Mademoiselle Robin

Capitulo X: El Arte de Servir (Arco Argumental Nº2: La Pequeña Petirrojo)

Nota del Autor:

Hola lectores de Mademoiselle Robin, les saludos cordialmente trayendo un nuevo capítulo. 

Ha pasado algo de tiempo, mis queridos lectores. Es la publicación decima de la historia, motivando aún más por seguir desarrollando a mis personajes y las historias publicadas o futuras que tengo en mente.

Ya tengo en mente, las siguientes publicaciones. Espero que disfruten de este nuevo capítulo.

Sin mayores, palabras comenzamos:

                            

"Los girasoles se inclinan ante el sol, pero si los ves demasiado inclinados, significa que están muertos. Uno sirve, pero no se es un sirviente; servir es el arte supremo, Dios es el primer servidor; Dios sirve al hombre, pero no es sirviente de hombres". 

La Vida es Bella de Roberto Benigni.

                             

Noche, residencia Delaney, desde Katherine…

–Orgullo y Prejuicio de Jane Austen…– leyó.

Nunca había sido, la clase de mujer que cayera encantada por asuntos de romanticismos sino prefería algo más sobre tierras exóticas. Orgullo y Prejuicio de la autora Jane Austen (publicado el 28 de enero de 1813)… le parecía demasiado "excitante" en lo personal. Particularmente la relación entre Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy.

Su señor-esposo Arthur Delaney habitualmente preguntaba, sí aquel libro resultaba ser de su agrado.

Y ella contestaba:

–Tiene lo suyo pero deseo leer el desenlace.

Actualmente se encontraba leyendo el capítulo 23 de la edición británica dividida en dos volúmenes. Las damas pertenecientes de la alta sociedad de Castle-Crane, solo hablaban de Jane Austen y sus obras. Lamentablemente la novelista murió a la edad de 41 años a causa de la Enfermedad de Addison.

A diferencia de otras mujeres perteneciente a la elite de Castle-Crane, caían rápidamente en el aburrimiento. Aquella moda por Jane Austen pronto sería un recuerdo y libros amontonados en los estantes de las residencias. Pero Katherine, carecía de aburrimiento posiblemente a sus amistades del burlesque local, la administración del Pub, sus asuntos personales al interior de su cuarto privado o recientemente educar a su nueva criada de cabello rojo.

Un proyecto demasiado fascinante en lo personal… enseñándole a leer y escribir.

Sentía demasiada lastima por la chiquilla pelirroja y flacuchenta para ser una niña, le faltaba algo de estatura, ni deseaba imaginar los siguientes años entorno al desarrollo y las complicaciones luego del primer sangrado o la primera menstruación. Carecería de los habituales atributos que una mujer pudiera desarrollar y la dificultad de dar a luz hijos e hijas, en un futuro cercano.

–Solo tiene 12 años… pero tenemos tiempo en mejorar su salud– reflexionaba cada vez que se cruzaban con ella, en la residencia Delaney. El mayordomo Jasper estaba a cargo de instruir a Caroline, a todo lo concerniente para convertirse en una apropiada ama de llaves, un autentico lujo para una familia británica tradicional.

Ni hablar de su hijo, en plena adolescencia. El joven Edmund tenía algunos problemas de conducta, dificultando especialmente sociabilizar con jóvenes de su edad o frecuentemente discutiendo con adultos de Castle-Crane pero solía hablar regularmente con su hijo.

Su señor-esposo simplemente decía: "Eddie es algo complicado de carácter pero se le pasara con el tiempo o creciendo".

Y el mayordomo Jasper señalaba habitualmente: "El joven amo Edmund es como su padre. El amo Arthur, en su juventud tenía problemas similares y su señor-padre intentaba ponerlo en su lugar".

Un ilustre residente de Castle-Crane, propuso una forma de mejorar el carácter. Sería enviarlo a la academia militar pero Katherine conocía perfectamente los comentarios entorno al ejército británico y ciertas prácticas que llevaban a cabo en las guerras, rechazando por completo esa idea e intentar enderezarlo.

Retomando su lectura en la comodidad de su habitación matrimonial y su señor-esposo trabajando en la primera planta revisando papeles concernientes al Pub. El joven Edmund en su habitación y los dos únicos miembros del servicio domésticos durmiendo hace una hora. Y comenzando su jornada laboral a las 6 am en punto y tener el desayuno dispuesto a las 9 am en punto.

Cerca de la media-noche, su señor-esposo ingreso en la recamara quitándose la camisa, el lazo del cuello y el calzado. Ubicándose en el borde de la cama.

–Nuestras ganancias se duplicaron– dijo Arthur. –Estos últimos meses hemos ganado el doble y casi liquidamos nuestras deudas.

–Deseas presumir de nuestro éxito a tu hermano– inquirió Katherine, dejando su libro sobre la mesa de noche.

–¡Jajajaja!– soltando una fuerte carcajada. –Jace, sigue insistiendo que puedo recibir mi herencia. Al menos que me retracte y…– dijo Arthur.

–Y me abandones. Pero Eddie puede ir a la "distinguida casa Delaney de Londres y blablabla"…. – replicó Katherine. En el personal, ni le interesaba colocar un pie o una parte de su existencia en la mencionada residencia de la familia de su señor-esposo y ni hablar de su cuñado Jace Delaney. –Sin mencionar de tener un nuevo matrimonio. ¡Jajaja!...



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En el texto hay: sirvienta, inglaterra, sigloxix

Editado: 08.02.2021

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