Magic History "Ansias De Libertad"

Capítulo 3

Capítulo 3

 

Desperté por la mañana antes de clase, comí rápido y me aliste para llegar a la escuela lo más rápido posible. Hoy saltando una de las reglas más importante en mi vida, ir a pie. Busque en el garaje de la casa, una Magicleta2 para ir rápido a la escuela, no quería perder tiempo, ahora tenía mucho trabajo que hacer, entre ello, buscar un diccionario que me diera a entender aquel idioma en el que estaba escrito la dirección de la ciudad de la libertad, en primera instancia iba a esperar a estar en el consejo para descifrarlo, pero pensé que podía ser peligroso por un par de cosas. La primera era la presencia de tantos guardias en la zona. Y la segunda, que si algún guardia me encontraba leyendo ese libro, seguro me iba a mandar a la cárcel, perdiendo todo lo que ya tenía hecho.

Antes de desaparecer el mago santo merlín, dejo un diccionario en la capital con el que podía entenderse el lenguaje de aquellos libros. El libro de las crónicas. Un libro en que merlín dejo escritas una de sus aventuras por el mundo, junto al rey Arturo y su aprendiz, el Tirano. Ese libro que robe contiene casi toda la información sobre el camino que conduce a la ciudad de la libertad y encima uno que otros hallazgos impresionantes. Para nada que este libro es legal, es más lo estoy escondiendo con algunos hechizos, si me llegaran a atrapar con ese libro, de verdad que me arrestarían.  Pero las redadas ya han pasado de su existencia un par de veces, le estoy empezando a perder cuidado.

Ahora lo único que me preocupaba era la existencia de la cura. He oído hablar, que si te curan la mayoría de genes en tu cuerpo cambian, y que te puedes ir toda loca y con  la actitud más indeseable en el mundo, pero puedes regresar como la persona más dócil en el planeta. Que si eras algo desordenada y dejada en tu forma de ser, volvías como la hija o hijo perfecto.

Algunos recuerdos cambian o son alterados, también después perder ciertos recuerdos de tu niñez o de tu adolescencia. En los peores de los casos, olvidar completamente en la existencia del amor. Alguien que haya querido a otra persona, no la va a poder recordar por mucho que haga el esfuerzo, por esto el gobierno quiere mantener a todos en las calles bajo control. O bajo el control que ellos creen mejor, para mí el tema del amor, no me afectaría ya que en mi vida, me he enamorado de un chico, y al hacerlo espero que sea en la ciudad de la libertad, para poder hacer todo aquello que las personas cuentan que podían hacer. Lo único que me preocupa es que la cura, borre mis ansias de ir a la libertad.

Hoy después de las clases, mar me dijo que fuera a su casa, pero yo se lo negué con una absurda escusa. Algo así como que tenía que ir a comprar algunas cosas antes del toque de queda, porque en casa me estaba quedando sin comida. La mejor excusa para que no me molestara más por un tiempo. Las clases terminaban a las cinco, pero falte a la  última clase, como pude busque una excusa, para colarme por la puerta principal de la escuela y salir. Tome mi Magicleta, y puse rumbo al centro de la ciudad. Tenía más de cuatro horas para buscar el diccionario. Pero mi mayor contratiempo son los guardias, están en todas partes y antes de cruzar el pequeño puente que divide la zona residencial de la ciudad, hay un control de vigilancia. Claro es estratégico de su parte, controla la entrada y controlaras lo demás.

Mi Magicleta era legal y llevaba todos mis papeles en orden y la fachada perfecta, iba de compras. Pero al no ser una curada, se iban a afincar en eso. Estaba nerviosa, el miedo me invadía las manos y no podía controlar bien el volante. Me repetía a cada momento en la cabeza <<Tranquila. Tranquila. Tranquila.>> el guardia cuando vio que me acercaba en la Magicleta me indico que me parara, yo deje de bombear magia en la bomba de la Magicleta, después de eso me baje y puse mi medio de transporte a un lado de mí. El guardia extiende sus brazos y después me pide los papeles.

Yo saque mi identificación además con el carnet de la escuela para que estuvieran más seguro. (Bueno también tenía mi uniforme) un guardia con su báculo, comprobó si ambos documentos eran legales, después de escanearlos, me dijo que pasara, no me hizo ninguna pregunta, cosa que me gusto más. Subí en la Magicleta y pase el puente. Estaba segura que la aventura iba a comenzar. Lo primero que vi fue los grandes edificios que se alzaban, junto a la torre del reloj, que era la atracción más bonita que había. Me encantaba ir a la ciudad, desde que iba con mis padres siempre me divertía mucho, comprar cosas en una de las muchas tiendas, y podía ir hasta a los juegos y carruseles. Pero desde que el gobierno del Tirano asumió, ninguna de estas cosas podía ser utilizada, solo algunas que otras atracciones para niños.

Pero lo que era más divertido para mí, la montaña rusa, jamás la pude volver a montar. Aunque me daba mucho miedo y siempre abrazaba a papa. Pase por el viejo parque central, donde de por sí, siempre comía helado, y estacione mi Magicleta. Baje en la primera tienda, para comprar pan y huevos, cosas necesarias para que los guardias no sospecharan nada. Mi billetera estaba llenas de piedras con las que se pegaba, entre a la tienda. Primero vi tres hombres, uno gordo y bien vestido. Que hacia una buena compra. Este era algo gordo y llevaba ropa de marca. Una ropa que solo cargaría alguien de un cargo alto. Como el rey o el virrey, o un conde. Pero no había guardias que le escoltaran, así que seguramente era solo un esbirro del gobierno. Después estaba un hombre con gafas, alguien que parecía un intelectual. Aunque no llevaba libros, y por ultimo estaba un  hombre con ropa un poco más normal. Parecía ser un padre de familia decidiendo que iba a llevar para la cena de su casa.



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En el texto hay: criaturas sobrenaturales, romance, magia

Editado: 05.06.2020

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