Mal Día

6. SUSIE

SUSIE

Dejo que Alma y Trina me cuenten sobre sus exitosos amorosos mientras como uno de esos cereales excesivamente azucarados con la mano, como si fueran botanas y por supuesto, sin leche.

—Deberíamos ir a la fiesta —Alma propone tranquila, como si eso que dijo no es todo lo contrario a nosotras.

Ellas son amigables y extrovertidas, pero no somos del tipo de chicas que les invitan a las fiestas que hacen. Tampoco es como si estar en una fiesta me emociona, ¿Qué se supone que haga? ¿Bailar? ¿Con mis dos pies izquierdos?

—Deberíamos ser personas coherentes —digo.

Trina me da una mirada. —Escuché que Brody estará allí.

Bien, es una buena convencedora. —Aun así, no encajo en las fiestas. ¿Me has visto? ¿Necesito prestarte mis gafas?

Alma suspira, toma mi brazo. —Vamos Susie, será divertido. Es nuestro último año y quiero que hagamos recuerdos importantes.

Levanto una de mis cejas. — ¿Y el hecho que el nuevo chico coreano esté ahí probablemente no tiene nada que ver?

Rueda los ojos. —Quizás sí tiene un poco que ver pero es verdad, quiero que este último año sea algo que nunca olvidemos.

Arrugo la nariz, me recuesto en los casilleros. — ¿No crees que todo eso está sobrevalorado? El mundo romantiza la adolescencia y luego tienes a personas como mis padres hablando de sus años escolares cada día hábil.

Y hablando del rey de roma, ahí viene Jin Ho, el nuevo chico quien ya tiene el corazón de Alma en su bolsillo.

Él pasa a nuestro lado y como siempre lo hace porque es un chico amigable, sonríe. Eso es suficiente para que Alma se sonroje y suspire como la chica enamorada que es.

—Mírala, derritiéndose por el extranjero —digo a Trina.

Trina suelta una risita. —No te culpo Alma, así estoy yo cada vez que veo a… bueno, ya saben.

Y yo con Brody.

—Por favor vamos —Alma toma mis hombros y los sacude—. Por favor, por favor. Si vas tú, voy yo y si vamos las dos, le darán permiso a Trina.

Suspiro. —Pero, ¿estás segura que quieres eso? No será como en las películas, a menos que sea una de crimen. He escuchado que consumen todo lo ilegal que existe.

Trina bufa. —Dudo eso. No estamos en una gran ciudad y lo más ilegal que he visto a alguien consumir es una bebida energizante.

Cierro mi bolsa plástica con el cereal, me giro para guardar lo que sobró en mi casillero. Nunca desayuno en casa pero siempre estoy comiendo en la escuela. Esa es una ironía, o algo así.

—Perfecto —escucho a Trina susurrar.

Cuando me volteo, lo entiendo.

Brody está caminando en el pasillo y Trina le hace señas para que se acerque. Todo mi sistema nervioso reacciona y ahora yo quiero ocultare en mi casillero.

— ¿Qué haces? —susurro por lo bajo.

Brody se acerca, sonriendo. —Hola chicas, buenos días —y luego él da un paso hacia mí y dice—: Buenos días Susie.

Oh… Mi…. Dios.

¿Podré hacerme un tatuaje con esas palabras? Probablemente no, mis padres me matarían.

Pero es solo que, me saludó directamente a mí. A mí.

No sé qué tiene este año pero algo está cambiando con Brody y conmigo. Quizás al fin se apiadó de mí el universo y me va a sacar de mi eterna soltería. Quizás al fin, obtendré al chico de mis sueños.

—Oye Brody, ¿Sabes de la fiesta del viernes? —Trina le pregunta—. La que harán en casa de uno de los del equipo.

Asiente y sus ojos se mueven a mí por un segundo. —Sí, lo sé. Voy a ir, ¿Ustedes van? —Me mira—. ¿Susie?

— ¡Susie irá! —Alma responde por mí y me da un sutil empujón—. Iremos todas, el viernes.

—Eso es genial —Brody contesta, sus ojos son tan lindos, podría perderme en ellos—. Entonces las veré ahí.

Asiento y no digo nada porque si abro la boca, le pediré matrimonio.

Cuando él se aleja, las chicas sueltan chillidos y me sacuden como si fuera un juguete. — ¿Viste eso? Él quiere que vayas —dice Alma.

Trina coloca las manos sobre su pecho. — ¿Y viste como te estaba viendo?

Alma toma mis manos y las aprieta. —Amiga, vas a usar un vestido.

—Uno ajustado —Trina agrega.

Suelto una carcajada. — ¿Qué? No, no, eso no. Acepto ir a la fiesta pero no un vestido, ¿Yo? No.

— ¡Si! —ambas responden al mismo tiempo.

Niego varias veces. —Yo creo que deberíamos dejarles los vestidos a personas que no tengan mis tobillos y menos si son ajustados. ¿En alguien como ustedes? Espectaculares, ¿En alguien como yo? Una niña jugando a usar la ropa de su amiga.

Trina bufa. —Por favor Susie, no te auto desprecies. Eres muy linda.

—Y no todas tenemos que tener el mismo cuerpo para vernos bien —Alma contesta—. Yo creo que lo hagas, que si no consigues a Brody, obtendrás el número de mil chicos más.

Ruedo los ojos. —Ni siquiera hay mil chicos en la escuela.

El timbre anuncia que es hora de ir a clases. Nos separamos para que cada una tome sus libros de los casilleros y cuando caminamos por el pasillo, nos dividimos a mitad del camino para ir a diferentes clases.

Llego a la clase de Historia Artística y me siento cerca de la ventana. Mi corazón sigue acelerado por esa interacción. Estoy observando el exterior pensando en los ojos de Brody, en sus pestañas y en sus labios rosados cuando escucho un sonido fuerte frente a mí.

Es Darren, dejando su mochila en la silla del escritorio con fuerza innecesaria.

Él me mira con el ceño fruncido y levanta el mentón. — ¿Qué quieres?

Resoplo. — ¿Yo? Nada, tú haciendo escándalos.

Rueda los ojos. —Patética.

Cruzo los brazos. — ¿Disculpa? ¿Patética? Quien es el que le encanta llamar la atención.

Darren se sienta pero no como una persona normal, se sienta sobre el tablero y deja las piernas en el asiento, para verme. —No llamo la atención, la atención llega a mí.

Arrugo la nariz. —Me desagradas.

Levanta las manos y hace un gesto de burla. —Uy, no, que mal. Le desagrado a Susie Lu, mi vida se ha arruinado.

Miro hacia la ventana de nuevo. — ¿Por qué no te sientas en otro lado?




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