Maldición de millionario

Capítulo 20

-¿Tú lloras? - Viéndola, sorprendido, pregunta Leonel. 

Refina se levanta del sofá y se va en dirección a la cocina, secando las lágrimas con los dedos. Dejando que Leonel va hacia el sofá que abandonó y que recoja el libro que dejó, por lo que mirándolo, dice. - Me destrozado. Qué te puedo decir, ver que corazones existen... - Exhalando el aire, al sentir que podría romperse de nuevo, Refina deja el tema.

Tiempo que Leonel pasa mirando las cubiertas del libro. 

-Me tocó el corazón y lo odio. - Se queja Refina, sintiendo pesado su corazón, dándole la espalda con el mueble abierto. 

-Debo vigilar lo que lees para que no sucede. 

-Los libros son una porquería, siempre terminan mal. - Con resentimiento dice Refina, por mal que se siente. 

Soltando una carcajada, Leonel se levanta y dice. - ¿Eso porque te ponen triste? 

-Me he tragado más de mitad de las lágrimas que querían salir... - Sacudiendo la frustración. - Sabes que no amo llorar. 

-Si, tú eres mi niña fuerte. - Dice viniendo a su lado. 

-No bromeas. 

-No lo hago, digo la verdad. 

-Quédate hoy. - Pide con tristeza Refina. - No quiero llorar y también sé que no seré capaz de conciliar el sueño, así que... 

-Necesitas mi hombro. 

-No, te necesito completo. - Leonel intenta abrazará, pero ella se aleja, casi gritando. 

-¡No! Perdón, no era mi intención asustarte o gritar. Es solo que si ahora me abrazas, me romperé y no quiero llorar. Lo que quiero es olvidar.

-Me pones una tarea difícil. Ven. - Teniendo claro que no la puede abrazar, le toma la mano y acerca al sofá. 

Refina se le suelta de la mano y vuelve a acercarse a la cocina, permitiéndole darse cuenta de que le pasó la tristeza y que ahora está preocupada. Apoyada sobre la isla, con la mirada en nada y perdida en sus pensamientos. 

-¿Qué pasa? - Suspirando, pregunta, teniendo una clara idea que únicamente problemas pueden ser. 

-Nada. - Responde, mirándolo y negando con la cabeza. 

-Algo es. 

-Estaba pensando, deberías tomarte a Leonarda y hacer un viaje.

-¿De dónde sale eso? - Confundido y sorprendido, pregunta. 

-De ningún lado, opino que le vendría bien. 

-No creo que Leonarda aceptaría. Menos que pueda, a penas comenzó con el trabajo. 

-Tú intenta de todos modos. 

-¿Por qué quieres que abandone la ciudad, Refina? 

-Por nada. - Su empeño por mentir, le es obvio, la conoce y esa mirada perdida esconde algo.

-Mientes.

-No.

-Mentirosa, cuando no quieres hablar de algo escapas como lo haces ahora. 

-No. 

-Lo mismo haces cuando tocamos el tema de tu familia. 

-No, ¿de dónde ahora sacas eso? - Frunciendo el ceño, pregunta, negando Refina.

-Te conozco y estás preocupada, ¿Qué sucede? - Juntando sus manos. - Cuéntame. 

-Nada. 

-Ref. - Con la insistencia en la voz, sigue presionando Leonel.

-Volvió Brigite. Estaba en la reunión y conoció a tu madre. Con lo que me contaste sobre Loreta, Leonel, es imposible de no pensar que volvamos en el pasado. - Las palabras y los ojos de Refina trasmiten toda su procuración, mientras en Leonel se siembra esa misma procuración.

Alejándose de ella, exhalando el aire, se encamina al sofá, con las manos detrás de la cabeza. - No tiene por qué repetirse. - Viendo que Refina con la mirada no está de acuerdo, expone, sentado. - De acuerdo, Loreta se me insinuó, Brigite y Sarina volvieron y tenemos que trabajar con Zora, pero eso no confirma nada.

-No, solo que están bien dispuestas, hacernos la vida imposible de nuevo. Leonel, cada una no deja de criticar nuestra relación, a pesar de los años que pasaron, esas "amigas" - Haciendo comillas, sigue -, que tiene tu madre, siguen mirándome con espera. No me puedes acusar de inventar si digo que todo esto no me vuele bien, no quiero pasar de nuevo por los caprichos, acusaciones e histérica... - Desesperándose. 

-Yo tampoco y lo tengo claro. 

-Tener que pasar de nuevo con lo que pasamos con Ángela, porque tú no estabas listo para el compromiso y todas esas... 

-¿Por qué crees que todo será como con Ángela? 

-No opino, lo que tengo es miedo. Tú nunca expresaste un deseo de sentar cabeza, a una edad temprana, y ellas siempre lo harán. - Viniendo hasta el sofá.

-Tú también eres mujer y no te escuché decirlo. 

-Leonel, no somos pareja y sabes que yo no planeó tener familia. Con lo que viví tuve suficiente, me dedicaré al trabajo y ser la tía del tuyo, cuando llega.

-Pobre, andará confuso con una tía como tú. Tan sensata y tan loca. - Abrazándola por los hombros. 

Recostados, ya un rato, mirando el techo, en el sofá, Refina dice. - Porque no se quedan aquí, pasen el fin de semana en mi apartamento, si ya no pueden viajar y no tienen donde estar.

-¿Y tú? 

-De mí no te preocupes, que como sea había pensado pasar el fin de semana fuera. 

-¿A dónde? - Interesado, pregunta, para añadir, pícaro. - ¿O mejor que preguntó con quién? 

-Pregunta tú a Leonarda y en mi fin no te metes.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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