Macri vs Cristina: La batalla final por la nación Argentina

Macri vs El conejo gigante

Allí se encontraba el mandatario, en medio de la plaza de mayo y frente a todas las cámaras de la televisión pública. Mientras él esperaba con el bastón de mando a Cristina Kirchner, ella se acercaba a pasos agigantados sobre su gran conejo de ojos rojos. Y no siendo suficiente, todos sus seguidores iban por detrás de ellas, expectantes ante la rendición del presidente.

Una vez que llegó allí, el roedor se agachó y dejó que la mujer descendiera; parecía ser la última conversación entre ambos bandos.

—Hiciste una sabia decisión, Mauricio.

—Primero quiero que liberés a mi familia, Cristina.

—¡Hmph! ¡Daniel!

De repente, un hombre de aproximadamente dos metros y medio apareció al lado del gran conejo, llevando a cuatro mujeres con su gran brazo robótico.

—Dejá a mi familia en el suelo, Daniel Scioli.

—Él no va a dejar a nadie en el suelo hasta que me des el bastón de mando—determinó Cristina Fernández.

Mauricio parecía no tener más opción. Mientras acercaba su bastón de mando a la mano de la ex mandataria, el presidente solo podía sentir los latidos de su nervioso corazón.

Todo había terminado. Cristina ya tenía el cetro en sus manos y, por consecuente, a la nación Argentina. Todas las cámaras de TV pública enfocaban a Fernández de Kirchner levantando triunfante su logro mientras toda la familia liberada del presidente iba corriendo hacia él.

Todo había terminado. O eso parecía.

Mientras Mauricio Macri se alejaba de Cristina junto con su familia, éste metió su mano por dentro del saco y accionó un botón.

Pero a pesar de su astuto movimiento, el guardaespaldas Daniel Scioli pudo ver el sigiloso movimiento del presidente. Inmediatamente después, volteó a ver el bastón de Cristina Fernández, el cual comenzó a titilar junto con unos silenciosos ruidos de "bip".

Inmediatamente se dió cuenta de lo que estaba pasando. Mauricio Macri no le había dado el cetro real a la ex presidente.

—¡¡¡Cuidado!!!

Scioli, con su brazo cyborg, golpeó rápidamente la mano de su jefa. Y cuando el objeto llegó a lo más alto de la plaza, éste hizo una gran y mortal explosión.

Cristina, al ver lo ocurrido, se volteó con enojo hacia el jefe de estado, quien ya estaba huyendo a la casa rosada con su esposa y sus tres hijas.

—Tenía que suponer que ibas a ser más testarudo —dijo para sí misma—. Ahora vas a pagar las consecuencias ¡A él!

De esa forma, todos los seguidores de la mujer fueron en búsqueda de aquél hombre que corría con desesperación. A pesar de eso, Mauricio aún tenía un haz bajo la manga:

—¡Ahora, Lilita!

De repente, Elisa Carrió se puso por encima de todos surfeando en su escritorio volador. Acto seguido, comenzó a tirar bombas a lo largo de la línea de ataque Kirchnerista e intentó frenar el avance enemigo. A su vez, ese movimiento fue la señal para que la gendarmería, al servicio de Patricia Bullrich, comenzara con el ataque sorpresa, rodeándolos instantáneamente.

Mientras todo esto ocurría, el presidente seguía guiando a su familia hacia la casa rosada para mantener su seguridad. Pero justo antes de poder llegar, unos enormes rayos láser comenzaron a caer en la dirección en la que ellos estaban. Cristina, ya subida de nuevo en su conejo gigante, hizo que éste comenzara a atacar al presidente con sus intensos ojos rojos.

—¡Vayan adentro! —gritó Mauricio a su familia—. ¡Acá no es seguro!

—Pero ¿No vas a entrar? —preguntó su desesperada esposa.

—Todavía no. Tengo unos asuntos que atender. Prometo que voy a estar bien.

—¡Pero...!

—¡Vayan adentro AHORA!

Rápidamente toda la familia entró, en tanto Mauricio escapaba de los rayos del conejo. Una vez cubierto en un lugar seguro, sacó el bastón de mando verdadero y lo alzó en alto, de manera que infló un gran globo amarillo para flotar por los aires.
A su vez, mientras se dirigía por los aires hacia el conejo de Cristina, el animal aún continuaba disparando. Y, peor para el presidente, a su caza apareció también Daniel Scioli, quien utilizaba su brazo robótico para disparar sus rayos láser contra él.

Sin embargo, el mandatario no estaba sólo.

Elisa Carrió fue de inmediato a su socorro, tirándole bombas desde el aire para distraer a Daniel. No obstante, él no dudó en responder: dio un gran salto, interceptó a la mujer con un fortísimo puñetazo cyborg y la dejó instantáneamente en el suelo, inconsciente.

Ya indefensa, el guardaespaldas se acercó a ella y la tomó del cuello, apuntándole con su mano robótica a su cara.

—Hasta acá llegaste, gorda tira bomba.

—¡No a Lilita, infeliz!

De tal manera, la envalentonada María Eugenia Vidal atacó a Scioli con una feroz patada voladora. Luego de volar por los aires, Daniel se reincorporó inmediatamente y comenzó a dirigirse enfurecido hacia María Eugenia.



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En el texto hay: humor, políticos, accion

Editado: 12.11.2018

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