Madness

Capítulo 2.

  

   El sonido del tic-tac del reloj resonaba en mis oídos.

   La casa estaba en completo silencio, hacía un rato ya que habían destrancado la puerta y me dejaron volver a mi habitación.. Sólo para encerrarme aquí también. No me quejaba, tenía bastante hambre y quería ir al baño, pero no me quejaba. Nadie oiría mis quejas, hacerlo no serviría de nada. Así que me limito a darme la vuelta en la cama una y otra vez, intentando conciliar el sueño. No puedo hacerlo.

   Me senté en la cama y observé mi habitación en busca de algo que hacer; nada. No tengo sueño, me niego a dormir, y no sé qué hacer. Suspiro y vuelvo a acostarme.

   Extraño a mis amigos. Antes solíamos ser muy unidos, casi como hermanos, pero supongo que las amistades no son para siempre. Dejaron de tratarme como solían hacerlo cuando Emma desapareció y yo comencé a buscarla. No me ayudaron a hacer y, en su lugar, intentaron impedir a toda costa que siguiera con su busqueda. ¡Es mi hermanita! Tengo que buscarla, pero se empeñan en inpedirmelo, en hacerme desistir objetando cosas estúpidas. Ellos ya no son mis amigos, ahora son simples piedras en mi camino, dos obstaculos a superar para buscar a Emma de una vez.

   Suspiro derrotada y vuelvo mi vista hacia el reloj nuevamente. Son las tres de la mañana, me levanto de la cama y camino hacia la puerta, giro la manija e intento abrirla pero ésta no sede. La trancaron desde afuera, en estos momentos me dan ganas de llorar.

   Llorar no servirá de nada, me digo a mí misma. Y sé que tengo razón. Vuelvo a la cama y me siento como indio a mirar la pared e intentar que las horas pasen rápido, el hecho de que mi vegiga esté a punto de explotar ayuda mucho a mantenerme consciente. Apoyo mi espalda contra el respaldo de la cama y comienzo a detallar mi apariencia en el espejo.

   Mi pelo está sucio y enmarañado, mis ojos tienen unas enormes bolsas debajo de ellos, mi mirada se ve cansada. Levanto los brazos y muevo mi cabeza aún con la vista en el espejo, efectivamente ésa soy yo. Nuevamente quiero llorar, y esta vez me permito hacerlo.
   Me acurruco en la cama, escondo la cara entre mis piernas y lloro. Sin avergonzarme de ello ni reprimirme, simplemente lloro y me desahogo a gusto. Siento mis pantalones húmedos, pero lo ignoro y sigo llorando con más fuerzas. Mi único objetivo es Emma, es encontrarla, dar mi vida para que ella vuelva, es mi única preocupación y prioridad, y no puedo cumplirla.

   Me siento tan inútil.

   Levanto la cabeza de golpe al oir un ruido seco cerca de mí. Limpio mis lágrimas rápidamente y enciendo la luz; nada. Escruto la habitación lentamente, buscando algo que haya caído de su o que esté fuera de lugar, pero todo está en aparente orden. Me tapo con las sábanas completamente y doy una última mirada a la habitación antes de apagar la luz y taparme hasta la cabeza.

   Nuevamente un golpe seco se escucha en la habitación, no necesito más confirmaciones. Sé que esa cosa está conmigo ahora, y sé que busca asustarme, perturbarme, persuadirme para yo entregarme. Quiero hacerlo, pero no puedo. Literalmente, cada que lo intento me lo impiden.

   Doy un respingo cuando lo siento tocando mis piernas.

   Quiere asustarte, ya sabes que no va a hacerte nada, no dejes que te domine el miedo. Me repito a mí misma, y intento cumplirlo, pero me es imposible cuando cuando siento que sube por mis piernas lentamente. Mis bellos se erizan, todos mis sentidos están alerta, me mantengo quieta. Sigue subiendo por mis piernas, llegó a mis muslos, continúo sin moverme.

   Dejo escapar un sollozo y aprieto a más no poder mis ojos. Lo e complacido, y me a dejado en paz.. Almenos por esta noche.




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