Maison d´ May

Capitulo 5. Parte 2

Un aire distante un tanto soñador le siguió hasta la cena. Su madre esa tarde había vuelto de un humor muy animoso, se había encontrado con la oportunidad de iniciar con su nueva vida del mismo modo en que siempre vivió, no solo eso, también había conseguido la oportunidad para la más joven de sus hijas. Su madre y su hermana no habían estado tan felices. Hablaron y hablaron sobre lo maravilloso de las noticias y sobre sus planes para el futuro. Su madre intentó, con todo su buen humor, incluir a May en sus fantasiosos planes.

- Va a ser fabuloso cariño, solo imaginate, nosotras tres vestidas de una reina y sus perfectas princesas, aún tenemos tiempo par que aprendas a andar en tacones, y podemos ir de compras.

-Si, un cambio de imagen te vendría muy bien- dijo su hermana- en especial si lo acompañas de un cambio de actitud.

-¡Dinora, no es forma de hablarle a tu hermana!-le reprendió la madre- Aunque.. Mayreen terrón, tu hermana tiene un punto, un pequeño cambio por dentro y por fuera te vendría bien, no tienes que seguir siendo la pequeña nubecita gris y triste de siempre. Eres bellísima, pero necesitas expresarlo en vez de ocultarlo. Un corte nuevo, un cambio de ropa, un buen maquillaje y una sonrisa brillante y lucirás como una princesa.

-Cualquiera con un cambio completo se miraría igual de bien- contestó medio distraída

-Querida, has estado muy distraída- dijo la abuela- ¿Que sucede?

- Ahora que lo dices -interrumpió la madre- tiene cara de enamorada, seguramente extraña a su novio. No sufras mucho dulzura, habrá otros más apuestos en la nueva escuela, con tu bonito rostro tendrás pretendientes de sobra.

-Oh May, ¿Por qué no nos dijiste que tenias novio? -habló Dina con sarcasmo- Su último novio la terminó por rara hace casi un año mamá.

-Mi May debió dejar algún enamorado, si no fuera así no tendría esa cara.

-No tengo novio, ni enamorado, ni nada parecido mamá.

-De cualquier manera, el amor no es algo que se pueda ocultar, y tú eres como un libro abierto, se nota cuando mientes. Estás enamorada.

May prestó poca atención, su mente estaba en otra parte, divagando entre las habitaciones y sus habitantes, entre él y ella, entre las familias y la muerte; todavía faltaban un par de meses para las clases, ya tendría tiempo de pensar en hacer amigos. En todas las escuelas del mundo podían encontrarse grupos marginados, como los de clubes poco interesantes, alguna chica solitaria o algún ratón de biblioteca. Ese era el tipo de amigos de May. Chicos que no hacían pijamadas, y cuyas salidas más interesantes eran a museos y cine infantil. Y como plan b, siempre estaban los chicos que le hablaban por ser bonita, hermana de Dina y pasar las tareas.

May dejó que su madre se entusiasmara con sus planes, no tenía humor de discutir con ella sobre su poco interés en sus frivolidades. Los abuelos le miraban, incluso la abuela podía ver algo más que ocultaba en su mirada ausente, claro que no le darían la razón a Ilda frente a los demás para que se volviera un poco más irritante. El bisabuelo miró a las mujeres, a cada una, preguntándose en qué podían pensar, hablaban de todo menos de lo que debía ser importante. Tenían la mala costumbre de darle la vuelta a los asuntos preguntando por cosas sin mucho sentido, callando o no respondiendo lo que se esperaba en vez de atajar preguntando directamente.

-Amara, ¿Que has estado haciendo allá arriba?-Preguntó el bisabuelo-¿Encontraste algo?

-Muchas cosas muy interesantes. Encontré un fonógrafo con una caja de cilindros, un gramófono, un proyector y varias películas. Y muchas cosas olvidadas muy interesantes.

-¿Joyas?- preguntó su madre- ¿Algo de valor?

- Memorias-respondió con un inusual suspiro- muchas viejas memorias.

-¿No es grandioso? - concluyó su hermana- Más basura

May ignoró los comentarios de ambas. Comentarios sin importancia de mujeres tan profundas como un charco de agua.

-Sería bueno poder ver esas películas. Hace mucho no tenemos noche de cine -comentó el bisabuelo.

-Aún tengo algunas películas en la lap, podemos verlas cuando quiera.

-¿No encontraste nada más allá? Pasas mucho tiempo arriba -Insistió su madre.

- Hay salas muy bonitas y muchos libros. me gusta subir y desempolvar un poco, muchas cosas están en buenas condiciones, la mayoría estaba cubierta de mantas y sábanas.

-Que no consuma todo tu tiempo Mayrin.

-Se pronuncia Mayreen, Briggette respeta el nombre que yo le dí a la niña.

-La pronunciación y la escritura son lo que menos importa, es la misma cosa. Solo no pases tanto tiempo a solas, la soledad es una gran amiga en pequeñas dosis.

-Lo tendré en cuenta, abuela.

-Yo tengo la solución- dijo su madre- deberían pasar un tiempo juntas como hermanas. Salgan y conozcan la ciudad, hagan amigos, pasen juntas las vacaciones antes que las clases las separen.

-¡Mamá!- se quejó su hermana- ella es rara, aburrida, y tarda mucho en probarse ropa, podríamos pasar todo el día de compras y no saldríamos de una tienda.

-Es buena idea que pasen tiempo de calidad- habló por fin el papá- pasen tiempo juntas, no es una pregunta. Ustedes dos apenas y se dirigen la palabra estando en la casa, estar juntas no les hará daño.

May no dijo nada, solo miraba su comida como ausente, el bisabuelo y la abuela se miraron, el bisabuelo sacudió la cabeza, ninguna de sus nietas tenía remedio. Más tarde, cuando May ayudó a su bisabuelo a preparar su cama este la llamó con su caja de fotografías.

-¿Te he contado de tu bisabuela?

- Muchas veces

-Era un angel, siempre intentando hacer lo correcto y ayudar a los demás. Sufría mucho por ello, a menudo no sabía cómo hacerlo y no podía dormir.

-Ya me lo has contado, la abuela era alguien muy sensible y caritativa. Lo sé abuelo.

-¿Te conté de sus pesadillas?




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