se muestra frente a lo regulares— Diego miro a José que era el único que lo miraba— Intente que la gente irregular lo encontrará pero al final el libro llave actúa como un libro normal aunque nunca se lo llevan.

— ¿Sabes quién lo escribió?—­Pregunto Sandra mientras se lo quitaba a Alejandro.

—No, cuando encontré el portal solo me mostró esta sala abandonada y el cuaderno estaba sobre la mesa— Diego se recargo en uno de los libreros— Pese a que encontré algo sobre los espejos, las dudas de este lugar me invadieron.

— ¿Podemos leerlo?— Pregunto Sandra, levantando el libro con nerviosismo.

—Para eso se los entregué— Diego bajo las escaleras y se sentó en una de las viejas sillas— Las sillas resisten, úsenlas.

—Veamos— Dijo Sandra abriéndolo en la primera página para luego fruncir los labios con nerviosismo— ¿Quieren que se los lea?

—Por favor— Alejandro asintió y José hizo lo mismo.

—B-bueno, pero no soy tan buena— Les respondió con mucho nerviosismo y asintió para sí misma— “Los espejos funcionan bien, perfectos catalizadores para la magia, espero que sigan así, por otro lado le asigne el nombre de regulares a los usuarios de magia con sangre de bruja, a los que no pueden usarla los llamare irregulares, pero he descubierto que aún hay otra opción pero seguiré investigando antes de dar un veredicto”

—Quien escribió estas notas debió ser el creador de los espejos— Aseguró Alejandro.

—Es mi teoría, pero no hay forma de saberlo— Diego se encogió de hombros.

—Explica cómo usar la magia elemental, sus relaciones elementales— Dijo Sandra leyendo más—Y habla sobre estos usuarios ¿Condicionales?

—Usuarios que pueden activar los espejos pero que no tienen sangre de brujos— Explico Diego— Sea quien sea, creador o no, investigo a los usuarios y el comportamiento de los espejos a fondo.

— ¿Y dice como deshacerte de ellos?— Preguntó pasando las páginas, entonces se sorprendió del desorden progresivo y el tamaño de la letra. Su forma era mucho más irregular— Espera ¿Qué está pasando?

—No, parece que la unión usuario-espejo es permanente,  ese era su objetivo— Respondió Diego mirándola.

— ¿Qué paso?— Le pregunto Alejandro de nuevo, enseñándole las letras y el desorden de las últimas páginas a José.

—No tengo idea— Diego volvió a encogerse hombros— Parece que alguien se interpuso en su investigación y en la desesperada trato de terminar lo más rápido posible, incluso menciona que los Luceros son la clave para detenerlo.

— ¿Detenerlo?— Sandra levanto la vista recordando el sueño.

— ¿Luceros?— Preguntó Alejandro, valorando lo importe para él de la conversación.

—Los espejos son una forma de Lucero, hay muchos objetos que son Luceros— Diego soltó un suspiro cansado y luego miro a Sandra­— ¿Les contaste?

Sandra negó con la cabeza.

—Supongo que todo encaja, así que deberías contarles, entonces yo les resumiré el final— Diego la miró severamente.

—No me gustan los spoilers— Susurró Alejandro y José golpeo su hombro con suavidad.

—Parece serio— José se dio cuenta de que en realidad esos dos tenían unas expresiones extrañas. A Sandra la conocía más y nunca la vio poner esa expresión y el otro chico, parecía más serio que de costumbre.

Sandra les contó su último sueño. La expresión de ambos chicos se ensombreció.

—El investigador, sea quien sea, se dio cuenta de que esta perturbación iba a ocurrir, por eso trato de investigar a profundidad los Luceros, para encontrar una manera de detenerlo, quizá usándolos de alguna forma o para descartar que no sea su culpa— Diego miro a los chicos y se acomodó los lentes— Pero parece que no termino...



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En el texto hay: traumas, espejos, luceros

Editado: 03.04.2021

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