Mágico Amor

One Shot

Dafne era una joven muy animosa, con un pelo negro muy brillante, y ojos oscuros con un pícaro brillo, tenía muchas ganas de ayudar a los demás. Nació y se crio en Europa central, siempre tuvo un gran gusto por los bosques, donde le gustaba jugar cuando iba con sus padres, de adulta estudio Administración de Empresas, quería ayudar a los agricultores de pequeños poblados a lograr sacar el mayor rendimiento al vender sus productos.

— Felicidades hijita.

— Gracias mamá. Quería aprovechar de avisarles que ya tengo trabajo, lo único malo es que es en el interior.

— Pero acá hay mucho trabajo para un administrador de empresas — le rebatió el padre.

— Es que es un grupo de agricultores que hicieron una cooperativa, no pagan mucho, pero me darán comida y casa, por eso nadie quiso aceptar.

— Entiendo, nunca cambiarás, siempre pensando en los demás, mucha suerte hija — le dijo la madre.

El lugar era como los del siglo pasado, casas de madera con colores brillantes, la gente era muy amistosa, le proporcionaron una casa que quedaba al borde de un bosque.

— ¿Hay animales salvajes? — miró asustada a todos lados.

— Solo ardillas y pájaros. Tranquila — respondió Nathalie, la persona rubia que le ayudaría a conocer el pueblo, quien también trabajaba en la Cooperativa.

Desde que se instaló, durante las noches de luna llena, Dafne tenía una vaga sensación de inquietud, luego comenzó a ver una figura a través de la ventana, al revisar al otro día no había huellas de nadie, hasta que una vez encontró en un árbol cercano unos signos extraños, los fotografió y se los mostró a su amiga del trabajo.

— ¿Sabes que significa todo esto?

— No, tal vez sea druida, o celta. Vamos donde la abuela Sabina, ella sabe de esas cosas.

Fueron a una casa pequeña, al lado de la plaza central, cuando entraron vieron plantas por todos lados y símbolos en la pared, el olor era indefinido, pero muy calmante.

— Abuela Sabina ¿Estás? — llamó Nathalie suavemente.

Una anciana apareció desde un pasillo, de no ser porque se movía, cualquier hubiera podido pensar que era una momia.

— Cariño ¿Quieres otra pócima de amor? — sonrió la mujer mayor, haciendo que su cara tuviera más arrugas.

— No diga eso, qué pensará mi amiga de mí — la rubia no se molestó en realidad, sabía que a la anciana le gustaba jugarle este tipo de bromas a todos.

— Hola, no te recuerdo ¿De quién eres hija?

— Soy de fuera, me llamo Dafne, soy la administradora de la cooperativa.

— Haces un buen trabajo, las cosas van mejor ahora para todos ¿Qué puedo hacer por ustedes? — se sentó en una mecedora.

— En las noches de luna llena siento que alguien me mira desde el bosque, pero cuando reviso no hay huellas, hoy encontré esto cerca de mi casa — le pasó las fotos, cuando la anciana las miró su sonrisa se dulcificó.

— No es malo, te avisa que tu amor eterno por fin te encontró.

— ¿Mi amor eterno?

— Te ha esperado por siglos, se acerca el aniversario de su separación, en la siguiente luna llena podrá por fin presentarse ante ti.

— ¡¡¿¿QUÉ??!! — dijeron complicadas las muchachas.

— Ten paciencia — le pasó un colgante de plata donde se veía lo que alguna vez fue un ave, los otros símbolos no se podían distinguir — no te dejes guiar por las apariencias, solo escucha tu corazón. Ahora dejen descansar a esta pobre mujer — se fue de nuevo a la habitación del fondo, las dejo sin saber si creer o no lo que dijo.

— No puede dejarme así, tengo muchas preguntas — Dafne pensaba que todo era una broma de los lugareños, todo era muy raro.

— No te dirá nada más, cuando se va no hay nada que hacer.

A pesar de lo que le dijo su amiga, la morena fue tras la anciana, pero cuando estaba por entrar al cuarto, le llegó un portazo casi en la nariz.

— Por favor, cierren cuando salgan, gracias — gritó Sabina desde el otro lado de la puerta.

Mientras iban caminando por el centro de la ciudad, las dos jóvenes recién se atrevieron a hablar.

— La abuela Sabina ya está senil — le dijo Nathalie para tranquilizarla.

— ¿No será una broma de ustedes?

— Para nada, si quieres ven a mi casa cuando sea luna llena. Allí te cuidaré de tu amor eterno, buaaaa — rió la rubia para bajar la tensión de ambas.

— Será como una pillamada, gracias.

Pero el trabajo de la cooperativa las tuvo tan ocupadas que ninguna de las dos se acordó de la fecha, ese atardecer Dafne llegó a su casa y se fue a dormir como siempre, a medianoche el medallón se iluminó despertándola, ella pensó que estaba soñando, miró por la ventana, allí había una figura al lado del árbol, salió de la casa, apenas entró al bosque su pillama se cambió por un vestido de encajes y seda blanco, su cabello normalmente tomado, ahora estaba suelto, adornado con flores.

— ¿Quién eres tú? — preguntó ella al llegar al lado del hombre de pelo negro, era alto, vestido de negro, con una capa, su mirada era penetrante, cuando habló su voz sonó profunda.

— Soy tu amor eterno.

— ¿Cómo te llamas? — ella lo veía con ojos de ensueño.

— Eso no importa, debes cuidarte.

— ¿De qué?

— Nosotros... — comenzó a contarle una historia muy antigua.

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"Una vez un hada y un mago se conocieron y se enamoraron, pero un demonio que pretendía a la ninfa al verla con otro se enojó, los atacó matando a la fémina, el mago logró destruir al asesino, entonces trató de volver a la vida a la mujer, pero fue imposible, al final de su vida, logró crear un hechizo que haría que cuando él muriera, pudría volver a la Tierra cuando ella volviera a reencarnar, por un día solamente, si se besaban él volvería a la vida, podrían estar juntos y vivir lo que les habían arrebatado".

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— El problema es que el demonio todavía te busca, ha estado al asecho en el último tiempo, pero ya no importa, por fin amaba mía estaremos juntos — en eso momento un rayo cayó al piso, y un ser apareció, su ropa era clara y sus facciones las de un verdadero ángel.



#10029 en Novela romántica

En el texto hay: muerte, demonio

Editado: 13.06.2023

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