Epilogo

Seiji, Milos, Marco, Azusa, Rose, Dilara, Kenna, Maylo, Suki, Zinvori, Aradia, Regan Samara, Carrie, Zalir, Chacnicte, Izel, Yoali, Olith, Ucuí, Jun, Koltzin, Albedh, Kayako y Lía dieron clases hasta jubilarse o algunas de ellas morir, fueron muchos años entrenando a jóvenes de dieciocho años para ser de los mejores agentes de la inteligencia mexicana, ahora, Seiji estaba frente a su hija menor y sus nietas.

Seiji: Y así es como termina otra historia (dijo con una voz cansada)

Judy: Los finales felices no son comunes en tus cuentos padre

Seiji: No lo son, pero mis finales son buenos

Eva: Bien chicas, despídanse de su padre, es hora de ir a la escuela

Todas las chicas se despidieron de Seiji con un beso en la mejilla y salieron de la mansión para después subirse a la camioneta que manejaría Eva.
Seiji, ya cansado, cerró el libro de cuentos y con sus ancianas manos lo dejó en la biblioteca, regresó a sentarse al sillón y mientras encendía el televisor, una hermosa mujer le interrumpió.

-Veo que has hecho muy buen trabajo-

Seiji: Ya es hora de irse, ¿Cierto?

-Sí, a tus ochenta años, es tu hora-

Seiji: Gracias (dijo y sacó de su bolso un papel)

Eva: Niñas, volveremos un poco, olvide sus credenciales

Eva dio una vuelta en “U” y regresó a la mansión, bajó solo ella y entró a esta para encontrar a Seiji sentado en el sofá con una nota en su mano, Eva pensó que dormía, pero al poner más atención no escuchó el sonido del su corazón, entonces se acercó a él y tomó la nota.

Eva: En la guerra, nunca lloramos a los muertos ya que ellos morían luchando y protegiendo a los que amaban, de la misma manera, no quiero que lloren por mí, mejor sonrían porque ya estoy descansando después de todo lo que hice (leyó y comenzó a llorar)

Eva no pudo cumplir lo que Seiji le había pedido, lloró fuerte y por un largo tiempo, las chicas, preocupadas por lo que había pasado, bajaron de la camioneta y caminaron hasta dentro de la mansión, ver a su abuelo y padre sentado sin respirar y a Eva llorando, no necesitaron explicaciones, las lágrimas salieron de sus ojos y hasta las bebes lloraron.

El cuerpo de Seiji, cargado en un ataúd desde su mansión hasta el panteón por todas aquellas con las que convivio, todas lloraban, aunque Eva leyó la nota, nadie evito llorar, todas las alumnas de la preparatoria que años atrás Seiji enseñó, el club de deportes mixtos que entreno en la misma preparatoria, sus alumnos de la academia, todas acompañándolo, incluso un dron de Sera, además que las calles por las que su ataúd iba estaban a reventar de personas que le despedían con el rostro de Seiji impreso en grandes carteles y ondeantes banderas de la república Mexicana.

Padre: … así hermanos míos, es como el ser inmortal deja el cuerpo mortal y nos volvemos libres sin un cuerpo que nos ate a la lógica o al ser humano, solo nos queda decirle hasta luego, pues nos encontraremos con él en algún momento, si alguien más tiene algo que decir, es libre

Milos se puso de pie y caminó hasta el otro lado del agujero.

Milos: Recuerdo cuando lo conocí, apenas lo libre me dio una paliza, una que no olvidare en mi vida, hablando por mi hija, también recuerdo cuando ella le dijo, siendo una niña, que quería estudiar las estrellas, él se rio y le dijo que eso es un buen entretenimiento, pero no un trabajo, no algo de lo que sentirse orgullosa, y ahora, viendo todo su legado, ella comprendió esas palabras… (dijo y comenzó a llorar) el testigo de mi boda, era el mejor hombre que jamás volveré a conocer, descansa en paz hermano de otra madre

Y Milos regresó a su lugar para después ser Rima quien hablara.

Rima: Él, después de ver todas las empresas que dirigía, me puse a hablar con él como presidenta y solo me respondió con una sonrisa ebria “Tengo un vacío que la ciencia no llena, y el dinero parece que ayuda, la felicidad de un hombre es cara, la mía lo es más”, y cuando lo vi en la televisión informando de un virus desconocido, sentí miedo, porque yo sabía que él no mentía… (dijo y comenzó a llorar) y cuando lo vi lleno de sangre diciendo que la epidemia había sido controlada, sentí alivio… que descanse en paz el único doctor en salvar miles de millones de vidas en poco tiempo

Rima regresó de su lugar para después ser Litzy la que hablara.

Litzy: Cuando lo conocí, pasaba la mayor parte de su vida en la universidad, estudiando solo para olvidarse de su vida, el dejo eso para estar conmigo, me trato muy bien y me dio lo que nunca pensé que tendría, una familia… (dijo y comenzó a llorar) un gran hombre se va

Litzy se sentó a un lado de Ariela y se levantó Akibari para hablar.

Akibari: Recogí todo lo que sus chicas quieren decir, Kido y Linda, cuando le conocimos, fue bueno con nosotras y nos dio una familia, Kayano, cuando pensé que volvería a mi antigua vida, el me dio una nueva, Katsu, tirada en el suelo y él cubriéndome de la lluvia me dio una familia y algo por lo que vivir (leyó y comenzó a llorar) Ariela, me recogió cuando creí morir y me aceptó cuando mi propia familia me rechazo, Dane, me rescató de una falsa sensación de vivir y me dio la verdadera razón de la vida, Jatziry, cuando todo estaba perdido, él era la luz al final del túnel que no me llevo a una muerte, sino a vivir, Estefany, siempre que lo veía reía de él, de sus ocurrencias y sus cuentos tan filosóficos, Eva, me alimentaba y me cuidaba como a su propia hija, Siram, llegue a su puerta sin saber que sería de mí, y me defendió como nadie, incluso de mi propia familia, Anfora, perdono mis errores y nunca me cobro estos… y yo… yo llegue a su vida para hacerle daño, y al final me enamore de él, lo vamos a extrañar

Y Akibari se sentó para después ser Gustavo el que hablara.

Gustavo: Recuerdo cuando nos ofendía y nos dejaba tirados en el suelo, eso me enseñó a levantarme y seguir luchando, no olvidare que siendo solo un profesor de preparatoria nos enseñó a pulso cosas importantes de la vida como seguir adelante, que, aunque no puedas más tienes que levantarte y pelear… (dijo y comenzó a llorar) con las animadoras era dulce porque ellas eran tímidas, y con nosotros era duro porque éramos unos maricas… le extrañaremos entrenador