Magic History "Ansias De Libertad"

Capítulo 29

No recuerdo cuando fue que desperté, pero lo hice, mire al techo no sabía qué hora eran ni donde estaba, solo recuerdo una habitación cerrada con una puerta de madera, en realidad cuando enfoque mi vista bien, toda la estructura era de madera. No estaba en mi casa, fue lo primero que pensé, mas estaba en una cama con una manta hasta el pecho y con muchas almohadas alrededor de mí. El calor era sofocante o al menos lo parcia porque mis orejas estaban calientes. 
Lo último que recordaba era aquella sensación de nostalgia combina con peligro después de la pelea con los fiscales. ¿Darius y Héctor donde estaban? La casa no parecía una celda de una barraca. Me levante apresuradamente. Me dolían las piernas puntadas me daban cada vez que caminaba entonces fui a la puerta que parecía una empalizada. La abrí y en una pequeña sala estaban ellos dos uno sentado en frente del otro. Ellos me miraron y se sorprendieron yo sonreí. 
—Chicos…
—No digas nada, fue culpa de Él. —Héctor de inmediato señalo a Darius. 
—Qué bueno que ya te recuperaste. —Darius sonrió con aquella parsimonia de siempre— Pero come algo tu mama te está esperando en aquella habitación.—Señalo una habitación que estaba a un lado de la mía—. Ve. 
Sin pedir permiso fui a la habitación y cuando entre vi a mi madre recostada en la cama, yo me lance a ella y le di un fuerte abrazo. Hasta que despertó y puso sus manos en mi cabello. Después hundió su barbilla en  mi cabeza para luego acercarme a su pecho y darme un fuerte abrazo. 
—Cuanto tiempo mi niña.
—Mucho.
—Has crecido mucho.
—Mucho.
—¿Comiste ya?
—Mucho, no espera no he comido. —Ella rio.
—Mi pequeña como vas a mantener tu cuerpo tan bonito si no comes. ¿Madre donde estamos y los fiscales?
—Vitorino y Reus deben estar en el cuartel general. Y yo estoy aquí.
—¿Eres una fiscal? —Mama asintió con la cabeza—. Pero…
—Cuando me fui eras muy pequeña. —Me interrumpió—Estuve trabajando en el congreso de magos para ganar rango.  Hasta que llegue a ser una maga excelente. Y tú también lo eres. Ese hechizo estuvo muy bien, solo que no pudiste controlarlo debes practicarlo más.
—Eso tú me enseñaste.  
—Si aunque eras muy pequeña. 
—¿Madre dónde estamos? 
—Abre la ventana.—Yo rápidamente mire a la ventana y levantándome de la cama abrí la ventana, una rayo de luz entro en la habitación y mis ojos quedaron embelesados. Solo había naturaleza ni una casa, ni una calle nada, era naturaleza pura, los árboles, pájaros el pasto y hasta el aire era puro. En los libros había leído algo parecido, el Edén. Una región afuera de la Federación, donde solo habitaban animales de todas las especies en armonía.
—No puede ser. Estamos afuera. —Ella asintió con la cabeza—. ¿Cómo?
—Mi poder mágico controla el tiempo. Detuve la pelea con Vitorino y Reus. Tú te desmallaste. Después libere a Darius y a Héctor del hechizo y les explique todo. Ellos y tú se escondieron detrás de unos árboles que yo misma escogí para que los demás fiscales no los encontraran y después deshice el hechizo, Vitorino estaba impresionado de que pudieran escapar. Yo les convencí de que ustedes usaron un hechizo de tele transportación para escapar. No me creyeron al instante pero luego los convencí, ellos tomaron los caminos contrarios a esta ubicación y yo cubrí esta parte como parte del trabajo. —Mama era demasiado inteligente, había echo todo eso en cuestiones de minutos y además nos dejó escapar sin tener que pelear, era una genio escondida detrás de toda esa belleza.
—¿Ósea que debes regresar al cuartel?
—Sí.
—No pero…
—Debo ir, sino sospecharan ya has pasado dos días desde que venimos acá. —si era verdad, por el agotamiento que tenía había perdido la noción del tiempo, pensé que había dormido un par de horas pero en realidad fueron un par de días. No quería que se fuera hubiera pasado casi siete años desde que la vi por última vez. —Pero tienes que prestar atención a lo que te voy a decir. Tú eres la única que puede salvar a la confederación del tirano. 
—¿Es broma verdad? —Negó muy lentamente con la cabeza. 
—Lenya te lo voy a contar todo. 
Así el día se convirtió en tarde y después en noche, mama paso toda la tarde contándome toda clase de cosas, hasta el punto que casi se quedaba sin voz. Ese cuarto fue testigo de magnificas historias y de acontecimientos cruciales. Hasta que de un momento a otro llego la hora en que debía regresar. La cabaña era demasiado y las rivalidades entre los dos chicos eran vivibles. Sus miradas parecían estar llena de vertiginosa ira. Más ellos se parecían calmar cuando mi madre les hablaba. Hasta cierto punto creo que le temían. Ella se despidió de mi con un beso cariñoso en el cachete y en la puerta de la casa, nos dimos un fuerte abrazo no la quería soltar, más los chicos me separaron de ella, fue inevitable no llorar. Pero antes de irse me dijo:
—Haz lo que te dije y nos volveremos a ver muy pronto. 
 



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En el texto hay: criaturas sobrenaturales, romance, magia

Editado: 05.06.2020

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