Maldición de millionario

Capítulo 3

El beso es tierno y nunca traspasa más que chupar los labios. 

-Leonel. - Logrando separar los labios lo suficiente para llamarlo, Refina lo comienza alejar, poniéndole la mano en el pecho y alejándose un paso del lugar donde estaba sentada. - Esto no es nuestro.

-Tienes razón. Lo que no te puedo quitar es que besas bien. - Le dice, antes de dejar que el cuerpo le cae en la cama. 

Haciendo reír a Refina, que continúa. - Ay, Leonel. Déjame ayudarte. - Acercándose le, para qué puede entrar en la cama.

-Cuidado, no respondo por mis actos. - Mientras se deja ayudar, la advierte en tono bromista.

-Muy chistoso. - Cubriéndolo, agrega con una palmadita en la mejilla. - Descansa, amigo, descansa.

 

 

En la terraza, Refina está disfrutando de los últimos rayos del sol, acompañada por un vaso de vino, cuando la distrae sonido de su celular.

-Si. - Contesta, levantándose de la butaca.

-Buenas tardes, señorita Calarel. Soy el contable de la empresa, la llamo por un asunto que creo que debería saber. 

-Buenas, lo escucho. 

-El señor y la señora han buscado que haga una gran transacción al nombre de los señores Galicia. 

-¡¿Qué?! Es un error.

-En otra parte de la línea, con tranquilidad, responde el hombre. - Pensé que debe saberlo. A mí tampoco me parece muy buena, sin embargo, soy solo un empleado.

-Si, si, lo comprendo. - Con la mano en la frente, le contesta Refina y voz alterada. 

-Los señores Galicia no han estado muy quietos en estos días, supongo que de ahí viene la decisión de señor Darío y señora Justa. 

-Sí, supongo que tiene razón. No obstante, ese dinero los va a hacer solamente más resentidos.

-¿Qué hago? 

Apoyando la barbilla a la barandilla, Refina contesta. - No podemos hacer nada, en el fin y en el cabo ellos son los dueños. Haga la transferencia y con las consecuencias nos vemos enfrentar después.

-Está bien, como usted diga. Qué tenga un bonito día, de lo que resta.

-Usted también, adiós.

 

-¿Qué pasa? - Pregunta Leonel, percibiéndolo en su postura, haciendo que Refina se da la vuelta, parada junto a la barandilla mientras él queda en la puerta de la terraza. 

-Nada, ¿estás mejor? 

-El duelo terminó, ya no quiero ni ver el alcohol.

-Me gusta.

-A mi cabeza no. - Haciendo con la mano la presión. - ¿Podemos entrar?, el sol, quiero hablar contigo. - Con la cabeza y la mano Refina le acepta la propuesta. 

-¿De qué quieres hablar? - Llegando a la mitad del cuarto, pregunta Refina. 

-Hice una estupidez, ¿que no? 

-¿A qué te refieres, las sabes hacer muchas? 

-Lo de hace poco. - Con vergüenza dice, bajando la cabeza.

-¡Aaa! Piensas en el beso. - Leonel asiente con la cabeza. - No te preocupes, ha pasado y sin mayores. - Contesta Refina, quitándole importancia, agitando la mano.

-Lo sé, sin embargo, quiero disculparme. No fue correcto. 

-En ese estado, pocas veces se hace correcto. - Sentándose a su lado, le dice.

-No puedo creer que lo hice. Así perjudiqué todo.

-Hey, no pasó nada, ¿Qué no? Todo es igual. Esos sentimientos no nos pertenecen y es todo. 

-Sí. - Poniendo la mano en la de ella, la mira en los ojos. - Te quiero, eres una amiga que pude solo soñar. - Abrazándola, devolviéndole ella el abrazo.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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