Mademoiselle Robin

Capitulo VII: ¡Hermandad! (Arco Argumental Nº2: La Pequeña Petirrojo)

La época de otoño o invierno siempre ha significado para mí, una parte muy triste de mi vida, luego de la muerte de mi madre. Eso pensaba en principio especialmente cuando había lluvia y nieve…..siempre odie ver como la tierra se mojaba o se cubría por completo por aquel manto blanco…sin duda fue difícil mi vida posterior a la partida de mi madre…solo podía apoyarme en mi hermano…pero también observaba a mi padre bebiendo en exceso, apostando e incluso metiéndose en serios problemas…llegue a odiar a los hombres por ser peores que los animales en sus actos.

Claro esa fue una época anterior a mi llegada a la residencia Delaney-Sinclair, antes de conocer a la señora Katherine con su característica sonrisa, al señor Arthur con su imponente presencia, el señor Jasper con su amabilidad y por ultimo Edmund siendo solo un adolescente.

Aun recuerdo lo sucedido aquel invierno en mis 10….o mejor dicho al cumplir los 11 años de edad, cuando mi hermano tuvo que marcharse a las minas de carbón.

                                                                

(Finales de otoño).

-¡¿Sopa de cebolla?!- pregunto mostrando en su rostro una mueca de disgusto por la cena.

-Es lo único que tenemos, Josh- contesto.

Habían pasado solo un par de meses desde la muerte de su madre Mary-Ann Baxter pero a pesar de la adversidad en su vida, en especial por ver a su padre siendo tan solo una sombra de lo que alguna fue. Los hermanos Baxter se mantenían unidos para salir adelante e incluso recibían algo de ayuda de la iglesia local y la viuda Parker.

-El párroco del pueblo, me dio unas pocas monedas luego de limpiar la entrada principal de la iglesia….así que tendremos pan para acompañar la sopa- señalo Josh dejando una bolsa con seis panes en la mesa. –Al menos la sopa sabrá mucho mejor.

-La sopa estará lista en unos minutos- señalo Caroline.

Ambos hermanos a pesar de la situación en la que vivían, se mantenían unidos para mantener su resquebrajada familia. En el exterior de la humilde cabaña la lluvia se había desatando pero la pelirroja había dispuesto todo en la única mesa de su hogar, colocando el pan traído por su hermano, dos tazones de madera toscamente elaborados como cucharas de madera y manteniendo el fuego de la chimenea ardiendo con furia para tener el interior cálido.

-¡Josh!- dijo Caroline viendo como la puerta principal se abría de golpe viendo la figura de un hombre de mediados de 30 años con la mirada perdida. –Hola, padre...

Nathan Baxter observo a su hijo e hija mientras sostenía en su mano una botella de un licor artesanal, los dos hermanos se quedaron en silencio viendo a su padre dejar sobre la mesa dicha bebida alcohólica y seguir su camino hacia su cuarto pero antes de encerrarse se quedo viendo a su hija por algunos segundos.

-¡No me mires así!- grito Nathan y cerrando de un solo golpe la puerta de su habitación.

Caroline continuo viendo hacia la habitación de su padre por algunos segundos pero su hermano mayor dijo:

-Mejor cenemos…pero ya sabes cómo es…luego de la muerte de mamá.

La niña pelirroja prefirió ignorar las palabras de su padre, tras la muerte de su madre vivía su luto de la peor forma posible en especial al beber, apostar, involucrarse con mujeres por mero placer y deber dinero a peligrosos sujetos de las cercanía.

-Lo odio...no puedo creer lo que hace, debemos estar juntos pero simplemente él se dedica a beber y apostar sin mencionar sobre esa horrible paliza que recibió- se dijo Caroline sirviendo la sopa de cebolla en la mesa.

-¡Gracias!- dijo Josh viendo a su hermana y sosteniendo su mano con una sonrisa. –Yo amo tu sopa de cebolla...

Una par de horas después con la lluvia cayendo sobre el apacible pueblo estando en los límites de los territorios ingleses como escoceses, ella se despertó de golpe luego de soñar nuevamente con su madre como lo había sido en el transcurso del ultimo tiempo.

-¿Aún llueve?- se pregunto.

Caroline hundió su rostro en su almohada sujetando firmemente sus ropas de cama y pensando nuevamente en las palabras de su padre.

Ella pensaba que todo se debía a una pesadilla pero al despertar cada mañana resultaba ser la dura realidad al pasar al menos una hora despierta tumbada en su cama, las palabras de su hermano mayor se hicieron escuchar.

-No debes pensar las cosas demasiado….ya sabes que ha sido difícil….pero puedes contar contigo- en el extremo opuesto de la habitación. –En ocasiones fue difícil con mamá aquí pero le prometí en cuidarte en todo momento y eso lo voy hacer.



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En el texto hay: sirvienta, inglaterra, sigloxix

Editado: 08.02.2021

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