Madelyn

*15 DE AGOSTO*

Lourdes abrió el paquete de frituras y encendió el televisor. Cinco minutos después estaba sedienta, demasiada sal para su gusto, así que fue por un vaso de agua. Estaba a punto de bajar las escaleras cuando escuchó una voz; era su hermano, hablando solo.

—Emma, me gustas… No, no, así no —se reprendió a sí mismo—. Emma, eres preciosa… No, así tampoco. Emma, ¿te gustaría ser mi novia?

Lourdes sintió un nudo en la garganta; no le gustaba verlo así.

Tan…

Obsesionado por aquella chica.

—¿Me estás diciendo que sí? —Sonrió su hermano—. Oh, Emma, me haces el chico más feliz del mundo. —Y para finalizar, se llevó un cojín a los labios y lo besó.

Lourdes, que aun sostenía el paquete de frituras en su mano, lo apretó fuertemente, quedando al descubierto.

—¿Qué estás haciendo allí? —le espetó Javi.

—Voy a la cocina. —Bajó las escaleras y cuando estuve frente a su hermano, le preguntó—: ¿Le pedirás a Emma que sea tu novia?

—Sí... Bueno, no ahora, pero sí en algún momento.

—¿Ella te dio alguna esperanza?

—No, pero está soltera. Es una esperanza, ¿no?

—Javi, eso no significa nada.

—Pues para mí significa algo —sentenció—. Esta es mi oportunidad, Lulú —agregó, cariñosamente—, no voy a perderla.

—Y si esos dos vuelven, ¿qué vas a hacer? ¿Seguirás esperando por ella?

Javi soltó una risita.

—Esos dos no volverán, de eso estoy seguro.

Lourdes frunció el entrecejo; una duda echó raíces en su corazón.

—Tú sabes por qué  terminaron, ¿verdad?

—A él —tartamudeó Javi—, le gusta otra chica.

—Es extraño, ¿sabes? Liam parecía tan enamorado.

—Pues sí, pero así es él, cambia de gustos rápidamente.

Entonces, Lourdes se hizo una pregunta:

¿Tendría su hermano algo que ver en el rompimiento de Emma y Liam?

 

 

*****

Samuel Siderova escribió:

 

Fecha: 15 de Agosto

 

Arturo no quiere verme más; no lo culpo. Hoy el departamento se ve tan vacío sin él, aun puedo recordar la primera vez que estuvimos aquí. Le prometí tantas cosas y no fui capaz de cumplirle ninguna. Ojalá pudiera volver a aquellos días, besarlo sin tener que estar pensando en lo que hice, tocarlo sin imaginar cuanto podría odiarme si supiera la verdad. Pero no. Estoy perdido en un laberinto del que no podré salir jamás. Miro nuestras fotografías y me pregunto cómo no fui capaz de luchar por él; soy un maldito cobarde, siempre lo he sido, primero ocultando mis preferencias sexuales, después cometiendo un crimen.

El sonido de su teléfono lo hizo volver de sus pensamientos, ni siquiera se atrevió a mirar. Y si otra vez era… ¿Y si era la policía? Si ya lo sabían todo. No solo perdería a su familia, también perdería su carrera, tantos años estudiando para nada. Para terminar en una prisión de máxima seguridad por lo que había hecho. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón y revisó la pantalla del teléfono. Sintió alivio y un rastro de felicidad, que no tardó en esfumarse a causa de sus miedos. ¿Y si lo llamaba para terminar?  No, lo último que necesitaba era perderlo.

—Arturo —titubeó.

—Yo —suspiró el hombre del otro lado de la línea—, disculpa que te llame, solo quería saber cómo estabas.

Samuel dejó escapar una leve sonrisa; de algo estaba seguro: él era el amor de su vida.

—Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Tú?

—Bien.

—Siento todo lo que ha pasado, yo… —Tomó una bocanada de aire—. Puedes venir hoy al departamento, podríamos ver… Ya sabes, una película, y pedir pizza.

—Solo si me prometes que dejarás tus preocupaciones a un lado.

—Está bien. Es una promesa —respondió; lo intentaría, sí, aunque no estaba muy seguro de lograrlo.

 

 

*****

 

Cuando Emma estuvo afuera de la habitación, se encontró con Liam.

—Hola —comenzó él.

—Hola… ¿Cómo le fue en el interrogatorio a tu hermana?

—Supongo que bien, dijo lo que sabía, ya después la soltaron.

—Ves —sonrió; quitándose un peso de encima—, no había de qué preocuparse.

—Soy un exagerado, ¿no? —rio él.

—Algunas veces —contestó, devolviéndola la sonrisa. Una sonrisa que al final la hizo sentir incomoda y bástate estúpida. ¿Era tan difícil disimular lo feliz que se sentía cuando estaba con él?—.  Liam, te quería pedir disculpas, yo no debí decirle a Javi lo que me habías contado.

—No, no te disculpes… —dijo, acariciándole el cabello—. Aquí el único que tiene que disculparse soy yo. Por ser un tonto. Por lastimarte. Por pedirte tiempo sin darte una explicación… —Acunó el rostro de ella entre sus manos—. Pero, escúchame bien, Emma, la tendrás, no ahora, pero cuando pase todo esto tendrás una explicación… Y no pido que me comprendas, solo que me escuches.



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En el texto hay: mentiras, intriga, amor

Editado: 02.03.2021

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