Mal Día

13: SUSIE

SUSIE

Yo tenía un plan.

Bueno, más bien, un deseo. De esos que se hacen en silencio cuando ves el reloj marcar las 11:11 o encuentras una pestaña en tu mejilla. El mío era simple: pasar un día normal.

Un día sin accidentes, sin vergüenzas, sin castigos, sin Darren.

Un día pacífico.

Pero no fue así, como siempre.

Todo empezó al final de la tercera clase, cuando Brody me habló.

—Hola, Susie —dice cuando pasa a mi lado—. Me gusta tu mochila. ¿Es de dinosaurios?

Sí, tiene dinosaurios. No es como una de esas para niños, es más elegante. Bueno, solo un poco. Los dinosaurios son solo las líneas de los bordes y en mi defensa, una famosa cantante tiene una igual. Además fue una compra impulsiva.

—Ah, sí, lo son —respondo, sonriendo como si no me acabara de electrocutar por dentro y el calor en mis mejillas se extendiera—. Los dinosaurios son superiores en todo.

Brody soltó una risa suave, luego... me miró. Lo hizo de una forma distinta, no como lo ha hecho antes, algo que provoca que mi corazón se detenga por un segundo.

—Deberíamos ir algún día al museo. Tienen una exposición de fósiles en marzo. —Brody sonríe de lado.

¿Qué? ¿Eso fue una invitación? ¿Una invitación que suena como una cita?

Creo que olvidé como hablar. No puedo hacerlo, no sé qué decirle ahora. Este es como uno de esos momentos que solo había visto en mis sueños pero que a veces parecía impensable que ocurriera en la vida real.

Sin embargo, aquí está él, proponiendo que vayamos al museo.

—Sí —suelto sin dudarlo—. Fósiles. Los amo, me encantan, son como, lo más interesante del mundo. Huesos y eso, ¿sabes? Es tan interesante, yo...

Dejo de hablar cuando alguien me empuja sin querer (creo) por el pasillo y el libro que sostenía entre mis brazos cae al suelo.

—Genial —murmuro, inclinándome para recogerlo justo cuando una mano se estira al mismo tiempo que la mía.

Y esa mano... oh, esa mano tiene un brazalete que reconocería en cualquier parte.

—Tú —murmuro, entornando los ojos.

—Tú —repite Darren como si el universo también lo estuviera castigando a él.

Sus ojos se elevan hacia los míos y me sonríe de manera sarcástica. —Ten —extiende el libro hacia mí.

Lo tomo. —Gracias, supongo.

Él frunce el ceño. —De nada… supongo. Tal vez la próxima vez te quitas del camino.

—Tal vez la próxima vez miras por donde estás caminando —replico.

Resopla. —Bueno, no estorbes aquí con tu novio.

Oh… mi novio. Bueno, no es mi novio, es Brody. Mi futuro novio que nos está viendo con el rostro lleno de confusión.

Tengo el rostro caliente. —Cállate Darren.

Darren sonríe. —Cállate Darren —me imita—. No te avergüences, espero que tu novio no se haya molestado por la última vez que estuvimos solos.

Quiero estrangularlo. — ¿Por qué sigues aquí? Solo vete, ya es suficiente verte los viernes.

—Ay, Susie —estira la mano y la coloca sobre mi hombro—. Piensa lo que quieras pero no puedes huir de mí.

Pongo los ojos en blanco. —No todo gira en torno a ti, Darren.

—Mira, eso no suena como lo que dijiste la semana pasada cuando estábamos en mi auto —dice, como si realmente algo hubiera sucedido pero no pasó nada.

—Ni me lo recuerdes, fue sofocante —contesto.

— ¿Lo fue, Susie Lu? —da un paso hacia mí—. No pasa nada si admites lo contrario.

Brody aclara la garganta. —Um, creo que… debo irme a la siguiente clase, te veo después Susie.

Mis ojos se abren.

¡No! ¡No te vayas!

Aún no hemos hablado de la cita.

De nuevo Darren lo ha arruinado.

Darren suelta una carcajada. —Linda mochila.

Entorno los ojos. —Darren Marcen —doy pasos a él y él retrocede—. ¿Sabes qué? Los dinosaurios no debieron extinguirse, debiste irte tu primero.

—Ay, mira, que linda —sigue retrocediendo—. ¿Estas molesta porque te interrumpí? Ya te dije, Brody no es bueno para ti.

—Cállate —digo.

Darren rueda los ojos. — ¿Sabes Susie? No eres la chica más fea del mundo, tal vez si dejaras de enojarte por todo.

Levanto las manos y él se cubre el rostro como si fuera a golpearlo, quisiera hacerlo pero no lo hago. —Creo que te odio, mucho.

Se pasa la mano derecha por el cabello y la otra la deja sobre su corazón. —Yo que te amaba en secreto, me has roto el corazón.

El timbre se escucha como un árbitro entre nosotros. He perdido el tiempo, mi oportunidad de hablar sobre una posible cita con Brody y todo por Darren.

Después de clases, me senté en el césped del patio trasero de mi casa con mis audífonos puestos, esperando por Trina. Ya no podía esperar a contarle lo que había sucedido con Brody, seguro ella tendrá mil teorías de como eso significa que me estaba proponiendo matrimonio.

Yo no podía dejar de pensar en eso, hasta que vi algo. Alguien.

Darren con Sydney, pero no como siempre desde que se hicieron novios, esta vez ella lo está apartando y Darren mueve las manos en el aire. Parece una pelea y yo ahora, me siento como una chismosa.

Sydney se da la vuelta y lo deja sin voltear a ver, Darren levanta la mirada al cielo y frota su rostro.

Luego baja la cabeza y permanece así durante varios segundos antes de marcharse.

Darren me desagrada pero algo en esa imagen, algo en verlo así, me recordó al día que nos hicimos amigos.

Éramos niños, teníamos como siete años y éramos vecinos. Sus padres peleaban todo el tiempo, yo podía escucharlos y un día su madre se fue. Lo vi desde la ventana, vi como su padre pateaba el bote de basura y se iba también a alguna parte lejos de ahí.

Darren salió, con el cabello mucho más corto, los dientes torcidos y su ropa infantil pero con un rostro lleno de lágrimas y vio al cielo esperando por algo, alguien. Entonces, no sé porque, yo bajé corriendo.

Salí de mi casa, me tropecé con el primer escalón y él me vio. Me levanté de nuevo, señaló mi rodilla porque sangraba y le pregunté si quería comer pastel de chocolate.




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