*
Me llamo Ann Pudeator, y soy una mujer de 70 años que ha vivido toda su vida en Salem, Massachusetts. He sido una mujer trabajadora y devota, siempre dispuesta a ayudar a mis vecinos y a mi comunidad.
Pero todo cambió un día de mayo de 1692. Fui acusada de brujería por una joven llamada Ann Putnam Jr. Ella afirmaba que yo la había embrujado y que me había visto bailando con el diablo en el bosque.
Me sentí horrorizada y confundida. ¿Brujería? ¿Qué estaban hablando? Yo era una mujer de fe, que había pasado toda su vida sirviendo a Dios y a su comunidad.
Pero no importó lo que yo dijera. La acusación de Ann Putnam Jr. fue suficiente para que me arrestaran y me llevaran ante el tribunal. Me sometieron a un juicio, y me condenaron a muerte.
Ahora estoy en la cárcel, esperando mi ejecución. Me siento sola y asustada, pero también me siento inocente. Sé que no soy una bruja, y que no he hecho nada malo.
*Mi último día*
Hoy es mi último día en esta tierra. Es el 22 de septiembre de 1692. Me han llevado al lugar de la ejecución, un árbol grande en el centro de la ciudad. La multitud se ha reunido para verme morir.
Me siento desesperada, triste, impotente. No quiero dejar a mis seres queridos, no quiero dejar esta vida que he conocido. Pero sé que no tengo elección.
El verdugo me ha colocado la soga alrededor del cuello. Me he despedido de mis seres queridos, y ahora solo queda esperar.
Siento un nudo en la garganta mientras el verdugo ajusta la soga. Me preparo para el final, sabiendo que pronto estaré frente a Dios, inocente y libre de las acusaciones que me han llevado a esta muerte.
Adiós, mundo. Adiós, vida.
*