Mal Día

3. SUSIE

Muerdo mis uñas aunque no debería hacerlo.

Veo a Brody hablando con el profesor de Educación Física y solo pienso en lo perfecto que es. En serio, ese día que fue creado, Dios se estaba disculpando por todos los demás chicos tontos como…

—Buenos días, compañera.

Darren Marcen.

Se recuesta en el muro frente a mí, bloqueando mi vista de Brody. Vamos, quítate, déjame ver a mi futuro espero y padre de mis hijos.

— ¿Qué quieres? —digo, ajustando mis gafas.

Rueda los ojos. — ¿Pues qué quiero? Quiero dejar algo en claro antes que comiencen los castigos —enumera con los dedos—, no soy tu amigo, no quiero estar cerca de ti y no voy a seguir tus aburridas reglas. No me voy a esforzar en nada, haré lo mínimo, ¿entiendes?

Arrugo la nariz, ¿Cómo alguien tan linda como Sydney puede ser novia de alguien así?

— ¿Sabes Darren? Me da igual. No quiero estar cerca de ti, así que sigo deseando que antes del viernes cometas un crimen para que te lleven a donde perteneces, la cárcel.

Se pasa los dedos por el cabello. —Susie Lu, el único crimen que puedo cometer, es el de robar todos los corazones.

Bufo. —Eso es una de las cosas más tontas que has dicho en toda tu vida y eso que has dicho muchas cosas tontas.

—Ah, ¿Llevas la cuenta? No sabía que estabas obsesionada conmigo.

— ¡No lo estoy! —odio lo chillona que suena mi voz.

Darren sonríe. —Ah, sí, claro que lo estas. Tu tipo son los chicos como yo, ¿no? Te gusta algo rudos, algo de peligro.

Suelto uno carcajada amarga. — ¿Qué? ¿Mi tipo alguien como tú? Mi tipo nunca sería un chico así, mi tipo es alguien dulce, lindo, amable, educado y perfecto, alguien como…

— ¿Brody Cannings?

Frunzo el ceño. — ¿Brody? —Obviamente, pero no puedo decirle eso, lo usaría en mi contra—. Claro que no me gusta Brody, ¡No estoy enamorada de él!

—Lo suponía—y por supuesto, Brody está a nuestro lado.

¿Cuándo caminó hasta aquí?

Darren intenta no reír pero su rostro lo está delatando. —Ah, Cannings, no te preocupes. Tu fanática número uno sigue de tu lado, solo es una mala mentirosa.

Brody me mira y sonríe. —No te preocupes Susie, sé que Darren solo está molestándote. Las personas sin nada que hacer suelen molestar a las que sí tenemos una vida.

Es perfecto.

Darren se pasa la mano por el cabello. — ¿Celos, Cannings?

Brody eleva una ceja. —Nunca sentiría celos de alguien como tú, Darren.

Y de nuevo lo están haciendo, viéndose como si pudieran pelearse ahora mismo pero no a golpes, como si pudieran regresar en el tiempo a esas épocas de caballeros con espadas y enfrentarse a un duelo a muerte.

Brody se vería tan bien con armadura.

—Aquí estas —Sydney se acerca rápido, empuja a Brody cuando se mueve para tomar la mano de Darren—. Ah, lo siento, Brody.

Brody le sonríe con amabilidad. —No te preocupes —suspira—. Nos vemos después —me dice.

Él se alea y yo mantengo mi visión en él hasta que escucho unas risas. Me volteo solo para encontrarme a Sydney y Darren viéndome como si fuera una atracción de circo.

— ¿Qué? —digo.

Sydney no responde, solo tira de Darren. —Vamos, antes que comiencen las clases.

—Sí, sí, ya voy —Darren le rodea la cintura con su brazo y yo ruedo los ojos.

No puedo creer que voy a tener que pasar una hora entera con él en el castigo. Una hora. Eso es una tortura estilo medieval.

Me muevo para ir a mi siguiente clase, química, y cuando llego veo que Brody ya está ahí en un escritorio compartido pero con el asiento vacío.

Sé que en esta escuela muchos y muchas se pelean silenciosamente para estar cerca de Brody y el hecho que nadie se haya sentado a su lado todavía, es un milagro.

Uno que tengo que aprovechar.

Voy hacia allá, toco el borde de mi suéter mientras que mi estómago se revuelve de mariposas y caos.

—Um, ¿puedo sentarme aquí? —pregunto.

Brody eleva la mirada y me sonríe, amplio, brillante. —Sí, Susie, siéntate.

Estoy temblando, este es un momento perfecto para convivir con él. Para observarlo tanto como pueda sin parecer una acosadora. Noto su cabello negro cayéndole sobre la frente, sus hombros anchos, sus pequeños hoyuelos casi invisibles.

—Oye Susie, siempre me he preguntado por qué Darren Marcen te molesta mucho — ¿Por qué tenemos que hablar de él ahora?

Me encojo de hombros. —Supongo que es por lo que tú dijiste, un persona sin nada más que hacer.

—Puede que sí —dice, recostándose en el respaldo—. Pero no lo entiendo, cuando el director los acusó él no intentó llevarse todo el crédito, como la vez con la piscina, ¿recuerdas?

Ah, sí, la piscina. Hace dos años alguien llenó la piscina de la escuela con una de esas bombas de baño que se usan para las tinas haciendo que el agua se convirtiera en una mezcla de muchos colores.

Cuando preguntaron quien lo hizo, él levantó la mano.

—No lo sé, es raro —en realidad, yo no quiero hablar de él, quiero que Brody hable de nosotros.

Aunque todavía no hay un nosotros.

Unos minutos después la clase comenzó y estuve distraída todo el tiempo. Cada vez que podía miraba a Brody de reojo, mi cuero soltaba chispas cuando su mano o su brazo rozaban l mí y cuando me prestó el borrador y nuestros dedos se tocaron, mi corazón estaba danzando sin parar.

Pero mi felicidad terminó pues la clase se había terminado y ahora tengo que ir a la cafetería donde Brody no se sienta conmigo, sino con sus amistades mucho más interesante que yo.

Trina se acerca en el pasillo. —Hola, ¿Por qué estás sonriendo?

—Porque me senté con Brody —susurro.

Ella toma mi brazo para entrelazarlo y caminar juntas. —Eso es genial, recuerda nombrarme como tu dama de honor.

Le doy un empujoncito con la cadera. —Creo que para casarnos primero tendríamos que salir y eso… bueno, no sé si vaya a pasar.

—Oye no te desanimes, totalmente va a suceder —dice.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.