Mafias en guerra

Capitulo 1

El ultimo año de instituto traía consigo un ambiente lleno de bromas, fotos y amigos.

—Chris, Chris, Christopher!!!- Grito el chico de cabello negro, corriendo detrás del castaño- Llevo 20 minutos corriendo detrás de ti... ¿Acaso estás sordo?- Dijo con la respiración agitada caminando junto a el.

Christopher Vannicelli Adams, de 21 años, alto, de voz gruesa pero a la vez delicada, de piel pálida, amante de la lectura y el jazz. Tras sus lentes, unos ojos verde oliva, encarnaba el ideal de muchas; sin embargo, su corazón no latía por ninguna mujer.

—Escucho música, ¿no ves?- Rio Christopher.

—Deberías bajarle el volumen- Sugirió Adam, serio-, Te quedarás sordo.

—¿Podrías repetirlo?- Pregunto Christopher burlón- Disfrutaba el hermoso sonido de jazz en mis oídos- Adam se veía enojado, pero a Christopher le gustaba molestarlo. Después de todo, él había decidió ser su mejor amigo, así que ahora debía soportar sus chistes sin gracia.

—Bien, quédate sordo.- Adam comenzó a caminar más rápido, dejando al castaño con la palabra en la boca.

—¡Adam espérame, si!- Christopher corrió hasta alcanzarlo- ¿Estás molesto?- Por supuesto que lo estaba, odiaba que no tomara las cosas enserio- Era broma, ¿ok?- El chico de cabello negro no respondió- Ya que estás molesto, creo que no compartiré mi almuerzo contigo.- Ambos rieron.

—¡Jamás me has compartido de tu almuerzo!- Dijo Adam, aún riendo.

—Lo sé- Murmuro Christopher, sin dejar de reír.

Ambos chicos entraron al amplio salón, dirigiéndose a su puesto asignado.

—¡Buenos días, clase!- Pronunció un hombre de traje, cerrando la puerta tras de si.

—¡Buenos días, señor Storm!- Respondieron todos al unísono.

—Por favor, saquen sus cuadernos y libros de lectura- Todos obedecieron, esperando la siguiente orden del profesor.

El señor Storm tomó su lista y, buscando con la mirada a cada estudiante al leer sus apellidos. El silencio reinaba hasta que llamaron a la puerta.

—¿Por qué llega tarde?- Miro serio al chico de cabello negro y ojos color chocolate.- No podemos esperar a que usted se digne a entrar al aula de clase- Dijo molesto.

—¡Estaba en una práctica!- Respondió el chico de mala manera.

—Faltar a una práctica no le hará daño a nadie- Dijo, mirándolo a los ojos- Por favor, siga y siéntese en su puesto asignado.- Él menor rodó los ojos y entró al aula, caminando lentamente mientras buscaba su lugar.

—¿Sabes cuál es mi "puesto asignado"?- Hizo comillas con sus manos.

—Es la última mesa de esta fila- Respondió Christopher, mirando los ojos color chocolate de Jackson.

—¡Gracias!- Pronunció el chico guiñándole un ojo al castaño.

—Claro- Respondió Christopher, rodando los ojos ante aquella acción.

—Bien, clase, comencemos- Pronunció el señor Storm, dándoles la espalda a los jóvenes para comenzar a escribir en el gran tablero lleno de tiza blanca.

Las clases transcurrieron con normalidad. llego la hora del almuerzo, y todos se dirigieron al patio del instituto. Adam y Christopher, como de costumbre, fueron a la cancha de baloncesto, donde se recostaron bajo un gran árbol para descansar de las agotadoras horas de clases.

—¡Deberías ir a hablarle!- Pronunció el castaño mientras sacaba un libro de su mochila.

—¿¡Estás loco!?- Dijo el chico de cabello negro, algo exaltado- Si me acerco, creerá que soy uno de los chicos que están enamorados de ella- Dijo ansioso.

—¿Acaso no es así?- Pregunto Christopher.

—Sí... Pero- Dijo Adam, dudoso- No se cómo acercarme y decirle cómo me siento.- Adam había estado enamorado secretamente de una de las animadoras del equipo de baloncesto, razón por la cual todos los días se sentaban en el mismo lugar.

—Eres un gran chico, Adam- dijo Christopher, intentando animarlo- Si jamás lo intentas, no lo sabrás- aconsejo como si fuera un experto en esas cosas.

—Gracias, Chris- Sonrió Adam, no tan convencido.

Pasaron los minutos y Adam parecía estar cada vez más ansioso.

—¿Estás bien?- Preguntó Christopher, algo preocupado.

—Jackson le coquetea...- Pronunció entre dientes. Christopher miró en la dirección a la que su amigo miraba con celos. Jackson Vasiliev Porte, de 23 años, alto y con una figura atlética esculpida por años de baloncesto, su piel blanca contrasta con sus ojos color chocolate, su voz gruesa transmite seguridad y calidez, Jackson no es solo un atleta talentoso, sino un hombre con una mente astuta, su estilo personal combina la elegancia casual y deportista con un toque de rebeldía, coqueto por naturaleza, su presencia en la cancha de baloncesto es magnética, y su carisma natural atrae a la gente como un imán.

—Definitivamente- Pronunció el castaño, sin mucho interés, para volver a su libro.

-Por otro lado-

Mientras tanto, Jackson se encontraba con sus amigos cuando las animadoras llegaron a saludar, entre ellas su mejor amiga, Ani.

—¡Hola!- Dijo la chica de uniforme brillante.

—Hola, Ani- Dijo Jackson con una sonrisa coqueta- En una semana jugamos contra un nuevo instituto, ¿ya planearon alguna coreografía?- Preguntó, apoyando su codo en el hombro de la chica.

—Aún no- Jackson hizo una mueca. Como capitán del equipo, siempre deseaba tener todo controlado, y saber que no había una coreografía no le agradaba ni un poco.- ¡No me mires así!- exclamo Ani, seria- Te recuerdo que no soy la capitana del equipo, no es mi trabajo- Recalcó lo último.

—Sí, sí- Jackson rodó los ojos.

-Con Adam y Christopher-

—¡Ya deja de mirarlos!- Dijo el castaño sin despegar la mirada de su libro.

—¡No puedo!- Exclamó Adam con los puños cerrados. Era claro que tenía celos, pero, ¿quién no tendría celos de ver a su crush con el chico guapo y popular?

—Solo acércate a ella- Dijo Christopher, mirándolo-.

—Lo dices como si fuera tan fácil- Se quejó.

—Bien, solo mira como le coquetean- Dijo Christopher, volviendo a su libro.



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En el texto hay: mafia, amistad, chicoxchico

Editado: 14.08.2025

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