Capitulo 6: "Circunstancias particulares y amigos peculiares"
Mientras los alumnos veían detenidamente el momentáneo espectáculo de relucientes brillos dorados, Maggie aprovechó para dirigirse a la mesa de los profesores y tomó asiento entre su abuelo y su tío Severus.
La mayoría aún seguía perdido entre el resplandor de su pequeño truco más sin embargo los que lograron salir antes del trance fijaron su vista en la pequeña bruja y miraron con atención como el director se encaminaba al frente de todos.
— Bien, antes de comenzar quisiera aclarar las dudas que seguramente ya habrán formulado en sus cabezas – sus palabras al parecer lograron despertar al resto del alumnado que ahora se mantenía en silencio – como notarán la señorita a mi lado no fue seleccionada para ninguna casa – de un momento a otro los murmullos empezaron a extenderse y elevarse de tal manera que el director tuvo que levantar la voz – esto se debe a que al estar relacionada conmigo, al ser mi nieta, tome la decisión de no hacerla partícipe de alguna de las casas para evitar situaciones que puedan mal interpretarse.
Durante años Maggie se acostumbró a asistir al banquete, a recibir clases con sus tíos e incluso a la constante atención por ser nieta del mago más poderoso, pero justo ahora se sentía pequeña y nerviosa, todos la veían con detenimiento empeorando la situación.
— Ignoralos – susurro de pronto su tío sevy provocando que se tranquilizara y recordará que no estaba sola.
— Lo haré – aseguró sintiéndose valiente por primera vez en el día.
— ...así es como se arreglará – esas palabras la hicieron percatarse de que no escucho gran parte del discurso de su abuelo, aunque por suerte nadie lo sabría -además de severus - sin más por agregar ¡Que comience el banquete!
Ya en calma e ignorando las miradas que aún persistian en su dirección se dispuso a disfrutar del banquete aunque ella tenía comida diferente. Siempre fue una niña muy selectiva en cuanto a la comida y de pequeña tenía la constante costumbre de oler la comida antes de ingerirla, esto porque si el olor no era de su agrado tampoco lo sería el sazón del plato o al menos ese era su razonamiento.
Mientras terminaba su porción de papas levantó la vista cruzando la mirada con unos ojos verdes que no tardó en reconocer, ambos niños se sonrieron a forma de saludo, pero cuando Harry desvió levemente su mirada cambió su expresión a una de dolor y tocó con sus dedos la curiosa cicatriz en forma de rayo.
Antes de poder cuestionarse sobre que pudo haber pasado una copa de helado atrajo su atención y finalmente la hizo olvidar ese pequeño detalle.
Por último, también desaparecieron
los postres, y el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.
— Ejem... sólo unas pocas palabras
más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo algunos anuncios mas que agregar para el comienzo del año.
»Los de primer año debéis tener en
cuenta que los bosques del área del
castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán
recordarlo«
Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley mientras Maggie reía sabiendo que ella era una visitante constante.
— Y por último, quiero deciros que
este año el pasillo del tercer piso, del
lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa - esto último despertó su innata curiosidad aunque sabía que debía ser precavida ya que parecia ser algo realmente serios.
— ¿Que hay en el tercer piso? – pregunto en un ligero susurro a Severus quien le regaló una mirada de reproche.
— Nada que te interese – respondió tajante y con ese tono que le indicaba que era un momento pertinente para salir corriendo.
— Bien – guardo silencio y observó como su abuelo se disponía a dar inicio a su parte favorita.
— ¡Y ahora, antes de que vayamos a
acostarnos, cantemos la canción del
colegio! – exclamó su abuelo.
Maggie sin poder evitarlo golpeó la mesa con su cara totalmente harta de esa canción, causando que el gran comedor de llenará de risas, hasta el amargraso de Severus (como ella solía llamarle) parecía divertirse aún cuando su cara gritaba: "si no me matan ahora se arrepentirán más tarde"
— ¡Que cada uno elija su melodía
favorita! – dijo Dumbledore – ¡Y allá
vamos!
Y todo el colegio vociferó:
Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enséñanos algo, por favor.
Aun que seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias...
Termino ignorando la tediosa letra y la desigual melodía, aunque eso no evitó que regresara su atención en el momento en que solo los Weasley seguían cantando.
Editado: 06.11.2019