POV MAYA
Después de que Andy me dijiera que nuestros jefes vienen llegando, indique a todos los trabajadores que pasarán al salón de eventos de la empresa.
Hecho lo anterior, me dirijo al baño a retocarme el maquillaje que se me había batido un poco por el sudor que los nervios me provocaron. Es que quien no le da nervios, el cuestionarte como será el nuevo jefe me pone los nervios de punta.
Al salir y dirigirme al salón me encuentro a Oliver, y se me hace extraño que este sólo, como esperando a alguien.
— Maya, que bueno que llegas.– me responde un poco nervioso.
— ¿Qué te sucede Oliver?, sólo fui al baño y listo, ¿porqué estás sólo?.
— Es que ya llegaron los jefes, Maya.
¡Oh no! eso no puede ser, se supone que deberían estar todos antes que ellos llegarán. ¿Pues cuanto es qué tarde?.
— Por lo visto llegaron antes de la hora acordada.– vuelve a hablar Oliver de nuevo.
Si eso tendría que haber pasado, ahora con que cara me presentó, espero que nadie se de cuenta cuando entre al salón, espero que estén distraídos sumidos en una charla con los demás jefes a cargo.
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— Gracias, Oliver.– Respondo, a lo que el asiente sonrojado.
A lo lejos vemos que viene Andy, de forma muy rápida, su rostro luce nervioso y algo aterrada por decirlo así.
— Ali, ¿porqué no entraste antes al salón de eventos?, el señor Alan y su hijo ya tienen 5 minutos que llegaron y tú ni tus luces.– grita, y luego habla mirando a Oliver de forma reprobatoria, por que él tampoco se encontraba en el.
— Lo siento Andy, sólo fui al baño a retocarme el maquillaje.– digo, aparte yo no sabía que llegarían antes.
— ¿Y que hace Oliver contigo?.– Pregunta mirándonos a ambos, sabía que diría algo al respecto al mirarnos juntos; hasta parece nuestra madre regañandonos.
— Cuando venía me lo encontré, me estaba esperando para avisarme que los jefes ya habían llegado.
— ¡Ah ok!, pues hay que apurarse, por que el jefe Alan, te está esperando.
Ahora si ya me entraron los nervios.
Al entrar al salón, todos clavaron la vista en nosotros. Si literalmente ¡TODOS!, que vergüenza. Pero específicamente en Oliver y en mi, ya que éramos los únicos que faltabamos.
¡Dios!, pero esto me pasa por querer ir al baño a último momento.
Al adentrarnos más al salón veo a la dirección donde está mi ex jefe, desde ahora el señor Alan y su señora esposa la señora Madison, y a su izquierda uno de sus hijos menor, Ethan.
Y junto al mencionado anteriormente esta un hombre alto, de espalda ancha y su bien fornido cuerpo; pero no logró ver su rostro ya que está de espaldas.
— ¿Será él, nuestro nuevo jefe, jamás lo había visto por la empresa.– me cuestiona Oliver.
Mientras yo vuelvo a girar a observarlo antes de responder, y darme cuenta que sigue en la misma posición, conversando con sus familiares y algunos trabajadores de alto rango de la empresa.
— Puede que si Oliver, no lo había visto jamás aquí, excepto a la señora Madison.– a lo que él asiente y nos enfrascamos a una conversación, mientras dicha ceremonia empieza.
— Buenos días a todos y cada uno de los presentes, que aquí colaboran; me es grato y triste anunciarles, que apartir de este momento, yo Alan Cooper, COOP de Cooper Industries Inc. Hago entrega de mi empresa, la cual he trabajado por años, la levanté con el sudor de mi frente y he puesto toda mi dedicación en ella; a mi hijo mayor Alain Cooper – nos anuncia él señor Alan con un bello y emotivo discurso, sin más todo el salón se llena de aplausos, mientras una imponente y bella figura masculina, sube a la tarima.
Es todo un galán, para que mentir lo que mis ojos ven. Pero es mi jefe y les debo respeto si quiero seguir consevando mi trabajo ante todo.
Al apoderarse del micrófono, barre todo el salón con su mirada hasta posar de manera extraña su vista en mí, para después decir:
— Buenos días, tengan todos, como ha dicho mi padre, desde ahora en adelante seré él nuevo COOP; seré claro con las reglas que a mi me gustaría que siguieran. Número uno, su vestimenta deberá ser formal e impecable. Número dos no utilizar celular ni ningún otro medio de comunicación, al menos que sea necesario, y número tres pero no menos importante, puntualidad. Gracias por su atención y disfruten la velada para después seguir con sus labores.
Y juro que en cuanto dijo "puntualidad", posó su vista en mi y con una mínima sonrisa, casi desapercibida, quizo advertirme sobre ello. Como si fuera sido solamente yo la que ha llegado tarde. Todavía no lo conozco bien, y ya me empieza a caer medio mal.
— Parece que lo hubiera dicho sólo para tí Maya.– me dice Andy sacándome de mis pensamientos, y pongo mi atención en ella. — ¿Viste como te volteó a ver cuando dijo sus reglas?.– Pregunta está.
— Si, lo vi cuando posó su vista en mi cuando dijo las jodidas reglas, pero me tiene sin cuidado.– digo viendo a Andy y a Oliver, este último quedándose mudo.
— ¿Así que la tienen sin cuidado mis jodidas reglas señorita?.– habla a mis espaldas el mencionado anteriormente; y puedo jurar que en éste instante, mis ojos se quieren salir de su órbita, quiero que la tierra se habrá y me tragué.
Me volteo para responder muerta de vergüenza, pero vuelve a hablar.
— Le recuerdo que llegó tarde, y de por si se atreve a insinuar que no le importan mis reglas.– se cruza de brazos, creando así una postura más seria.