Mademoiselle Robin

Capítulo XII: El Secreto de Katherine (Arco Argumental Nº2: La Pequeña Petirrojo)

Nota del Autor:

Mis estimados lectores, la siguiente publicación aborda ciertos temas que se sugiere cierta discreción. Disfruten de la nueva publicación, mis queridos lectores.

                       

¡He aquí, cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía!

Salmos 133:1

                         

Caroline Baxter cumplía su segundo mes de trabajo como sirvienta de la familia Delaney-Sinclair de Castle-Crane.

En una especie de resumen referente a la nueva vida de la niña pelirroja podía decirse que su tiempo debía dividirse entre sus horas de trabajos y estudios; su jornada de trabajo comenzaba por lo menos una hora antes del amanecer y se extendía hasta finalizada la hora del almuerzo. Lo cual significaba realizar la limpieza a fondo de la casa, servir las tres comidas del día, lavar, verificar lo faltante de la alacena, recibir las intrusiones por parte del señor o la señora de la casa y entre otras tareas habituales a la época.

Por las tardes, su tiempo debía centrarse únicamente a los estudios; fuera aprender a leer y escribir –bajo la supervisión de Katherine–, saber del mundo en general –comprendiéndose el estudio de historia y geografía por parte de Edmund–. En relación, a las cuatro operaciones básicas y entre otras aplicaciones matemáticas relacionada a llevar la contabilidad de un hogar respetable que estaría bajo la mirada de Arthur pero idealmente debería pasar otros dos meses antes de comenzar.

La pelirroja ya sabía identificar cada una de las letras como las que componían su nombre y apellido… sobre la lectura comenzaba a dar los primeros pasos, lentamente unía las letras conformando las palabras y recitando lo escrito, en los pasajes señalados por Katherine. Ocasionalmente, una que otra palabra le dificultaba pero la pelinegra tomaba nota de tal palabra que posteriormente aprendería sobre su significado, los sinónimos y antónimos de la palabra en cuestión.

Edmund a la hora de explicarle sobre historia o geografía, ella solía ocupar su imaginación de los exóticos sitios mencionados en los libros perteneciente a la biblioteca personal de la familia Delaney-Sinclair… y finalizada la correspondiente lección, se realizaba una breve interrogación de lo estudiado.

La última parte de la jornada solía retomar sus funciones sirviendo la cena y dando por finalizado sus labores quedando libre pero dentro de su habitación oraba por la seguridad de su hermano mayor que trabajaba en las minas de carbón y sacando bajo de su cama la caja metálica de galletas vacía donde guardaba su salario –en este caso, los dos salarios correspondientes a los dos meses de trabajo estaban dentro de la caja metálica circular de las galletas–. El primer salario recibido fue todo un golpe a su percepción por lo bien remunerada que resultaba ser su trabajo y el señor Arthur le dio una simplificada respuesta donde habitualmente los miembros del servicio recibían un pagó monetario –hasta se podía incluir dentro del mismo pago, ropas de vestimentas/camas y alimentos siendo bastante normal para época–, Arthur prefería pagar el salario integrantemente en dinero pero proporcionando todo lo que pudiera necesitar la pelirroja en relación a vestimenta, ropa de cama y las tres comidas diarias.

Arthur Delaney desaprobaba completamente esa forma de pagó prefiriendo dar íntegramente el dinero en un sobre sellado. Las ropas –fuera de vestir y de cama de su modesto servicio doméstico – y alimento formaba parte del gasto mensual de la residencia Delaney-Sinclair.

Caroline, esperaba ansiosamente ciertos días a la semana donde asistía a su señora Katherine y pasaba toda una tarde lejos de la casa fuera visitando a Madame Chastity propietaria del Burlesque local –el antiguo local de trabajo de Katherine–, o compartiendo una taza de té con Lady Hildegard o visitando a Kabira –la yegua de Katherine– donde solía verla ejercitarse y darle una o dos manzanas hasta una buena cepillada.

A pesar de la apartada ubicación de Castle-Crane y el minúsculo tamaño a comparación de las grandes urbes inglesas. Los ciudadanos respetables –o mejor dicho, las mujeres de la alta sociedad de la localidad mayormente conservadora–, miraban con desdén la posición social de Katherine por ser, hace menos de dieciséis años una reconocida artista del Burlesque –existiendo el rumor de poseer una incontrolable lascivia–, o realmente por un estilo de vida bohemio que se debe comprender; la vida despreocupada buscando la alegría de vivir, los placeres mundanos y las compañías agradables.

El término nació a partir de los gitanos –procedentes de Bohemia (Actual República Checa)–, y posteriormente fueron a vivir a Francia, a mediados del siglo XIX. Hasta inspirando un movimiento cultural en obras literarias y teatrales. Los adeptos del movimiento disfrutaban a la noche visitando los salones de cafés o los bulevares. Y el establecimiento de algunas ideas básicas con el concepto de vida bohemia, como por ejemplo:

Rechazar la propiedad privada y el materialismo. No tener una residencia permanente y sobrevivir con pocas riquezas.

Rechazar los estrictos valores morales. Una vida sin preocupaciones, con libertad de acción e incluso abierta libertad sexual.

Rechazar la búsqueda de la riqueza, viviendo únicamente para las artes, siguiendo las órdenes de las pasiones interiores, independientemente de si se obtienen ingresos o no.



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En el texto hay: sirvienta, inglaterra, sigloxix

Editado: 08.02.2021

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