Yo soy Inés, una esclava negra que vivió en Argentina, Tucumán en el año 1703. Mi vida fue dura y cruel, llena de trabajo forzado y maltrato. Pero lo que no imaginé fue que mi vida terminaría de manera tan brutal.
Fui acusada de hechicería, de practicar la magia negra y de hacer un pacto con el diablo. No sé quién me acusó, pero sé que fue una mentira. Yo no sabía nada de magia ni de brujería. Solo sabía trabajar y sufrir.
Me llevaron a la cárcel y me torturaron. Me golpearon y me quemaron con hierros calientes. Me obligaron a confesar algo que no había hecho. Pero yo no confesé. Yo sabía que era inocente.
Finalmente, me condenaron a muerte. Me llevaron a la plaza pública y me quemaron en la hoguera. Mi cuerpo se consumió en llamas, pero mi espíritu sigue vivo.
Mi historia es un ejemplo claro de cómo la Inquisición y la esclavitud se entrelazaron para perpetuar la opresión y la violencia contra las mujeres y las minorías. La acusación de brujería era una herramienta común para silenciar y controlar a las mujeres que no encajaban en los roles sociales esperados.
La historia de "La Negra" Inés es un caso de pena de muerte por "hechicería" que sucedió en 1703 en la provincia Argentina de Tucumán. Fue una pobre muchacha a la que acusaron vilmente de bruja en un contexto de fanatismo religioso y racismo.
Mi historia no es solo una historia del pasado, sino que también tiene implicaciones para el presente. La lucha contra la discriminación, el racismo y la opresión sigue siendo relevante hoy en día.