Creo que han pasado cinco minutos y ninguno ha hablado. Darren está usando su teléfono y yo empecé a usarlo pero solo tengo como diez contactos y ya respondí todos los mensajes.
Podría enviarle uno a la abuela, me pregunto si está ocupada viendo su nueva novela asiática.
—Oye —digo, aburrida de esperar—. Creo que es mejor que preguntemos si ya podemos irnos.
Rueda los ojos. —Como quieras, pero si nos dan más cosas por hacer es tu culpa.
Bufo. —Oye, no sé si te das cuenta pero estamos aquí por tu culpa. Tú hiciste esa ridícula broma y luego tú mentiste.
—No mentí, solo evadí la verdad —contesta, recostándose con los brazos cruzados.
Entorno los ojos. Darren tiene el rostro de alguien que está a punto de burlarse de ti. — ¿Cuándo vas a comprarte un cerebro?
Bufa. — ¿Cuándo vas a comprarte una cara nueva? —Con sus dedos hace como si tuviera un par de gafas—. ¿Te has visto?
—Eres tan inmaduro —afirmo.
Él ahora pasa las manos por su cabello. — ¿Sabes? Creo que el verdadero castigo es estar aquí contigo.
Levanto los brazos. —Pues lo mismo digo.
Mi teléfono vibra y veo que es Trina llamándome. Gracias al Cielo, ahora ya no tengo que seguir hablando con este tonto. — ¿Hola? —contesto.
Escucho a Trina con música al fondo. —Hola Susie, ¿Cómo vas? ¿Cuánto te falta?
—No estoy segura —digo—. Pero no importa, solo tengo que aguantar un poco más la presencia del mal —le doy una mirada a Darren.
— ¡Genial! Mira lo que te envié, tengo unas ideas para mi atuendo, ¿sí? Necesito tu opinión. ¿Qué vas a usar tú? ¿Ya decidiste?
Hago una mueca. —No estoy segura, no sé cómo se visten en las fiestas.
—Ya te dije. Vestido, corto y ajustado —ríe—. O lo que quieras, solo déjate el cabello hacia abajo y no olvides el delineador.
—Está bien, no lo olvidaré —digo.
—Te llamo más tarde, revisa las fotos por favor —se despide.
Bajo el teléfono y siento la mirada de Darren sobre mí. Muevo los ojos y sí, me está viendo. — ¿Qué? —pregunto.
Sonríe de lado. —No me digas que vas a ir a la fiesta.
Me encojo de hombros. —Sí y, ¿Qué? Todos podemos ir.
Sigue con esa expresión molesta. —Ay, vamos, Susie Lu. Tú no eres de fiesta, además no me digas que vas a usar eso.
Bajo la mirada a mi ropa. Es algo normal, pantalones y una camiseta, ¿Qué hay de malo en esto? —Si quiero sí.
Suelta una risa forzada. —Pero no lo hagas, será humillante para ti. Mejor quédate en tu cuarto, leyendo alguna de esas historias cursis y finge que tu vida es interesante.
Frunzo el ceño. —Oye Darren, ¿Cuál es tu problema?
Entorna los ojos. — ¿Cuál es mi problema?
Me levanto de la silla y lo señalo. — ¿Por qué te gusta molestarme? ¿No te conformaste con cómo me trataste en ese baile a los doce?
Deja de sonreír lentamente. —No sé…
— ¿No sabes de lo que hablo? —Cruzo los brazos—. Claro porque además de mentiroso eres un falso. Me, tu…
No puedo decirle eso.
No puedo decirle que me lastimó cuando arruinó nuestra amistad de la forma más horrible.
—Darren, no me importa si ya no quieres ser mi amigo, no me ha importado desde hace mucho tiempo pero solo… mantén tu boca cerrada, estoy cansada de tus tonterías. Solo intentas lastimarme una y otra vez.
Darren ya no está sonriendo pero sigue con ceño fruncido y esa mirada distante. —Susie, no eres tan especial como crees.
Resoplo. —Y tú no eres más que una caricatura de chico malo pero en realidad eres un idiota.
—Y tú te sientes especial, ¿no? —Se levanta de la silla—. Tú tienes a tu familia feliz, a tus amigas y tus calificaciones perfectas. Tú crees que si eres una persona buena te sucederán cosas buenas pero no es así.
Ruedo los ojos. —Por favor Darren, mi vida no es perfecta.
— ¿No? ¿Y qué problema tienes? —da un paso hacia mí—. ¿Qué Brody no te note? ¿Qué no sabes a cual universidad iras porque tienes muchas opciones?
Puedo sentir como el calor se extiende desde mi pecho hasta mi cuello. No es que mi vida sea mala pero no es perfecta, ¿Por qué piensa que lo es?
—Vamos Darren, no juegues a que el mundo está contra ti. Tú también tienes una familia —digo.
Eleva las cejas. — ¿La tengo, Susie? ¿Recuerdas lo que pasó con mis padres, no?
Abro la boca.
Él me interrumpe antes de hablar: —Sí, mis padres se separaron y no solo eso, nos dejaron a un lado. Mis hermanas y yo fuimos criados por nuestros abuelos, ¿Crees que es lo mismo que tú y tus padres?
No sé cómo llegamos a este tema. —Nunca dije eso.
—Dime algo Susie —me señala el rostro—. ¿Acaso sabes lo que es perder a alguien? Porque lo dudo.
Mantengo el contacto visual, mi cuerpo entero está tenso. —Sí lo sé.
Darren bufa. —Claro.
Me giro para tomar mis cosas, tomo mi teléfono y lo guardo en el bolsillo trasero. —Yo me voy, ya no quiero estar aquí contigo.
—Ya conoces donde está la puerta —contesta.
Le doy una mirada. — ¿Sabes algo, Darren? No estoy segura que te pasó pero tú no eras así, sea lo que sea que te convirtió en esto, lo lamento mucho.
No responde, solo mantiene la mandíbula tensa.
Giro y camino hacia la puerta, puedo sentir como me sigue con sus ojos pero ya no volteo. Solo sigo caminando y me obligo a desviar todos mis pensamientos a la fiesta, mis amigas, Brody y todo lo que podría ocurrir.
Pero la pregunta de Darren sigue dando vueltas en mi cabeza y mi respuesta fue real. Yo he perdido a alguien, alguien a quien me dolió mucho y tuve que dejarlo ir.
A él.