Maine Warlock: Y Los Vampiros De Febo

CAPÍTULO 31

—Deberíamos hacer algo esta noche —anunció Cassie mientras se nos unía a la hora del almuerzo, los hermanos Keller brillaban por su ausencia por el momento; y mientras Mab y yo teníamos la nariz enterrada en los apuntes para nuestro examen de la siguiente hora; Mor no hacía más que juguetear con sus cereales de miel, sin comerlos realmente.

Mab cerró su cuaderno mientras se llevaba un termo a la boca y daba un buen trago; le había preguntado si era café y había recibido una mirada asqueada en respuesta por lo que no insistí.

—Ya saben, para relajarnos después de esta semana estresante —continuó Cassie cuando nadie dijo nada, miré hacia Mor y no parecía prestar atención más allá de los pequeños anillos en su plato.

—Me parece genial —dijo Mab, finalmente, dejando su termo cerca de mi bebida energizante; un aroma cítrico y fresco llegando a mi nariz, me guiñó un ojo maquillado con pequeños números grises, como si me retara a preguntar de nuevo.

Asentí hacia Cassie, renunciando también a mi intento de memorizar algo más sobre el proceso de mitosis; miré hacia Mor, el tiempo suficiente para que sus ojos distraídos se encontraran con los míos; miró hacia otro lado, asintiendo a Cassie.

—Eso es genial —dijo Cassie, entusiasmada mientras alcé mi bebida llenando mi sistema de cafeína ante la mueca de Mab —tendremos una noche de chicas, mascarillas, manicura.

—Besos lésbicos —añadió Mab, causando que me atragantara en el siguiente trago. Mor se rio de mi expresión, mientras Mab me lanzaba una sonrisa perversa.

Había ganado.

Cassie nos ignoró sabiamente mientras seguía relatando los posibles planes de la noche, para mi sorpresa Nathan y Nic se unieron a nosotras, ambos con sus propios paquetes de comida que nada tenían que ver con las opciones limitadas que ofrecía la cafetería.

Observé casi salivando como Nathan se llevaba un taco a su boca y lo devoraba de dos mordiscos. Le pediría totalmente la dirección de ese restaurante.

Sentí un movimiento entonces miré a mi plato, un impresionante taco de pollo descansaba junto a los restos de mi aburrido sándwich. Miré hacia Nic, pero él ya se encontraba devorando su propio almuerzo; Mor también lo observaba como si no encajara en el panorama.

Interesante, había dicho Nathan; y no podía hacer más que secundar ese pensamiento ahora. Como si adivinara mis pensamientos, Nate detuvo su hazaña para echarle a su hermano, y a mi nuevo taco, una mirada intensa; sólo entonces me miró. Un guiño.

Abrí la boca para decir algo, quizás gracias, pero Cassie siguió hablando sobre la reunión y esta vez, Mor se le unió. Me encogí de hombros y comencé a comer.

Definitivamente exigiría la dirección de este lugar.

—No podemos hacerlo en casa, sigo en problemas con mi mamá después de la última fiesta.

Las palabras de Cassie me sacaron de mi ensoñación de comida mexicana mientras tragaba lo último del taco, los hermanos ya habían devorado sus propias porciones.

—Pueden venir a mi casa.

Todos me miraron.

—Quiero decir, es una noche de chicas, no creo que Ella tenga objeciones.

Nathan abrió la boca, claramente para protestar por ser excluido del plan, pero le eché una patada por debajo de la mesa para detenerlo. Me lanzó un lento parpadeo. Sonreí.

—Eso sería genial —dijo Mab mientras recogía sus cosas —puedo llevar el falso alcohol, será súper divertido.

—¿Falso alcohol?

Cassie giró sus ojos mientras se ponía de pie.

—No preguntes. No quieres saber.

Abrí la boca, lo pensé mejor, la cerré.

Entonces se me ocurrió algo.

—¿Les importaría si invito a alguien más?

Todos se detuvieron y me miraron expectantes. Sentí el sonrojo subir por mi rostro, pero me obligué a encontrarme con la mirada curiosa de Nic.

—¿Crees…crees que Netta aceptaría unirse a nosotras?

Un silencio siguió a mis palabras, haciendo que mi sonrojo sólo empeorara. Algo se movió detrás de los oscuros ojos de Nic; demasiado rápido para que pudiera identificarlo.

—Le haré saber y te diré qué decide.

Asentí, fingiendo que no sentía las miradas especulativas de todos en mí. El rostro sonriente de Nathan apareció en mi línea de visión y aparté rápidamente la mirada.

—Bien, tenemos que ir a luchar contra células, Maine —dijo Mab, rompiendo el silencio escrutador mientras se ponía de pie —¿cómo te sientes?

Suspiré, ya odiando ese examen.

—Genial —mentí.

Mab asintió, como si se sintiera de la misma forma.

—Deséennos suerte. Mucha.

 

Netta aceptó la invitación, y Nathan le acompañó cuando el sol bajó lo suficiente como para que ella pudiera salir.

—¿Crees que les caeré bien?

Miré hacia ella, estaba preciosa en un vestido neón que se vería absurdamente ridículo en mí. Las chicas aún no llegaban, pero ya había empezado a acomodar algunas mantas extras en el sofá.




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