El androide 18 ya estaba hace meses en una relación estable con Krillin (En mi historia ¿Y ahora qué? cuento su bella historia de amor), por el momento vivían en Kame House ya que no tenían mucho dinero, por eso ella se la pasaba tomando sol, y esperando que su amado volviera a casa de sus trabajos esporádicos, a Lázuli le hubiera gustado ir de compras, pero el dinero no alcanzaba para sus gustos, y como le prometió al mejor amigo de Goku no robar más, se sentía atrapada, al final decidió participar en luchas callejeras, y así no tener que depender de nadie para sus gastos ni romper su palabra, se comenzó a vestir, al bajar a ponerse las zapatillas se sintió algo mareada.
— Qué raro, nunca me había pasado algo así — no le dio mayor importancia, se terminó de cambiar ropa y comenzó a elevarse, pero en un segundo su visión se fue a negro y cayó sin sentido, al despertar estaba acostada en el sofá, a su lado estaba el Maestro Roshi.
— Tranquila, Krillin está por llegar — el anciano se preocupó cuando la vio caer y no despertar.
— ¿Por qué le aviso? No es nada — justo en ese momento llegó el joven calvo.
— 18 ¿Estás bien? — la miró a los ojos, y quiso tomarle el pulso... — no tienes — gritó asustado
— Tonto, recuerda que soy un androide.
— Ahhh... verdad... ¿Te sientes bien ahora?
— Si, solo fue... no sé qué fue, pero debe ser algo pasajero — en eso sintió el olor a la comida que salía de la cocina, tuvo que ir corriendo al baño con náuseas.
— Te llevaré a un médico — Krillin le sujetaba el cabello mientras ella vomitaba.
— ¿Y qué le dirás? Mi esposa que es un androide no se siente bien — gritó, y siguió devolviendo el estómago.
— Entonces... te llevaré con Bulma, ella estudio los planos cuando iba a construir los controles para destruir...
El androide lo miró fijamente, molesta.
— Ella es científica, te puede ayudar.
— Tal vez es un cable mal conectado — dijo Roshi pensativo, mirando al cielo.
Krillin lo golpeó en la cabeza.
— No diga eso, tenga más respeto con ella, no es como un televisor.
— Y tu recuerda respetar a tus mayores — se fue a comer algo, pero afuera de la casa para que el aroma no molestará a 18.
Recién al día siguiente el joven logro convencer al androide de ir a ver a Bulma.
— Hola, que bueno ver a la feliz pare...
Al ver la expresión de la rubia la científica se quedó de piedra, todavía le tenía miedo, siempre estaba la posibilidad que volvieran a sus deseos de destrucción del mundo.
— ¿Qué puedo hacer por ustedes? — dijo con su mejor sonrisa, y una gotita de sudor en la frente.
— Ayer 18 se desmayó, y vómito, dos meses atrás empezó a comer algunas cosas con el maestro Roshi y conmigo, pero nunca le había hecho mal.
— Ya veo, pasa por aquí, por favor.
La rubia entró con los brazos cruzados y con una mirada de suficiencia, y desprecio hacia todo.
— Acuéstate en esta camilla, te revisaré con ultrasonido.
— No sería mejor tomarle una radiografía — Krillin estaba muy nervioso, quizás el que ella se alimentara como los humanos es lo que le hizo problemas a su sistema — tal vez así se vería que esta malo.
— Si es lo que sospecho, es muy peligroso en este momento.
— ¿Qué piensas que es?
— Deja que termine Krillin — Bulma miró la pantalla y su expresión se iluminó.
— ¿Qué me pasa? ¿Por qué te pones así? — 18 se asustó — mi energía se está agotando, por eso estás contenta ¿Pronto dejaré de funcionar?
— ¿Qué dices? — tomó aire — felicidades, van a ser padres.
— No bromees con eso Bulma — Krillin estuvo a punto de caer al suelo.
— Es verdad, mira — en la pantalla se vieron dos pequeños bultos unidos en un extremo, en uno de ellos había un circulo interior que latía muy rápido — ese es el bebe, se ve muy sano, debe tener como dos meses de gestación.
Ambos voltearon admirar a la mujer de pelo amarillo, parecía una estatua, no respiraba, no pestañeaba ni se movía para nada.
— Los humanos son estúpidos, vamos Krillin — al levantarse muy rápido, se mareó, tuvo que recostarse — no puede ser...
— El Dr. Gero te reconstruyó algunas partes de tu cuerpo, pero no todas — explicó Bulma.
— Yo no tengo periodo desde que recuerdo.
— Eso no quiero decir que, dentro de ti, los ciclos menstruales no ocurrieran, independiente que estaba loco, era un científico increíble.
18 se levantó muy lentamente, se tocó suavemente el estómago, se bajó de la camilla muy lento, se fue seria.
— Gracias Bulma — el joven iba muy contento tras el androide.
— Nos vemos Krillin, muchas felicidades a los dos.
En camino a Kame House, Lazuli iba muy callada, más que lo habitual.
— 18, no te preocupes — le tomó la mano — nos casaremos antes que nazca...
— No me importa eso, solo es que... es que...
Se quedó quieta mirando el horizonte, para luego estallar en llanto.
— ¡¡No quiero tener un bebe, no quiero ser madre!! — emanó tanta energía de su cuerpo que parecía un faro.
Cuando se calmó bajo a una playa cercada.
— No pensabas tener un hijo con un monstruo como yo ¿Verdad Krillin?
El otro se sentó a su lado, y meditó un poco antes de hablar, quería elegir bien sus palaras para calmarla, se notaba que no estaba bien.
— La verdad no pensé que pudiéramos tener hijos, creía que no podías concebir, pero eso no importa, puede que este pequeñito no fuera planeado, pero será esperado con mucho amor.
— Ojalá se parezca a tu familia, así podremos decirle "eres como tu abuelo", en mi caso no podría decir si es así, no recuerdo nada, ni madre ni padre, no sé si tuve más hermanos, primos... solo sé... que tengo miedo.
— ¿Miedo de qué? El parto no es tan complicado.
— Miedo de no poder darle lo que necesite, será humano y yo un androide, y si sin querer lo aprieto mucho, o al mudarlo le arrancó una pierna... no se cambiar pañales — por fin decidió decir lo que le atormentaba — ¿Y si soy una mala madre?