21. Julio

Julio 21

Ahora se como llegan las almas a este lugar. Una especie de seres de luz llegan desde el cielo arrastrandolos con cadenas. En alguna de las páginas del libro debe hablar sobre ello, pero hay partes que son difíciles de traducir, otros en cambio son más parecidos a geoglifos, por lo que no puedo escribirlos, intenté buscar una de esas páginas donde con una foto pueden hacer traducción pero no logré nada. El fue extraño desde el inicio, supongo que debí darme cuenta antes de salir de casa, debí darme cuenta tras el incidente con los tocadiscos, el silencio cortante y esa escalofriante quietud. Todo señalaba que algo malo estaba por suceder, debí escuchar a mi corazón, en vez de eso continué avanzando hasta el punto de tener un ataque de pánico, quedando paralizada por el dolor y el miedo como una tonta sin poder hacer otra cosa que intentar aferrarme a la vida.

El pánico para mí es distinto a los demás, no es algo que me pase cuando me asusto o me desespero, no es algo que pueda predecir o controlar. Tengo trastorno de pánico, lo que significa que no necesito una causa real o aparente para tener uno, tampoco significa que sea igual todo el tiempo, algunas veces es empeora, algunas dura unos segundos mientra otras llegan a durar por infernales minutos. No es gracioso ni agradable el sentimiento de estar en un grave peligro o al borde de la muerte; mucho menos cuando ocurre en las situaciones menos apropiadas. Desearía que todos mis ataques de pánico fuesen en privado como esta vez y no en un centro comercial o a mitad de una clase en la primaria. La gente no comprende lo que sientes, se asustan, se enojan y te juzgan, piensan que exageras y que no es nada, que con solo tener voluntad puedes superarlo, son tan insensibles respecto al tema que incluso llegan a ser crueles e hirientes; en especial los niños, los niños pueden parecer lindos e inocentes, pero son demonios infames que se burlan y ríen a costa del sufrimiento de otros.

 Lo que pasó ayer, lo vi más cerca de lo que hubiese preferido. Fue aterrador, hizo temblar cada parte dentro mí, pude sentirlos desde mucho antes de su llegada, su presencia era fría y poderosa, completamente distinta a todo lo que he conocido. Por la ventana entraron dos figuras que daban la impresión de estar observando ángeles pero estaban lejos de ser los seres de bondad y calidez que tanto se retratan, incluso su voz era afilada como cuchillas, robandose el aire del lugar. Pobre alma, no pude verla y debe estar en algún lugar del primer piso, confundido y solo, aunque claro, también puede que se trate de otra alma hostil. Una cosa más de qué preocuparme. 

Pero, después de ello, decidí darme un respiro por temor a empeorar mi propia situación, no quiero tener una nueva recaída, en especial por que no es tiempo de visitar a un nuevo psicólogo, ni de preocuparme por posible medicaciones. Bueno, hoy, además de pendientes familiares tengo un par de datos curiosos que aprendí de este maldito lugar. Con mucho esfuerzo y consultas a google logré preparar la tierra para hacer una hortaliza. Cuando llegamos, el terreno de la casa era un páramo, el empleado había arrancado toda la maleza y lo pudiese haber sido parte del antiguo jardín, dejando solo los árboles. Después de googlear los árboles encontré con varias especies de distintos puntos del globo terráqueo.

El cordia es el más numeroso habiendo seis los cuales rodean la propiedad por dentro y por fuera del muro; si google no miente, en otoño arroja flores como si no hubiera un mañana; una curiosidad es que su florecimiento coincide con fechas espirituales como el dia de muerto en Latinoamérica y el halloween/samhain en Estados Unidos y partes de Europa y curiosamente es llamado el inmortal. De acuerdo al libro todos los árboles fueron regalos para los antiguos dueños. Además de los cordia hay dos serbales, un par de alisos y dos tejos pequeños del otro lado de los muros al lado del camino. 

Cada árbol tiene una conexión con la tierra y un significado diferente, más que una simple decoración, tal cómo llegué a pensar, fueron plantados de forma estratégica, escogidos con un propósito. También encontré una lista de flores son permitidas plantar, por suerte reconozco la mayoría y son hermosas. Entre ellas mi flor personal. El amaranto. Cada árbol tiene tallados la misma clase de marcas que las puertas y rejas en la casa, los muros también cuentan con estas marcas al ras del suelo y no necesito verlo para saber que las rejas de entrada igual. No son más que medidas de seguridad para que nada ni nadie escape, algo que constata que son un peligro la mayoría de estas almas, o que son víctimas de algo que se desea ocultar. El libro tiene apartados para las inscripciones en lo que el traductor detectó como georgiano al cual no he llegado.

Mañana bajaré a la ciudad de nuevo, los abuelos dijeron que la jardinería podría relajarme, así que bajaré para buscar semillas, dado que estamos casi en la ruina -aunque mamá no quiera admitirlo- decidí iniciar un huerto de especias, vegetales y algunas frutas; la abuela solía tener una hortaliza y arboles frutales, mucha de la comida que preparaba salía de su jardín, por lo que será bastante bueno tener algo así a largo plazo; además, en primaria escuché que en casa de una compañera tenían árboles frutales en macetas, quizás también intente algo de eso. Se que lo acepté para evitar el tema de fantasmas, pero tranquilizará a mi familia verme tomar aire fresco en vez de solo salir a la biblioteca y recluirme en los pisos superiores.

 Por último, al terminar de recoger las hojas limpie el cobertizo. Bajo la montaña de herramientas y utensilios de jardinería encontré una caja de galletas de metal con cadenas delgadas y un candado algo más grande de lo esperado para ese tipo de cajas. Me tomó un tiempo encontrar las llaves entre los manojos. En aquella caja habían hojas arrancadas, una llave antigua con un impresionante diseño y una carta firmada de la familia que vivió en este lugar, sin remitente ni estampilla.