Elijah se sienta frente a mí en la cafetería. — ¿Terminaste la tarea de Sociología?
Niego. —No, estaba esperando pedírtela.
Chasquea la lengua. —Pues no la hice, pregúntale a alguien más por los dos.
Toco la punta de mi nariz, volteando hacia los lados. No sé a quién le podría pedir la tarea, a Sydney no pues no lleva esa clase y los demás no me la darán.
—Luego vemos —le digo.
Elijah toma un paquete de papas fritas y lo abre, me ofrece estirándolo hacia mí y yo tomo unas. —Entonces, ¿Qué harás para tu aniversario con Syd?
Mastico las papas y trago. —Pues no sé, ella quiere que vayamos a la playa o algo así. Supongo que es un buen plan ¿No? Seis meses juntos.
Elijah asiente, limpiándose los dedos con una servilleta. — ¿Dónde está? Por cierto.
Escaneo las mesas de manera rápida, solo hay muchas personas hablando en voz alta y olores de comida con ingredientes desconocidos. —No sé, tal vez está terminando alguna tarea.
—Sí, tal vez —él roba una de las uvas que traje por petición de mi hermana quien cree que no como suficientes frutas.
Volteo hacia una de las esquinas del lugar y veo a Brody Cannings, al lado, dos chicas que le sonríen como si él fuera el chico más lindo del mundo y ella solo las ve como si fueran un par de fanáticas.
Resoplo.
— ¿Qué? —Elijah pregunta.
Levanto el mentón. —Eso. Míralo, no entiendo como puede ser así, no entiendo porque lo tienen en un pedestal. Cannings es patético.
Elijah tuerce los labios. —Bueno, sí pero también es agradable. Una vez me ayudó cuando mi auto no arrancaba.
Ruedo los ojos. —Ah, ¿Y qué? No es como si es un santo.
Yo lo sé bien. Puede que Brody tenga una buena reputación pero yo he visto dos cosas que le quitan su perfección. La primera fue cuando estaba copiándole a alguien en un examen y la segunda, hace dos años, fue cuando salía con una chica llamada Elisa y lo descubrí besando su amiga Carla.
Él no me notó y yo solo me fui sabiendo que un día esa información jugaría a mi favor.
Mientras esas dos chicas siguen intentando obtener la atención de Brody, él toma su teléfono y le sonríe a la pantalla. Pobres chicas, no se dan cuenta que ya está interesado en alguien más. Quizás incluso le habla a dos o tres al mismo tiempo.
—Entonces —Elijah chasquea los dedos frente a mí—. ¿Vamos a la fiesta, verdad?
Arrugo la frente. —Supongo, no hay nada más que hacer.
Elijah toma otra uva. —Lo bueno es que tu castigo termina mucho antes que la fiesta.
Bufo. —No es como si no puedo faltar.
Él niega. —Vamos Darren, no vas a hacer que te castiguen por faltar a tu castigo. Además, no puedes dejar a la pobre Susie.
Ruedo los ojos. —Susie prefiere estar sin mí.
Elijah hace un gesto como diciendo “lo sé” —Me sorprende que no se mataran el primer viernes de castigo. Por cierto, no me has dicho mucho de cómo fue.
Recuerdo el salón de Arte, el ratón y cuando ella estaba sobre el escritorio. Eso me llevó de regreso a una época en mi vida que ya no existe, una donde no era este Darren, era una versión distinta. Mucho mejor.
—No pasó nada interesante —digo, doblando una servilleta de papel—. Fue aburrido. No puedo creer que faltan como diez más.
—Son tres meses, ¿no?
Muevo la mano. —Más o menos. Hasta que se vaya el hipersensible del Director. Te juro que necesita tener sentido del humor.
Resopla. —Mira Darren, tu sentido del humor no es el más suave del mundo.
Le sonrío de lado. —Sabes que puedo ser mucho peor. Solo hice un tonto video con una aplicación gratis, cualquiera pudo hacerlo. Y que agradezca que estaba vestido, pude ser peor.
Rueda los ojos.
Luego de la hora de almuerzo, estaba de nuevo en el salón de clases sin Elijah, pero con el tonto de Brody sentado frente a mí.
Brody Cannings es del tipo de personas que pagan por esos cortes de cabello perfectos, incluso la línea de atrás está recta. Es molesto ver su nuca.
Entra Susie, como siempre, con esa mirada de estar pensando en otras galaxias y no en este universo hasta que nota a Brody y se sonroja. Ruedo los ojos. Ella de niña no era tan molesta, no se sonrojaba por cualquier cosa.
Me alegra que ya no seamos amigos.
Susie camina viendo hacia Brody y por eso se tropieza con uno de los escritorios del frente. Ella ríe, nerviosa y apresura el paso, disimulando esta vez las miradas hacia el chico perfecto.
Se sienta a su lado pero Brody no la nota porque sigue con su teléfono y suelta unas pequeñas risitas.
Recuesto mi codo en la tabla del escritorio y la veo, unos cabellos de atrás están más desordenados que los demás.
Y luego, me mira. Frunce el ceño de forma automática. — ¿Qué?
—Nada —este es mi momento para molestarla—. Escuche que ya tienes novio.
Abre los ojos. —No, digo, ¿Qué?
Mantengo mi expresión seria. —Sí, escuché que estás fuera del mercado. Al fin, ya era hora, no podías pasarte toda la vida esperando por que Cannings te volteara a ver.
— ¡Darren! —frunce el ceño.
Brody mueve la cabeza para verla.
Susie sonríe nerviosa. —Eh, Brody, no le hagas caso a Darren. Está loco, creo que no le funciona bien su cerebro.
Brody asiente, manteniendo su molesta expresión de amabilidad falsa. —No te preocupes Susie, lo sé.
Ella se ve feliz y él finge ser el príncipe azul. —Oye Susie, yo que tu no me ilusiono con él, creo que tiene novia.
Ahora Brody me mira molesto. — ¿Por qué no entiendes que no es necesario que hables solo porque tienes boca?
Una de las comisuras de mis labios se levanta. —Ah, ¿Te molesta? Parece que conmigo no eres amable, ¿verdad?
Rueda los ojos y se voltea.
Susie niega, como si estuviera decepcionada de mí y también se voltea para acomodarse viendo al frente de la clase.
Yo sigo sonriendo a pesar que cada vez que me comporto así no me siento satisfecho, es como si yo mismo supiera que estoy interpretando un personaje pero no puedo evitarlo.