Mafia

Capítulo 2

No era muy común que él se encargara de las cosas en la oficina, pero ese lunes le había tocado hacerlo, bueno, más bien Emmett le había ordenado que lo hiciera, pero él no tenía ningún problema con eso, es más, le gustaba más tener que atender a gente quejica y aburrida haciendo ver que las escuchaba, que tener que estar en la calle robando o jugándose la vida por algo totalmente inútil. Claramente, estar allí era mucho más cómodo, y menos arriesgado. Estaba repasando el último informe que le habían pasado, Charlie Swan sería el proximo objetivo, y el punto débil estaba claramente marcado. Una foto de una chica indicaba cual era. Era una chica preciosa, ojos castaños, pelo castaño ondulado, cara en forma de corazón. Si no fuera quien es, y él no hiciera lo que hace, seguramente le hubiera pedido para salir a alguna parte. Pero no podía ser así. Así que ella sería su próximo trabajo, no sería muy difícil.

He aquí, otra de los ejemplos del gran ego de los mafiosos masculinos, creen que son capaces de cumplir todo trabajo con la máxima eficacia. Pobre Edward, ¿en serio creía que todo sería tan fácil?. Era inocente, pero, ¿tanto?, puede que la mafia te enseñe muchas cosas, pero si el amor se pone de por medio, no creo que ni la mafia sepa qué hacer.

Ella salió de casa esa noche con una gran chaqueta negra que le llegaba hasta las rodillas, llevaba un corto vestido negro debajo que no se le veía, y unos tacones negros superfinos. Necesitaba ese toque para que el plan funcionara. Había decidido que, si no podía casarse con quien ella quisiera, no lo haría. Sabía que un matrimonio sin amor no llegaba a ningun sitio, y ella no quería eso, no quería ser infeliz, más de lo que ya era. Su padre le había dado muchas cosas, pero, la felicidad era un término que ella claramente no había podido tocar aún con sus delicadas y blancas manos, era algo que ella deseaba por encima de todo, sin importar cuan alto fuera el precio.

Y ése es uno de los errores de nuestra querida Isabella, todo tiene un precio, y aunque al principio siempre se está dispuesto a pagar por él, al final, no siempre se quiere pagar.

También sabía que si ella no podía vivir como ella quisiera, no lo haría. No viviría. Ése era su plan. A fin de cuentas, ella era el único punto débil de su padre, y dado que su padre tenía los días contados, los dos saldrían ganando. Reflexionando, su vida no había sido nada, no había tenido amigos, no había salido de fiesta, no había vivido, así que básicamente, era poco lo que la muerte se llevaba.

Caminó por las multitudinarias calle de Italia viendo como los turistas sonreían felices al hacerse una foto junto a alguna columna que el guía les ha dicho que fué de los dioses romanos, todo mentira. Observaba detenidamente la gente de los bares, sonriendo mientras sostenían sus vasos en sus manos y se sonreían, demostrando la felicidad que les provocaba estar en ese lugar, lo felices que eran. Porque ellos eran felices, venían a Roma y les gustaba, siempre estaba llena de gente, como si nunca nadie se cansara de verla. Y se preguntó. ¿Que és lo que debe tener Roma?, y se dió cuenta de que no lo sabía. De que no había visto Roma en su vida, no había visto su tierra, su hogar en sus 17 años, y al fin y al cabo, esa sería otra cosa que se perdería.

Llegó por fin al gran edificio antiguo y entró. Subió al ascensor rezando que nadie la reconociese, si eso sucedía su plan fallaría. Sí, quería que la mataran, pero no de ésa manera, quería herir a su padre haciéndole ver que ella no era su juguete, que no podía manipularla como quisiera. Y no es que ella no quisiera a su padre, pero 17 años encerrada en una mansión no es la mejor manera de pasar la vida, su padre nunca estaba con ella, y prácticamente no podía hablar con nadie, lo único que podía hacer era leer y releer una y otra vez los pocos libros que su padre le permitía leer. Salió del ascensor. Sabía exactamente dónde tenía que ir, el despacho de Emmett Cullen estaba en el primer pasillo a la izquierda, la tercera puerta, el lugar donde ponía biblioteca. Se dirigió hacia allí sigilosamente, viendo como los guardias miraban sus piernas. Su plan había funcionado.

Él llevaba ya dos horas en ese escritorio, organizando papeles y libros, como un simple bibliotecario. No esperaba tener que estar trabajando de noche, pero debía acabar ese trabajo, así que se seguramente no dormiría. Se había quitado el jersey y se encontraba solo en una camiseta de manga corta. Estaba cogiendo unos folios que se encontraban sobre la mesa cuando alguien abrió la puerta.

-Creí que las reuniones ya habían acabado. -Dijo él extrañado.

-En realidad, lo han hecho, pero quiero hablar con usted.

-Ella entró en la pequeña y poco alumbrada habitación con su gabardina negra que enseñaba sus esbeltas y largas piernas. Él se la quedó mirando. Realmente tenía un físico de espanto pero ¿qué hacia ella allí?. ¿Acaso quería hacerle más fácil el trabajo?. Podría acabar con ella ahí mismo, pero antes quería escuchar lo que tenía que decir. Estaba decidiendo si la mataría antes de que pudiera salir, o si la dejaría ir para hacer el juego un poco más divertido.Y entonces se fijó en esas largas y finas piernas que sobresalían por debajo de esa corta gabardina negra. La chica se acercó unos pasos, se quito la chaqueta y la dejó doblada en su brazo, dejando a la vista su mini vestido negro. Él abrió la boca, había venido a matarle, ¿o pensaba hacerlo con esas piernas?. Y esos tacones, claramente estilizaban su figura. Pero era hora de hablar.

-Bienvenida. -Dijo él con voz pausada, intentando que no se notara el efecto que ella le causaba. -¿Qué se le ofrece?. -Dijo el chico ofreciéndole el sillón del otro lado de la mesa.

-Soy Isabella Swan, y no me trates de usted, sólo tengo 17 años. -Contestó ella sentándose.

-Edward Cullen. -Dijo él a modo de presentación. -¿Entonces, vas a decirme qué quieres Isabella?. -Dijo el chico que empezaba a impacientarse, ¿por qué no le decía ya a lo que había venido?.



#1975 en Fanfic

En el texto hay: amor

Editado: 24.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.