Mal Día

21: SUSIE

SUSIE

El siguiente día camino junto a Alma y Trina por el pasillo.

— ¡Susie! —Alma suelta—. Mira quién viene.

Trina suelta un suspiro emocionado y me da un ligero empujón, obligándome a mirar.

Allí está Brody, caminando con esa seguridad que siempre provoca que la gente se detenga a mirarlo. Mis amigas se emocionan y puedo escuchar sus risas contenidas mientras hablan entre ellas, llenas de expectativa. Pero yo no siento entusiasmo.

No después de lo que vi.

No después de que mis propios ojos se cruzaran con Brody y Sydney en un beso que no debería haber existido, que me dejó con la sensación de traición clavada en el pecho.

Brody se acerca a nosotras sonriendo. Saluda primero a Alma y Trina quienes le sonríen y saludan alegremente. Se inclinan hacia mí, esperando algo similar. Pero no lo hago. Mantengo mi rostro neutral, los labios sellados, los brazos cruzados.

— ¡Hola, chicas! —Dice él, con esa voz cálida que normalmente habría hecho que mi corazón diera un salto—. ¿Cómo están?

Alma y Trina responden con entusiasmo, pero yo solo asiento, rígida, sintiendo que cada sonrisa que me dirigen es una pequeña presión en el pecho.

Brody me mira. — ¿Y tú, Susie? —Pregunta, acercándose un poco más—. ¿Cómo estás hoy?

Mis dedos se tensan alrededor de las tiras de mi mochila. —Bien, solo un día más de clases.

Él sonríe. Da un paso más, reduciendo la distancia. —Pensé que tal vez podríamos ir juntos al festival este fin de semana —dice, con un tono de coqueteo—. ¿Qué dices?

El corazón se me acelera, pero no de emoción, sino de tensión. Quiero decirle que no, que no tengo intención de acercarme a él después de lo que vi, pero antes de que pueda formular las palabras, algo se mueve a mi lado.

Darren sale por la puerta del baño de chico. Su expresión es de sorpresa, mezclada con un ligero malestar que refleja lo incómodo que se siente al verme allí, en ese momento exacto.

Brody frunce el ceño al instante. — ¿Susie?

Vuelvo a darle una mirada a Darren. —Yo…

Alma y Trina me miran confundidas. Sé que este es el momento que esperado por mucho tiempo pero también se siente incorrecto ahora. No sé por qué.

O bueno, tal vez sí lo sé.

Ver a Brody besar a Sydney hace poco tiempo y que ahora me esté invitando a mí me hace pensar que no le gusto realmente, que quizás, solo le gusta que a mí me guste. Le gusta saber que tiene mi atención.

O al menos, así siento yo.

Brody mira a Darren quien se ha quedado de pie, como si quisiera decir algo.

Brody frunce el ceño y lo mira. — ¿Qué le dijiste, eh?

Darren bufa. — ¿Qué?

— ¿Acaso no me estabas advirtiendo que no me acercara a ella o qué? Marcen, no te metas.

Darren chasquea la lengua. —Brody, eres un poco idiota.

Brody sonríe. — ¿Yo soy el idiota? No lo sé Marcen, ¿Quieres que le preguntemos a todos en la escuela quien es mejor entre tú y yo? Tengo más cosas que tú, en todos los sentidos y eso lo sabes.

Mi estómago se encoge y antes de que la situación se desborde, intervengo. — ¡Basta, Brody! —digo, mirándolo directamente—. No tienes derecho a hablarle así.

Ellos me miran en silencio, incluso Alma y Trina se quedan boquiabiertas, incapaces de procesar que estoy defendiendo a Darren, un gesto que para todos los demás resulta inesperado.

Brody aclara la garganta. —Solo quería invitarte al festival —dice, bajando el tono.

Mi mirada se desplaza hacia Darren, que sigue allí a mi lado, en silencio, pero su cercanía me da una seguridad inesperada.

No entiendo del todo lo que siento por él, pero sé que lo que siento no es indiferencia. Siento tensión y al mismo tiempo, un calor reconfortante en el pecho que se hace más intenso cada vez que nuestras miradas se cruzan.

— ¿Por qué me estás invitando? —Pregunto, volviendo mi atención a Brody—. ¿Qué tiene que ver esto conmigo?

Brody me observa y finalmente responde. —Porque… sí. Bueno, te veías increíble en la fiesta… ese vestido… parecía hecho para ti.

El recuerdo de esa noche, cuando terminó con mis amigas yéndose de emergencia y Darren llevándome a mi casa. La fiesta, las luce, la música y Darren.

Luego recuerdo cuando estábamos en otro viernes de castigo, eso que el dijo sobre como “La princesa mariposa siempre fue linda para el príncipe”. Mi corazón se detiene un instante y luego vuelve a latir con fuerza, mezclando confusión, enfado y algo más que no sé cómo nombrar.

Miro a Darren, buscando algún indicio de lo que él siente y lo encuentro en sus ojos, cargados de algo que no logro descifrar del todo.

Siento la necesidad de protegerlo y al mismo tiempo, de protegerme a mí misma de cualquier error que pueda cometer.

—No voy a ir al festival —digo finalmente—. Ese viernes tengo otro viernes de castigo.

Brody parpadea, como si no esperara esa respuesta, y se da cuenta de que no puede forzar nada. La tensión entre él y Darren sigue flotando en el aire, perceptible para todos los que nos rodean.

—Está bien —responde Brody, con un suspiro que mezcla irritación y resignación—. Nos vemos después.

El timbre anuncia que debemos ir a clases. Alma y Trina aún siguen con miradas confundidas pero se despiden para ir a su salón, yo volteo y Darren está ahí, viéndome.

— ¿Qué? —pregunto.

Se encoje de hombros.

A mi lado, Darren se mantiene cerca, pero sin invadir mí espacio. Sus palabras apenas llegan a mis oídos: —Gracias...por eso.

No sé cómo responder. Mi corazón late con fuerza, pero no de miedo. Es una mezcla de adrenalina, tensión y algo que se siente peligrosamente parecido a… afecto.

Solo asiento, porque decirlo en voz alta sería admitir más de lo que estoy lista para aceptar.

A nuestro alrededor, el mundo sigue: estudiantes corriendo, risas, mochilas chocando contra los cuerpos, charlas a medio oír. Pero yo siento que algo ha cambiado.

Hay un entendimiento silencioso entre Darren y yo, una conexión que no necesita palabras, pero que es más fuerte que cualquier coqueteo superficial con Brody o con cualquier otro chico antes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.