Maestros de la Deep Web

Capítulo 3: El desafío empieza

— Es una locura si aceptamos este reto— dice León.

Para mí también es una locura, pero esto nos puede conseguir mejor reputación en la red profunda y soy un fanático de los misterios. Me encantan: los libros, series, películas y todo lo relacionado con un buen crimen que debe ser investigado, se puede decir que me devoro unos veinte capítulos de una serie en dos días.

Doy clic en aceptar mientas León y Lucas se quedan atónicos por mi decisión mientras la página carga toda la información necesaria.

Me da instrucciones detalladas sobre la historia. Al parecer en la ciudad de Guatemala ocurrió un asesinato muy reciente de una familia que estaba disfrutando su día mientas uno de ellos era chantajeado por un desconocido.

Mi objetivo principal es: identificar al familiar que era chantajeado y acosado por el asesino.

Es el único fragmento que me dan, así que me dan una dirección cerca del centro histórico. Debo de encontrar documentos que identifiquen al menos dos familiares. Mis amigos y yo tomamos el carro para podernos sumergir en esta nueva aventura por suerte eran las 9:00 pm, donde hay muy poco tráfico y podemos escabullirnos sigilosamente.

El centro histórico siempre es uno de los lugares peligrosos de toda Guatemala, no me quejo, hay mucho comercio y lugar turístico urbano que muchos extranjeros con objetos costosos pueden ver.

Escondemos el carro en un callejón en donde está muy desolado. Las calles son iluminadas por la luz del alumbrado eléctrico y llevamos un pequeño kit para allanar casas, ya saben lo típico: guantes, sogas, palancas, desarmadores, martillos y también un par de computadoras para infiltrarnos en la red pública de internet o en nuestro pequeño virus que ronda por el sistema interno de la policía.

Al infiltrarnos vemos que siguen las cintas del ministerio público y manchas de sangre que no han limpiado por suerte traemos nuestras linternas. Los fiscales y agentes recolectores de evidencia son estúpidos porque nunca registran minuciosamente todo el lugar. Esperemos que la familia tuviera una licencia, contrato, tarjeta del IGSS o algo que nos sirva como identificación. Incluso puedo meterme a la red del “Renap” y poder comprobar su veracidad, tienen un sistema muy obsoleto.

Busco en los cajones y armarios mientras Leo busca en la planta de arriba. Lucas trata de ver los perfiles de redes sociales de la familia. Parece ser una familia típica sin mucha vida social activa. En el refrigerador no hay nada fuera de lo común además de la comida en estado de putrefacción.

 

Mientras busco trato de especular que fue lo que paso, lo mejor es que investigue varias notas periodísticas sobre lo que ocurrió; los policías creen que fue un acto de venganza; los vecinos creen que fue por droga, pero como todo asesinato en Guatemala nunca se sabe la verdad hasta que estas en una institución judicial.

Tengo la teoría que la hija se metió con un experto acosador — ya saben de la clase que usan la psicología conductual y la ingeniería social como instrumentos—. Aunque el hijo también pudo ser un usuario de la red profunda y se metió al sitio equivocado y con la gente equivocada.

Pasamos cuarenta y cinco minutos buscando y no encontramos nada hasta que Lucas nos dice que no encontró ningún perfil relacionado con ninguna de las imágenes publicadas en los diarios oficiales. Eso es imposible, estas personas eran ermitaños o ¿qué? Todos utilizamos las redes sociales en nuestra vida, aunque sea Facebook o WhatsApp, esto es imposible.

 

  — Encontraron algo— dice León.

 

— Nada— responde Lucas.    

 

 — No encontré ni documentos ni nada por estilo ¿Qué procede? — dice León.

 

Reviso mi teléfono para que pueda ver qué pasa, si cumplo el reto, así que voy al apartado de finalización del reto.

 

No puedes finalizar el reto si sales del lugar en donde estas, serás perseguido por varios miembros hasta que encuentres evidencias o mueras. “No le juegues a la vergas”.  

 

Supongo que no tenemos salida.

 

  — Hay que encontrar algo— digo.

 

— ¿Por qué?, parece que se llevaron todo— dice Lucas.

 

Decido utilizar la computadora mientras los chicos buscan más a profundidad. Puedo rastrear el número de tierra que está conectado a internet, debe tener un NIT en la SAT y así poder encontrar un documento oficial.




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