Luego de tantos años de enfrentamiento, finalmente se había logrado la paz que se buscaba hace tiempo. Todos convivían tranquilamente y la clase trabajadora finalmente pudo progresar en sus empleos. Y a las familias pobres que aún pasaban hambre, se las invitaba a diferentes comedores del país para comer la carne del gran conejo, que había sido desparramada por toda la ciudad de Buenos Aires.
No obstante, aún había un tema inconcluso por tratar: La presidencia de la nación.
Si bien aún había paz en la República Argentina, muchos problemas grandes se avecinarían si no elegían un presidente. Por tal razón, la persona en cuestión no tardó mucho en aparecer.
Muy pronto, un nuevo personaje se presentaría en el spot publicitario de todos los televisores del país.
Pero lo que no sabían los televidentes, era que aquella persona iba a marcar una nueva era en Argentina.
Editado: 12.11.2018