Capitulo 5

¡Aqui nuevo capitulo! Aun no esta terminado, pero es un adelanto. Espero que les guste.

-Christopher-

Todo estaba saliendo como lo había planeado.

"Todos en posición. Esperamos ordenes." La voz de Marco sonó a través del auricular. "Cuando quieras."

Mi dedo índice apretó el botón de mi Tablet, haciendo que la explosión de Marco comenzara. El sonido se hizo presente en todo el puerto. Estallando a unas dos estaciones del puerto 7, pero lo suficientemente cerca como para distraer a los guardias. A través de mi monitor vi a los guardias correr hacia el lugar del estruendo, todos con armas en las manos. El tiempo estaba controlado.

"Despejado, Adam. Muévanse. Ahora." Ordene, desde el auricular. Vi a Adam y a todo su equipo moverse como sombras por el lugar. Mientras los guardias no entendían que había pasado e intentaban resolver lo que sucedía. "Elara, ¿cuántos minutos faltan para que el sistema de seguridad se recupere casi por completo?"

"Quizás diez o menos, Diam. Pero conociendo un poco a estos ineptos que contratan como seguridad, decidirán reiniciar todo manualmente. Eso significa que cámaras y sistemas de seguridad, todo, quedara a la merced." Sonó divertida. "Tendremos tiempo suficiente." Mi voz firme.

"Excelente. Eso nos da una ventaja perfecta. Adam, ¿qué tal todo allá?" Pregunte. Estaba calmado, un reflejo de confianza en mi plan.

"Estamos dentro de 'Poseidón'. No hubo resistencia. Avanzamos a la sala de carga. La seguridad es... Sorprendentemente horrible. Es como si estuvieran esperando que alguien atacara en un punto diferente." Escuchaba las fuertes pisadas desde el auricular.

Una sonrisa se curvo en mis labios. "Eso es bueno, Adam. Sin seguridad, ¿eh? " La Parca dorada y Amanecer glacial... Tan cerca, podía sentirlas en mis manos.

El silencio volvió a caer, roto solo por el suave "clic" de mi teclado y el resonar de los pasos de mis hombre. En mi tablet, la seguridad seguía fuera de servicio, esto gracias a Elara.

"Ya entramos." Una leve sonrisa triunfal se dibujo en mi rostro.

"Excelente." El sonido de pasos frenéticos y cartón rasgado llenaron mis auriculares. Una fugaz chispa de ansiedad se prendió en mi pecho, una necesidad exasperante de tener aquellas armas sobre mi poder.

"C-Chris..." La voz de Adam apareció nuevamente. Solo que esta vez algo había cambiado en ella.

"¿Sucedió algo?" Pregunte, casi por inercia.

"No hay nada, l-las cajas..." Mi pulso se acelero. "Las cajas están vacías. Christopher, no hay nada." Mierda, lo que necesitaba. Comencé a caminar por la habitación, pasando mi cabello hacia atrás.

—Malditos idiotas.- Golpee la pared más cercana. "No se muevan, voy para allá." Sin esperar una respuesta arranque los auriculares y los tire al suelo con fuerza. Tome mi mascara y me la coloque. Dando pasos enormes me dirigí a la mesa en donde estaban algunas armas y demás cosas. Tome un cinturón y coloque varias municiones de balas, tres armas, cada una con algún detalle especifico, silenciador, etc. Mi equipo intentaba ayudarme, pero no lo permitía. Estaba cegado. Mi mandíbula estaba tensa. Mi cuerpo se tenso. Tomaba cosas innecesarias.

— S-señor, debería usar un chaleco antibalas.- Sugiero un vocalti, atrayendo el chaleco hacia mi.

Negue con la cabeza. —¿Por que carajos usaría eso? Es estúpido.- El vocalti me miro sin decir nada.

Sin más que decir, me dirigí hacia el "Puerto 7". Mientras caminaba cargaba caga una de las armas; asegurándome de que todas estuvieran listas.

Recorrí el lugar en menos de lo que esperaba. Cuando llegue vi a mis hombres registrando el lugar. Adam fue el primero en verme llegar.

— Diam.- Se acerco a mi con pasos rápidos. — ¿Y tu chaleco antibalas?- Recorrió mi cuerpo con la mirada.

— No necesito esa mierda.- Respondí serio, mientras me acercaba a las cajas. — ¿Han encontrado algo?- Observe mi alrededor.

Todo parecía estar tranquilo. A decir verdad, muy tranquilo.

— Aun no.- Dijo Adam, caminando detrás de mi.

Mis puños estaban cerrados a mi costado. Sentía el latir de una vena en el cuello. Cada paso contenía la furia que me causaba saber que mi plan había fallado de una u otra manera. Recorrí el perímetro, desesperado por encontrar alguna señal. Una pista.

El lugar desprendía un olor a amoniaco y tal vez azufre. Llegue a la esquina derecha del lugar. Pues, parecía haber un tipo de contador de electricidad. Pero al llegar no era lo que creí.

— ¡Una bomba!- Grite retrocediendo.

El sonido de la explosión genero un sonido aturdidor en mis oídos. Al estar a una distancia sin seguridad exacta salí disparado por la fuerza de la explosión, tal vez llegando unos tres metros más lejos de la posición que antes tenia. Impacte con fuerza al piso y sin siquiera respirar escuche pasos. Y los disparos no tardaron en llegar. -Los malditos habían planeado un contra ataque-

Como pude me levante y me posicione detrás de unas cajas de madera. Tome una de las armas y me acuclille, teniendo una buena vista comencé a disparar desde mi posición. Mi cuerpo se sentía débil, mis rodillas temblaban ligeramente y tenia algunos golpes por la explosión, pero nada me frenaría; no ahora que estos bastardos habían decidió aparecer. El lugar estaba algo nublado por la explosión. Solo podía ver polvo y algunas siluetas. Me levante y comencé a disparar a cualquiera que se me acercara. Algo imprudente de mi parte... Aunque realmente conocía a mis hombre, no necesitaba ver sus caras para saber quienes eran.

La tensión en el aire era tan palpable como el arma en mis manos. Mi mente iba a mil por segundo. Mis ojos recorrían todo en busca de el mínimo sonido o movimiento, cualquier cosa. El sonido de un zumbido sumado a el coche de las balas contra paredes y cuerpos invadían casi por completo mi audición.

Fruncí el ceño al sentir algo a mis espaldas y sin dudarlo dispare. Mi percepción era buena a pesar de la poca vista que proporcionaba el lugar. El cuerpo cayo al suelo como un costal de papas... Algo que me cuso cierta satisfacción. Volví a acuclillarme. Mientras me acercaba sentí como habían varias personas a mi alrededor. Perfecto, era el blanco de esos idiotas.