Luzbell: Reflejos

Capítulo LV.

Las manos del diamante generaron esferas de poder en cada dedo, por lo que diez esferas que combinaban todos los elementos fueron preparadas para destruirlos totalmente.

—No me voy a limitar— Dijo el diamante con aquella voz cavernosa. 

Lanzo los poderes hacia los chicos.

—No lo harás— Dijo Irene desde su prisión. Como su mano estaba afuera no se veía tan afectada por el control de Control.

Una esfera escudo evito que el ataque diera en el blanco.

—Se acabó, hermanita— El diamante estaba dispuesta a electrocutarla de nuevo pero las llamas de Sandra quemaron su mano totalmente y con tal violencia que el diamante tuvo que temblar para evitar que las llamas se extendieran— Basta, mortales entrometidos.

—No, esto no se terminará hasta que lo dejes— Le dijo Diego y genero una esfera de viento con ambas manos— ¡Sandra!

La esfera voló hacia el diamante pero el fuego de Sandra comenzó a arder mucho más, generando una explosión que comenzó a quemar al diamante violentamente.

—Incluso si pueden hacerme daño…— Comenzó Control pero Celeste enterró otro enorme relámpago, generando una grieta. José no termino, pues pateo el relámpago con tal fuerza que lo atravesó de un lado a otro— Espera… ¿Cómo están haciendo esto?

—Nadie se está limitando— Dijo Átropos mientras se ponía de pie. Irene en su propia prisión hizo lo mismo— Hermanito, debemos detenerte.

— ¿Por qué, si somos dioses? Deberían apoyarme, es por su sueño— Dijo el dios mientras la energía salía de su cuerpo como si el diamante solo fuera un caparazón para toda la magia que contenía.

—Lo siento, pero no es nuestro sueño— Le dijo Irene— ¡Vamos!

—Un ataque final combinado— Dijo Alejandro mostrándose muy emocionado.

—No será lo mejor, hay elemento que se cancelan entre si— Observo Abigail.

—Oh, cierto— Alejandro acababa de darse cuenta de eso.

—Si los humanos planean seguir luchando por una existencia en cadenas, entonces eliminare a la humanidad para liberar al mundo— Control brillo intensamente, entonces se convirtió en un hombre gigante de diamante.

—Se ve más grande— Observo José.

—Pero lo venceremos— Le sonrió su novia— Vamos.

María se concentró y lluvia de hielo comenzó a caer, esta vez en lugar, en vez de simple granizo, trozos de hielo, enormes y filosos comenzaron a caer.

Se destrozaban en el cuerpo de Control sin causarle mucho daño.

Abigail también había hecho su movimiento, esta vez las gotas eran tantas, lo suficiente como para que la pequeña lluvia cubriera los ojos del dios.

—Inclusive si me cejan, no será suficiente— Recrimino el dios mientras movía su mano violentamente. Tratando de dispersar la lluvia pero era imposible. Por una nube que desaparecía, otra más la sustituía.

Alejandro se elevó gracias al camino de hielo que ahora podía producir, y en lugar de un simple puño con picos, creo uno gigantesco, como para pegarle y se lo reventó en el estómago.

— ¡Malditos!— Exclamo el dios con dificultad.

Celeste se vio ayudada de José para elevarse, entonces ambos lanzaron una patada, una de fuego azul y otra de relámpago hacia el dios directo en la cara por lo que termino por caer de espaldas.

El dios cayó ruidosamente.

Dos enormes manos de piedra se alzaron y sujetaron los brazos del dios, impidiendo que los usará.

— ¿Qué planean hacer, mortales?— Preguntó el dios tratando de liberarse.

Sandra y Diego preparaban una esfera de fuego azul, potenciada con viento.

La esfera choco contra la cabeza del dios y exploto violetamente, generando llamas azules gigantes y un calor sin igual.

—Lo logramos— Alejandro soltó un suspiro de alivio.

—Aun no— María observo a Átropos y a Irene, aun encerradas.

Control se levantó dificultad, pero estaba totalmente agrietado, dejando ir poder mágico a través de su cuerpo.

—No se confíen, pequeños mortales encadenados— Dijo Control entonces la magia lo rodeo y todas las grietas desparecieron— Su poder no puede compararse con el poder de un dios completo.

El dios cerró su puño, entonces toda la magia comenzó a viajar hacia el puño con velocidad a tal grado de que también quería absorber sus poderes. Era tal ña presión que el poder mágico era visible.

Átropos miro a Irene, y ambas se sonrieron.

Era la oportunidad de demostrar lo que podía hacer una diosa total.

El último golpe fue dado, entonces una barrera de magia se lanzó, cubriéndolos a todos.

—Tienen que derrotarlo ahora que su cuerpo es débil— Dijo Irene, quien se había liberado de su prisión pero también su cuerpo parecía agrietarse— Nosotros lo detendremos con el rosto de nuestro poder.

—Por favor— Átropos sonreía pero estaba en el mismo estado deteriorado que Irene.



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En el texto hay: traumas, espejos, luceros

Editado: 03.04.2021

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