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María de Zozaya nació en la ciudad de Zaragoza, en el reino de Aragón, en la segunda mitad del siglo XVI. Se sabe poco sobre su infancia y juventud, pero se cree que provino de una familia humilde.
María de Zozaya se casó con un hombre llamado Juan de Almazán, y juntos tuvieron varios hijos. Sin embargo, su vida cambió drásticamente cuando su marido murió, dejándola viuda y con la responsabilidad de cuidar a sus hijos.
*La acusación de brujería*
En 1595, María de Zozaya fue acusada de brujería por una vecina que la acusó de haberle causado daño mediante la magia. La acusación se basó en rumores y supersticiones, y pronto se extendió por toda la ciudad.
La Inquisición española se involucró en el caso y comenzó a investigar a María de Zozaya. La sometieron a un juicio en el que se le acusó de haber hecho un pacto con el diablo y de haber practicado la magia negra.
*El juicio y la condena*
El juicio de María de Zozaya fue un proceso largo y doloroso. Se le sometió a torturas para obtener una confesión. Los inquisidores utilizaron la garrucha para levantarla en el aire, causando un gran dolor en sus brazos y articulaciones. También la sometieron al potro, estirando y retorciendo sus miembros hasta que confesó los crímenes que se le imputaban.
Finalmente, fue condenada a muerte por la Inquisición española. María de Zozaya fue ejecutada en la plaza pública de Zaragoza en 1596. Su ejecución fue un espectáculo público que atrajo a una gran multitud.
*La importancia de la historia de María de Zozaya*
La historia de María de Zozaya es importante porque nos recuerda la forma en que las mujeres fueron perseguidas y ejecutadas durante la Edad Moderna por acusaciones de brujería. También nos muestra cómo la superstición y la ignorancia pueden llevar a la violencia y la injusticia.
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