La joven cuya existencia se sustentaba en la poesía no era ni más ni menos que una manifestación de vida en toda su plenitud, tan inmensa y vulnerable como cualquier otra, la soledad, la mentira y la traición sometían a su frágil corazón a una agonía constante, mientras que la literatura se erigía como su fuente de inspiración y sustento emocional, creando en su interior vastos mundos de felicidad.
Sin embargo, la verdad persistente en su pecho continuaba su cruel tortura, y fue en ese preciso momento cuando la poesía penetró en su corazón, disipando sin razón alguna el temor que la atormentaba. Se dice que el perdón es una cualidad de los sabios; no obstante, la obstinación de mi corazón y la dignidad de mi razón se revelan incapaces de conceder una segunda oportunidad.
Así, las verdades se desnudan verso a verso, transformándose en algo más que una mera liberación; se convierten en una profunda inspiración que permea el entorno de la vida, dando lugar a versos que componen el alma, memorias de tinta y verdades de papel.
Editado: 19.04.2025