Magia En Tus Ojos

Capítulo 3. Migraña.

Mark vino a casa un rato después, hizo una exhaustiva revisión bajo la atenta mirada de mis padres y determinó que no tenía cosa por la cual preocuparnos, que fue un simple desmayo. Josh lo hizo jurar que no era nada grave, quizá lo intimidó un poco. Josh suele ser sobreprotector cuando de la familia se trata. No había porqué dudar, el médico no nos mentiría, es el mejor amigo de mamá y además, un médico muy reconocido, su magia lo hacía destacar por sobre otros, sus dones le permitían ver y sentir lo que cualquier otro no podría. Por eso es tan bueno en su trabajo.

Después de su revisión, pasó un rato más en casa, comió casi igual que Josh, aunque Josh no tiene comparación. Es increíble todo lo que puede comer, en vez de estómago tiene un agujero negro.

Devoraron, entre los dos, todo lo que había en la despensa y mamá casi mata a Mark cuando le preguntó si no tenía más comida. A Josh, por el contrario, no le dijo nada, él es como un hijo para mis padres. Solo falta que tenga nuestro apellido.

Dejo de divagar y me concentro en lo que tengo que hacer, que justo ahora es arreglarme para el instituto. Me ducho y visto, bajo al comedor tarareando una canción que, por culpa de Josh ha estado en mi cabeza, y me siento para empezar a comer.

—Buen día, mami, papi. —Saludo y les doy una sonrisa.

—Buenos días, princesa, ¿cómo te sientes hoy? —cuestiona papá, él todavía sigue preocupado.

—Estoy bien, papá, tranquilo, tío Mark confirmó que me encuentro en perfecto estado —hago un gesto con mis hombros, quitándole importancia.

—Melody, amor, hoy vamos a presidir una cena para unos futuros socios de la empresa —me mira atentamente, es algo de rutina, papá suele tener estas cenas de vez en cuando para afianzar relaciones con socios o establecer nuevas alianzas—, por favor, debes estar lista antes de las siete, a esa hora está pactada la cena

—Estaré lista a las seis treinta, así podemos reunirnos en el comedor antes de que lleguen.

—Eso sería perfecto, Els. Puedes invitar a Josh si quieres, él es siempre bienvenido —añade mamá.

—Le diré, seguro acepta, no se perdería tu comida, mamá.

—Ese chico —niega papá— si no estuviera seguro del amor que tu madre siente por mí, me pondría celoso. Alaba demasiado a tu mamá —la mira, indignado— y tú lo dejas, preciosa, eso hiere mis sentimientos.

—Claro, lo dice el hombre que lo invitó a vivir en nuestra casa y que además, le preparó una habitación para cuando se decida. Es la definición de celoso, cariño.

—Bueno, una cosa no tiene que ver con la otra —sonríe—, es un buen hijo, muy a pesar de que te halague tanto, sin embargo, debo reconocer que tiene muy buen gusto.

Como dije, Josh es familia, mis padres lo ven y lo tratan como un hijo, han estado intentando que se mude a casa desde hace tiempo, pero Josh siempre encuentra la forma de desviar la conversación. Él vive solo en su departamento, sus padres, bueno, su relación es complicada, hace años que no vive con ellos y desde hace años mis padres insisten en que se mude. Pasa tiempo en nuestra casa, tiene una habitación y algunas pertenencias aquí, pero siempre se termina yendo.

Creo que él no siente que encaje, con su historia, es comprensible, debe ser complejo para él, sin embargo, nuestra familia no es una que se dé por vencida ante las dificultades, estoy segura de que va a terminar mudándose con nosotros. Hemos sido pacientes, pero la paciencia se está acabando, al menos de mi parte, y sí no acepta mudarse pronto, me veré en la penosa situación de secuestrar su divino ser.

No es tan mala idea.

—Els, una última cosa, solo para que tengas conocimiento —él toma mi mano y la aprieta—, esa familia es como nosotros.

—¿Cómo nosotros? No lo entiendo.

—Son la familia que nos sigue en el orden de jerarquía, su linaje es casi tan antiguo como el nuestro, tienen magia como nosotros, son Magics, ¿entiendes?

Entiendo eso, tienen magia, así que debo ser precavida, no es como que sea una indefensa mariposa en un prado en llamas, pero no está de más ser cuidadosa. Tienen magia y yo no, papá sigue creyendo que soy vulnerable por eso, pero con ellos aquí, Josh y mis habilidades de lucha, estoy más segura que en cualquier otro sitio.

Además, no es como si nuestra propiedad no estuviera llena de seguridad. Del mismo modo, no serían tan idiotas como para atacar a la familia principal, en su casa, con dos Magics adultos y entrenados, y más aún bajo la atenta mirada de nuestro equipo de seguridad.

No creo que sean tan idiotas, pero no por eso hay que bajar la guardia.

—Bien, entiendo, son una familia de raritos —río despreocupada, mis padres me miran con reprobación, pero solo lo hago para distraerlos.

Siempre se preocupan de más, al menos así pensaran en otra cosa.

—Els, no son raritos, nosotros no somos raritos, amor —se encoge de hombros—. Tú no eres rarita. Somos especiales, Els, tenemos algo que los humanos no tienen y eso nos hace diferentes y únicos, a nuestra manera.

—Lo sé, papi, lo dije solo para molestarte un poquito —hago el gesto con mis dedos—. En fin, nos vemos después, me voy al instituto.

Me despido con un beso y abrazo para ambos y cuando estoy por salir del comedor la voz de papá me detiene.




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