Maldición de millionario

Capítulo 21

En el fin de semana, como Refina propuso, Leonel se quedó en el apartamento, sin poder descubrir a donde se dirigía su amiga. Leonarda no se pudo quedar encerada con él por su trabajo y familia, no obstante eso no la detuvo para qué pasará el mayor tiempo posible a su lado. 

Es el primer intento de convivencia para Leonel con alguien, que no es su amiga, sin contar los días de hotel en el pasado que compartió con sus conquistas. 

-No te vayas. - Pide Leonel, en cama, besándola. 

-Debo y lo sabes. - Le devuelve con el beso Leonarda. 

-¡No! No te dejo. - Agarrándola del brazo. Levantándose, envuelta en la sábana, Leonarda logra salirse de su agarre para ir hacia el baño a arreglarse para su trabajo. 

 

 

-¡No, no, no! - Exclama, trágicamente Leonel, corriendo hacia la estufa para apagarla, mirando desanimado la comida que probó preparar y se le quemó. Al oír la puerta, se apresura a tirar todo a la basura. 

-Hola. - Lo saluda sonriendo Leonarda, que arruga la nariz. - ¿Huele eso a quemado? 

-No. - Niega Leonel, probando esconder su fracaso, negando con la cabeza. 

-Leonel. - Riendo, dice Leonarda, mientras se remueve el abrigo, al ver su comportamiento infantil. - ¿Qué has hecho? - Pregunta, acercándose a él. Al poner la mirada en fregadero, se encuentra con el sartén quemada. - Si el sartén está todo quemado. 

-Está bien, está bien. - Levantando las manos en señal de rendición. - Probé prepararnos la cena, quise sorprenderte. 

-Y vaya que lo hiciste. 

-Qué puedo decir. La cocina no es para mí.

-Te lo mostraré cómo se hace. - Dice Leonarda, tomando otro sartén. 

 

 

 

-¿Qué quieres hacer hoy? - Pregunta Leonel, desde el umbral del cuarto de baño. - ¿Nos quedamos y miramos algo? 

-¿Y si salgamos? - Pregunta Leonarda. 

-Está bien, ¿Tienes un lugar a donde quieres que vamos o...? 

-No, decídelo tú. - Aplicándose el maquillaje, le dice Leonarda.

 

 

Cuando dije que saliéramos y tú lo decidieras, no pensé en que nos perdamos en un bosque tan lejos de la ciudad. - Se lamenta Leonarda, mientras todavía manejando Leonel se adentra más en el bosque por el camino de lodo. 

-Tranquila, te va a encantar. - Con los ojos en el camino, le dice Leonel.

 

Al detener el coche, minutos después, mientras toma la llave, dice, sonriendo. - Vamos. 

-¿A dónde, estamos en medio de la nada? 

-Sígueme y verás. - Son las únicas palabras que dice Leonel, antes de tomar la dirección, dejándola detrás. 

Leonarda comprende que la culpable por la condición de Leonel es Refina, por fino lo encuentra detenido frente el agua. 

Mientras se le acerca, contempla la cascada que tiene en frente. La cascada presenta un aguacero plateado en forma de cortina que fluye sobre una pared rocosa de piedra caliza. Se puede ver una cantidad de árboles con raíces grandes que crecen fuera del sumidero. 

-WOW. - Sin palabras, es lo único que sale de la boca de Leonarda. 

Con la risa, Leonel mira su sorpresa, diciendo. - ¿Verdad?

-Esto es... - Sonriendo de oreja a oreja, por el lugar tan maravilloso y bello, sin dejar de contemplarlo de todas partes, girando alrededor de su eje. - ¿Cómo lo encontraste? - Sonriendo todavía, pregunta Leonarda, cuando se recuperó de la fantástica vista. 

-Refina. 

-¿Tú no sabes nada sin ella, no? - En tono de broma, sería, pregunta. 

-No, si sé. Solo que ella es experta en estas cosas de naturaleza, relajación, paz, paisajes... 

-¿Por escalar? 

Leonel tragar el nudo que se le hizo en la garganta por la pregunta, antes de responder. - Sí. - Le es imposible no recordar lo que pasó, bajando la cabeza.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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