Magia dorada

Capítulo 2 "Chiflados"

— Marshall — El pelinegro solo se limitó a gruñir ligeramente y cubrió su rostro con las cobijas — Marshall, ya tienes que levantarse —

Marshall abrió lentamente los ojos para encontrarse al rostro sonriente de Lucas. Parpadeó un par de veces antes de darle la espalda a Lucas. Volvió a sentir como su compañero lo agitaba ligeramente del hombro.

—Shhhh. Estoy intentando dormir — Dijo Marshall con la voz ronca.

— Pero ya tienes que levantarte — Replicó Lucas — El profesor Delta dijo que tenías que levantarte temprano. ¿Acaso quieres llegar tarde a su clase? 

—No me importa. Solo quiero dormir — Dijo Marshall mientras se acurrucaba en sus cobijas. 

Lucas refunfuño. Se acercó a la base de la cama de Marshall y tiró fuertemente de sus cobijas para destaparlo.

—¡Oye! — Gritó Marshall al sentir el frío de la habitación.

—Ahora tendrás que levantarte — Dijo Lucas mientras dejaba las cobijas en su cama — La clase empieza en diez minutos — 

Una parte de él quería enojarse pero simplemente no podía. Por más que quisiera no podría volver a dormir, así que se estiró un poco antes de levantarse de la cama. 

Se cambió de ropa y bajó al primer piso. Los demás ya habían terminado de desayunar y Delta no estaba por ninguna parte, lo cual fue un alivio para Marshall, así no tendría que escuchar por tercera vez su sermón sobre levantarse más temprano.

Se dirigió a la cocina sin decirle nada a nadie, ni un buenos días. Sacó el cartón de leche del refrigerador y un vaso de una de las repisa.

—¿No quieres desayunar algo? — Preguntó Lucas.

—Estoy bien, gracias — Dijo Marshall mientras le daba un sorbo a su vaso de leche.

Lucas frunció el ceño.

—¿Siempre haces eso? —

—¿Hacer que?—

—Saltarte el desayuno — Dijo Lucas como si fuera lo más obvio del mundo.

Marshall se encogió de hombros y le dio otro sorbo a su vaso.

—Lo hago desde… — No pudo terminar la frase.

Lucas lo miró en espera de que dijera algo.

—Desde que tengo 12 —Dijo Marshall rápidamente — Lo agarré como costumbre cuando mi padre dejó de preocuparse por mi.

Desde entonces, Marshall prácticamente tenía que cuidarse solo: preparar su propia comida, ir solo a la escuela e incluso él tenía que encargarse de las compras y de que la casa estuviera ordenada. Su padre… había perdido interés en todas las cosas, solo salía de casa y regresaba a altas horas de la noche. Aunque su padre ya estaba tratando de cambiar los malos hábitos y volver a estar con su hijo, Marshall no estaba seguro si podía perdonarlo por dejarlo por dos años.

—Yo haré que eso cambie —Cantó Lucas. Marshall enarcó una ceja — Me encargaré que vuelvas a agarrar la costumbre de desayunar. ¡Porque es la comida más importante del día!

Marshall contuvo una risita ante el entusiasmo de Lucas. Era lindo pensar que alguien se preocupaba por ti.

—¡Oigan! — Felix les gritó desde afuera — La clase está por empezar —

Marshall se acabó rápidamente su vaso de leche y lo dejó en el fregadero

Los chicos salieron al patio para tomar su primera clase de pociones. La mesa ya estaba preparada, con los calderos, cucharas y frascos que utilizarían para la clase.

Lo extraño era que Delta aún no se presentaba. Esperaron diez minutos y no mostraba ningún indicio de que llegara pronto. 

Marshall aprovechó para comer algo más decente mientras los demás jugaban encantando aviones de papel.

Veinte minutos después, Delta salió al patio con una mujer de largo cabello rizado; vestía de manera extravagante con un vestido que estaba hecho con pedazos de telas de distintos colores; usaba un collar de cuencas azules y varias pulseras.

Delta habló con ella unos cinco minutos antes de que la mujer se acercara a la mesa.

—Buenos días muchachos — Dijo la mujer con una voz potente — Soy Altea. Su profesora de pociones —

Los chicos se miraron entre ellos extrañados.

—Disculpe — Habló Milo — Creímos que Delta nos daría esta clase porque… bueno… él se especializa en esto — 

—Pues no será así. Delta me pidió que yo les diera esta clase. Delta podrá saber mucho de pociones pero no es un experto como yo. — Altea habló con cierto aire de superioridad — Ahora si me disculpan, comenzaremos con la clase, que ya vamos atrasados.

“Por Celene” Pensó Marshall “Esta mujer es peor que Delta”

—Probablemente vieron cosas sobre pociones en sus antiguas escuelas — Los chicos asentaron en silencio — Bueno, quiero que olviden todo eso. Yo les enseñaré las pociones que de verdad les van a ayudar. Nada de esas cosas tontas como para agrandar cosas. Una poción que se tienen que aprender al pie de la letra es una de curación instantánea. Nunca sabrán cuando esta les pueda salvar la vida —

—Empezaremos con una poción de curación instantánea básica. Esta poción es bastante débil, sólo puede curar pequeñas heridas como cortes poco profundos o raspones, pero sirve de base para otras pociones curativas—




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