Magic History "Ansias De Libertad"

Capítulo 16

Yo afirmo con la cabeza, y subí las escaleras le apague las luces para que durmiera con comodidad. Y antes de salir pude ver sus ojos brillando entre la oscuridad. No sé por qué pero mi cuerpo suspiro sin entenderlo, fue algo indeseado, como si no pudiera evitarlo, fue completamente involuntario y raro, pero a su vez era extravagante y adictivo. Subí rápidamente a mi cuarto, cerré la puerta y me lance a la cama con la rapidez de una bala, quería descansar pero la emoción de haber recuperado mis piernas y mi pureza me volvían loca. Así que no pude dormir en toda la noche. El sueño no me acompañaba así que me puse la cobija encima y obligue mi cuerpo a dormir aunque fueran por unas horas. Mi propio plan resulto y unas horas más tarde me dormí.
Desperté un par de horas más tarde, vi a la ventana ya era de día. Pero un ruido estaba en la cocina como si alguien estuviese cocinando, recordé que no estaba sola, que Darius pasó la noche conmigo ayer. Entonces me levante de la cama y me peine el cabello. Odiaba hacerlo tan de mañana pero tampoco quería que me vieran tan desarreglada en las mañanas. Rápidamente baje a la cocina y él estaba con un delantal cocinando. No era una sospecha lo estaba haciendo en realidad. Además lo hacía con empeño y tarareaba una melodía que nunca antes había escuchado pero que era como un arpa de un ángel. También había un vaivén de aquí para acá, era como un bailecillo que hacía. No recordaba la última que había visto algo parecido. 
—Hola —Hable él estaba muy entretenido tanto que no me había notado en presencia estando en la cocina. El miro por encima de su hombro y sonrió.
—Hola ¿cómo estas hoy? 
—Estoy bien. ¿Y tu como dormiste? 
—La mecedora es muy cómoda y el sótano muy acogedor. —Seguro bromeaba ese sótano era un asco.
—No debiste preparar el desayuno me da pena. —El rio exageradamente como si estuviera haciendo una broma.
—Tranquila me siento en deuda me has dado asilo y comida. Es lo menos que puedo hacer. 
—No pero tú me curaste. Yo soy la que se siente en deuda.
—Es algo simple con mi Don. —El apago la llama de la cocina. 
—La comida esta lista vamos a comer. Tengo cosas que contarte. 
Enseguida él puso los platos y nos sentamos a comer. Aunque en los primeros minutos solo me centre en el delicioso platillo que desconocía por completo  que me había preparado, quería ruborizarme pero era muy temprano en la mañana. 
—¿Porque estabas en la cárcel? No eres malo por lo que veo. 
—Yo no soy de este país. Oh perdón confederación. 
—¿De donde eres? —Él tenía su mirada clavada en el plato de comida. 
—Soy de un reino muy lejano que está cruzando el mar. Ese reino se llama Deries… 
—¿Y cómo llegaste aquí?    
—Llegue aquí buscando a la 7 fuente de la vida —Fruncí el ceño
—Imposible no existe el lugar donde viven todas las diosas en armonía.
Afirmo con la cabeza y se estuvo un largo rato sin hablar, comía del plato pero no soltaba ni una palabra por su boca, en ocasiones pensé que lo había ofendido pero tampoco se veía molesto, estaba más como perdido en la amplia imaginación de su ser. Como si estuviera buscando algo. 
—He pasado más de dos mil años buscándola. —Yo pare de comer, fruncí el ceño, dude, no era posible que un chico tan joven pudiera tener más de dos mil años, pero el peso de sus palabras me decía que no estaba bromeando. 
—Pero…
—Soy inmortal. —Tomo el cuchillo de la mesa. Y se cortó las venas de los ante brazos, yo me levante enseguida de la silla para parar la hemorragia, pero fue en vano, una marca de su cuerpo empezó a brillar y la herida fue cerrada en cuestión de segundos—. Nunca voy  a poder morir. 
Mi cara estaba tan asombrada que me quede mirando el brazo del chico, como si fuera una maravilla. Y en teoría lo era. 
—Hace  más de veinte años que estoy en la cárcel. 
—Pero que crimen cometiste. 
—Ninguno, solo me opuse al imperio. Que para ellos es peor que un crimen. 
—Pero la pena es de…
—La guillotina se rompió la tercera vez que intentaron cortar mi cabeza. Los caballos no podían desmembrarme, las espadas se oxidaban, y los verdugos morían por el pasar del tiempo. Así que decidieron mandarme a las minas para trabajar. 
—Darius Porque buscas la fuente de la vida, debe ser algo fuerte para que estés más de dos mil años buscándola. 
—Quiero revivir a alguien. Ella es la que me dio la inmortalidad. —Ella era una mujer, por lo que parecía, su novia, una hermana, su madre. 
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7 Fuente de la vida Lugar donde las diosas viven en armonía, si alguien llega a encontrarla podría pedir un deseo, cualquiera en el mundo, sin importar lo difícil que sea, vida eterna, juventud eterna, inmortalidad, riquezas, salud y revivir a la gente
—Tu…
—La mujer que más amo en todos los mundos. — Me interrumpió sin dejarme hablar. Yo me volví a sentar y lo observaba con atención—. Hace tiempo cuando aún estos reinos no se habían creado, los mundos estaban unidos. Todas las razas Vivian en armonía en una colonia. Donde los entes del mal, los vampiros y hombres lobos, se amaban. También había humanos. —Él se encogió de hombros y miro a la ventana—. Yo era uno de ellos. —Hizo una pausa breve—Y ella también. Nomos, duendes, ogros, trasgos, e incluso dragones,  todos Vivian en armonía, ángeles y demonios caminaban por igual en los senderos de aquella villa. Y ahí se conocieron mis padres. Antes de que naciera como Nefelim, yo era humano, más estaba condenado a morir a los días por una enfermedad terrible. Mi madre por parte Ángel, decidió salvarme dando a su hijo que llevaba  adentro —Señalo su estómago en referencia al de ella— Sabes cuándo un ángel y un demonio se compenetran en uno, a los días también mueren. Mi padre por parte demonio le dijo a mi madre que lo hiciera antes de que fuera tarde. Mi madre paso el alma de su hijo Nefelim a mi cuerpo humano, y mi humanidad también fue borrada de mi cuerpo, pero sigo conservando el aspecto de uno. Este cuerpo es solo una coraza de mi forma verdadera. —El subió su brazo para que viera su cuerpo— después ellos murieron a los días. Y fui criado por la madre del niño humano, de quien tengo su cuerpo. 
—¿Y dónde está esa villa?
—Esa villa es a lo que ahora llaman. La ciudad de La libertad. 
—¡Que la ciudad de la Libertad! ¿Dónde está? ¿Es verdadera? ¿Cómo se llega?—Mis palabras salían de mi boca como una ráfaga de  una metralla o de una ballesta. Casi tire la mesa, los platos rebotaron en la misma, me levante de la silla con una emoción exorbitante que abrumo mi cuerpo por completo. Estaba claro que lo que dijo no era mentira, él sabe dónde estaba la ciudad de la libertad. 
—Está muy lejos de aquí. A mí me tomo un año llegar a esta confederación. 
—¿Un año?... 
—Si los caminos son peligrosos y largos. La única forma de llegar más rápido. Es con un auto. 
—¿Auto?
—Es un medio de transporte que lo utilizan allá en la ciudad de la libertad, con uno de esos llegas en medio mes. 
El me miro mientras seguía comiendo sus alimentos, sus ojos decían que me calmara que me cortara un poco, que parecía una niña cuando le daban una golosina. Yo acate y me calme más, estaba siendo descortés como si no me hubieran enseñado modales. 
—Si se dónde está la ciudad de la libertad. —Darius termino con su plato y además se levantó de la silla para lavar el trastero sucio. 
—Antes era una villa, —Hablo nuevamente esperaba que me diera la dirección— es una gran ciudad allí. Cuando ella estaba viva quería que un gran bosque se plantara ahí. Pero el terreno era muy árido —Sus ojos estaban llenos de dolor, estaba recordando, sus ánimos eran bajos y hablaba como si tuviera un nudo en la garganta— años después el primer asentamiento llego, un lobo y una vampiresa. Ellos huían de la guerra. Se quedaron allí un día, después dos, y así hasta que se convirtió en una villa, las demás criaturas que venían en busca de ayuda se quedaban a ayudar con las labores y después también se establecían plenamente. Los enanos y elfos que no se odiaban también podían vivir allí, ellos mismos trajeron el desarrollo a la pequeña villa. —Termino de lavar el plato y lo puso en su lugar, después se sentó de nuevo en la mesa, hablando lo más bajito que podía— Años después los primeros humanos llegaron, escapando de la guerra. Al principio se asustaron con los entes del mal, que Vivian allí. Pero con algo de dialogo también se sumaron a la villa, uniendo sus fuerzas pudieron construir un reino. Pocos años después nací yo… —Darius Hizo una pequeña pausa— crecí jugando con mis colegas vampiros y lobos, también con los dragones que habían. La villa tenía una mina y dos estanques, era muy prospera hasta que llego la invasión de unos vampiros del sur y acabaron con todo. Quemaron hasta los árboles y las piedras que estaban levantadas en cimientos y fundamentos, se redujeron a escombros y lo que antes había sido un reino fuerte se convirtió en cenizas. El ataque termino y después las razas que quedaron vivas reconstruyeron el reino, años más tarde se convirtió en una potencia tan grande que los demás reinos temerían de su poder, pero ella no representa una amenaza para nadie, se llama ciudad de la libertad aquí, pero fuera de estas frontera se llama La Ciudad de La Paz y libertad. “Peace De cent”
Las explicaciones de Darius me daban ganas de saltar de júbilo, era verdad lo que había buscado por tanto tiempo era real, aquello con lo que todos soñaban era realidad. Pero le di su espacio estaba claro que también traía emociones los recuerdos de Darius. Había sufrido estaba claro, y yo solo estaba hurgando en los recuerdos dolorosos que significan tristeza. Además estaba ella, aquella chica que había ya había mencionado antes. 
—Oye Darius, sé que es malo ver como sufres por recordar las cosas que paso en la villa —aunque sabía que tenía ese dolor por dentro, el negaba con la cabeza— quiero hacerte una pregunta y perdona si estoy siendo muy intrépida. 
—Pregunta lo que quieras…
—¿Quién era ella, a quien mencionaste hace un rato a la chica? —antes de responderme el supero con delicadeza. Y sonrió con melancolía.
—Ella era una Druida. Cuidaba el bosque se llamaba Vanesa. Era bella como la luna, su piel blanca como la nieve y sus ojos verde, tan claros que parecían grises. —Mientras decía eso, miraba a un solo punto en la pared, como si su cuerpo estuviera en otro momento y su mente estuviera con ella— vestía siempre con los colores de la naturaleza. Vestidos que llegaba a mas debajo de la rodilla. Cuidaba el bosque donde está ahora Peace De cent, la conocí un día mientras exploraba el bosque a profundidad, la encontré castigando a unos duendes que habían cortado un árbol. Ella estaba furiosa ese día. Pero igual estaba más bella que nunca. Más bella que la luna más bella que todo. Me quede viendo como resolvía el problema y lo que más me gusto es que nunca uso la violencia en sus manos. Y como una persona tan bella como ella, no podía tener un alma mala. Los duendes pagaron por su daño y pusieron rumbo a la ciudad. Yo me quede viéndola como desvanecía entre la tierra y los árboles. Pensaba que se había ido pero en realidad estaba detrás mío, ella me dio un susto, me hizo caer al piso —Sonrió haciendo una media luna en sus labios— después me ayudo a levantarme del suelo. —Que haces me pregunto— al día de hoy no supe que respondí. Pero después de eso nos conocimos más. Pero mejor hago que lo veas. 
—¿Cómo?
—Siéntate a un lado mío. —Señalo con los labios a la silla. Yo confié en el y fui directamente a ella. Cuando me senté, él puso las manos con las palmas hacia arriba—. Toma mis manos  —Yo obediente hice caso. Enseguida empezó a decir palabras que yo no entendía—, Cierra los ojos —Hice caso— nos vamos. —No entendía sus palabras pero lo único que sentí fue como el brillo de uno de sus símbolos y en un segundo miles de colores pasaban por mis lados, como si estuviera moviéndome muy rápido. Era impresiónate, magnifico como un sueño. En segundos estábamos en un bosque. A un lado mío estaba Darius. 
—¿Qué es esto? —Pregunte impresionada. Tocando un árbol para comprobar si era real. 
—Mi recuerdo. 
—Tu recuerdo. 
—Si de cuando la conocí a ella. Vamos por aquí fue el lugar. —Tomo mi mano y fuimos a la profundidad del bosque
 



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En el texto hay: criaturas sobrenaturales, romance, magia

Editado: 05.06.2020

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