Capitulo 8: Clases de vuelo y un duelo.
Maggie de rehusó a salir de su habitación en todo el día, le molestaba esa actitud de parte de Severus. Si abuelo le recordó como cada cierto tiempo que debe aceptar como es, además de que recibió un buen regaño por no controlarse.
— Te pedí que ocultaras ese tipo de desplantes mágicos.
— Pero me saca de quicio... supongo que deberé disculparme ¿no? – su abuelo asintió – Bien, pero eso será después, necesito calmarme.
— De acuerdo, te dejo. Un elfo te traerá la comida, no te preocupes por tus clases según recuerdo ya dominas la mayoría de hechizos y pociones.
— Claro, porque según recuerdo cierta personita siempre insistió en que debía estar lista – Dumbledore sólo asintió y se marchó, ambos sabían que era un tema delicado.
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Por un par de días su rutina fue la misma; practicar, leer y comer. Ni siquiera le gustaba dormir nunca fue algo que disfrutara aunque al final siempre debía hacerlo. En aquella ocasión sin embargo simplemente le fue imposible. Por lo que, como siempre, estaba rondando por los pasillos o hablando con sus amigos, pero nada es eterno por lo que al enterarse de la proximidad de las clases de vuelo decidió dejar su encierro.
Con algo de suerte y muchos atajos logró interceptarlos en el pasillo que se dirije al patio, no fue difícil notar la tensión de todos y tampoco evitó reír al ver las caras de Hermione y de Neville, algo que causó que la clase notará su presencia.
La mayoría estaban sorprendidos y algo intrigados pues era la primera vez que la veían desde su pelea con Severus, solo un par de ellos la miraba con miedo esperando su ataque.
— Hola Maggie – Ron la saludo casi de inmediato – creímos que el murciélago te lanzo con el calamar.
— No se atrevería – lo tranquilizó – solo quería estar sola – miró a Harry el cual parecía nervioso, aterrado – Calma Harry, estoy segura de que podrás hacerlo bien.
El sólo sonrió y siguieron su camino, los Slytherin ya estaban allí, y también las veinte escobas cuidadosamente alineadas en el suelo.
— Bueno ¿qué están esperando? –
bramó la señora Hooch. A quien Maggie respetaba más el cariño no era tan grande como el que sentia por sus demas tios – Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido.
Se puso al lado de sus amigo y los observó divertida, por suerte el propósito de su abuelo de prepararla para todo también incluía la escoba por lo que sabía volar más nunca intentó jugar Quidditch.
— Extiendan la mano derecha sobre
la escoba – les indicó la señora Hooch
– y digan «arriba»
La escoba de Maggie saltó de
inmediato en sus manos, pero fue una de las pocas personas que lo consiguió al igual que Harry aunque era algo de esperarse considerando su apellido. La de Hermione Granger no hizo más que rodar por el suelo y la de Neville no se movió en absoluto.
— Ahora, cuando haga sonar mi
silbato, den una fuerte... – la clase estaba resultando más que aburrida y por un momento se arrepintió de ir, pero cuando Neville comenzó a elevarse y posteriormente a caer supo que eso no sería lo último que ocurriría en el día.
— No deben moverse mientras llevo
a este chico a la enfermería. Dejen las escobas donde están o estaran fuera de Hogwarts más rápido de lo que tarden en decir quidditch. Vamos, hijo.
— ¡Miren! – dijo Malfoy, agachándose y recogiendo algo de la hierba – Es esa cosa estúpida que le mandó la abuela a Longbottom.
— Trae eso aquí, Malfoy – dijo Harry con calma. Todos dejaron de hablar para observarlos. Malfoy sonrió con malignidad.
— Creo que voy a dejarla en algún
sitio para que Longbottom la busque.. ¿Qué te parece... en la copa de un árbol?
— Draco... – Maggie trato de razonar con el, pero antes de siquiera acercarse despegó sobre su escoba y se alejo un par de metros.
— ¡Vamos Potter! – lo reto, y Harry comenzó a seguirlo en su escoba, Maggie ignorando a todos también despego y vio como Malfoy lanzaba la recordadora, voló hasta el y le dio un fuerte tirón en las orejas haciendo que bajará con ella.
Todos los presentes estaban mudos, no sólo vieron una demostración excelente de vuelo por parte de Harry, si no que además, observaron a la pequeña bruja humillar y regañar al insoportable de Draco Malfoy.
— ¡HARRY POTTER! – se escuchó a lo lejos – Nunca... en todo mis años en
Hogwarts... – Maggie se apresuró a bajar aunque estaba segura de que tendrían un par de palabras con su tía – Nunca... en todo mis años en Hogwarts... – en un acto estúpido comenzó a reírse de su asombro lo cual atrajo la atención de su tía.
— ¡MAGGIE DUMBLEDORE! – y ella demostrando una aptitud Slytherin salió corriendo, por pura precaución.
Editado: 06.11.2019