—Hana me oculta algo —suspire con la mirada al cielo mientras esperaba que regresará. —Hay algo que no está contando, la conozco lo suficiente para saber que está mintiendo.
«Mientras ideaba una forma de decifrar lo que Hana me ocultaba me percate que algo caía del cielo a toda velocidad, era una persona, pero sus extremidades se movian sin control por culpa del viento»
«Un golpe seco resonó en el patio cuando el cuerpo sin vida se estampó contra el suelo, estaba boca abajo y no pude ver quien era, pero estaba llena de cortes y con un color enfermizo, la gente se reunió a su alrededor, corrí hacia la puerta cuando recibí un mensaje de Hana, se había ido a su casa porque se sentía mal. Esto me daba mala espina, baje corriendo las escaleras intentando alcanzarla, pero un grito llamo mi atención, venía de la planta de abajo, dónde estaban los baños»
—Hana —murmure su nombre por instinto, cambie de dirección y corrí hacia los baños, cuando llegue ya había un pequeño tumulto en la puerta, nadie se atrevía a entrar.
«Empujando a los demás me abrí paso hasta llegar a la puerta, lo que ví casi me hace devolver el desayuno»
«El piso y las paredes llenas de sangre, el olor a carne quemada y viceras esparcidas por todos lados. Sin duda era una escena impactante cuando menos»
«Dos profesores llegaron para diagnosticar la situación»
—¡Todos salgan de aquí, ahora! —nos ordenó uno de los profesores. —Regresen a sus hogares... Profesor Mitsukawa, llame a los carroñeros, hay que barrer todo el colegio ante la posibilidad de que alguna criatura siga aquí.
«Corri por las escaleras y salí del colegio a toda velocidad, pensaba que podría alcanzar a Hana. Esto no era obra de algún monstruo, de ser así Hana lo hubiera destruido, algo más estaba pasando aquí y ella me daría las respuestas»
«Al alejarme del colegio ví como unos cuantas camionetas negras se estacionaron frente a ella, los carroñeros se bajaron de prisa y entraron armados para limpiar toda la zona»
«Las calles cerca de donde vivía Hana estaban cerrada, al parecer también había carroñeros desplegados. Todo estaba vuelto un caos y no podía encontrar a Hana, era imposible que ella entrara por aquí»
—Ey tu, niño, está prohibido el paso —uno de los carroñeros se acercó a mi, muy poco amable.
—Oh si, lo siento... Señor ¿No habrá visto pasar a una joven, más o menos de mi edad, cabello castaño y corto? ¿Con ropa de colegiala?
«Intente inútilmente sacarle algo de información, pero por su cara sabía que no obtendría nada»
—Niño, lárgate de aquí si no quieres acabar como los otros muertos que encontramos hace poco —escupio el carroñero con cara de pocos amigos.
—Algo de modales no les caería mal —murmure mientras me alejaba. —¿Dónde se habrá metido esa idiota?
«La preocupación aumentaba mientras decidía por dónde buscar a Hana»
—Espero que este bien.
•••
«Conni nos soltó una bomba que a todas nos dejó en silencio ¿Calypso? ¿La madre de todos los monstruos? ¿Esas criaturas no venían desde el subsuelo? ¿Son creadas por alguien? ¿Ahora debíamos asesinar a algo o alguien? Esas y más preguntas rondaban mi mente»
«Me fijé en el rostro de las chicas, al parecer solo Anna no sabía nada sobre esa tal Calypso, Raissa y las demás no se veían tan sorprendidas, pero si algo disgustadas»
—No creo que estemos listas —solto Raissa cortando el silencio. —Anna tiene poco menos de un mes y Hana menos de una semana, necesitan por lo menos un año de entrenamiento para que puedan manejar bien sus armas y sus pode...
—No, no, no —la interrumpió Conni.—Estan perfectas, por lo que me dijo Zafraeimonia ya Anna puede disparar su arma, Hana también puede manejar su varita.
—¡Anna termino noqueada luego de un solo disparo! ¡Si nos vamos ahora solo harán que nos maten! No iremos hasta que estén preparadas
«Raissa se mantenía firme ante su decisión y de verdad tenia razón, yo no me sentía preparada, después de pelear todo un día con esas criaturas termine muy agotada. No puedo imaginar a Anna siendo más pequeña que yo»
—Yo... Yo... Puedo... —intento hablar Anna, pero guardo silencio cuando Raissa le lanzo una mirada severa.
—Tu nada, no voy a arriesgar a ninguna de nosotras. Quiero que tengamos una vida larga después de acabar con todo este desastre —Raissa saco el fragmento de espejo de un bolsillo y lo acercó a la gema en su frente. —O tendrán que empezar a buscar un reemplazo para mí, porque ya que lo que nos piden es una misión suicida...
—Raissa cálmate —Pilo salto intentando quitarle la esquirla, pero la chica lo esquivo.
—No te atreves —murmuro Conni con su alegre tono, pero detrás de esa simpátis había algo más, una amenaza disfrazada.
—No me retes, si yo muero Pilo también desaparecera, además, solo nosotras somos compatibles con ustedes. No tienen más opciones.
—Siempre podemos intentar encontrar otra —Conni camino hacia ella, incitandola.
«La chica sonrió y clavo la esquirla en su gema, una pequeña grieta se abrió, acto seguido su propio cuerpo comenzó a agrietarse junto al de Pilo. Apretó los dientes soportando el dolor y no retiro la esquirla, Pilo se retorcía de dolor en el suelo, soltando gemidos lastimeros»
«Todas nos quedamos inmóviles, sin saber que hacer o como detener a Raissa, solo podiamos ver cómo ella se destruía a si misma»
«Hasta que Charlotte se movió. Todo fue muy confuso para mí después de eso, ví como la chica corrió y pateaba a Conni gritando que se detuviera, después me encontraba tirada en el suelo a cuatro patas escupiendo grandes cantidades de sangre, sentía un terrible dolor en el pecho, como si hubiera sido perforado por algo»
«Anna y Ginevra me ayudaron a colocarme de pie, el dolor era tan terrible que no podía hacerlo por mi misma, seguía tosiendo sangre, Charlotte forcejeo con Raissa y le quitó la esquirla, la grieta en su cuerpo se cerró casi de inmediato, mientras tanto yo me recuperaba de a poco»