Maldición de millionario

Capítulo 35

Con el proyecto concluido y mandado, Leonel y Refina han decidido desconcertarse del mundo. Tomando de la mano a Leonarda, Leonel manejo a la playa donde se hospedaran todo el fin de semana en un hotel de cinco estrellas como corresponde al rico como él. Ese hotel que dejó a Leonarda maravillada y con boca abierta.

Un complejo de ocho plantas, con un espacioso lobby. Cama es algo más simple y con área de sillones. Lo que si le encantó fue la bañera que recompensó lo simple. 

-¿Piensas salir de esa bañera? - Poniendo las palmas a las bordes de la misma, pregunta Leonel con sonrisa. 

Negando con la cabeza, Leonarda agrega. - No hay necesidad. 

-Eres la única que conozco que no quiere salir de la habitación. 

-¿A, si? 

-De verdad, todos con los que salí a la playa querían salir, siempre. 

-Entonces yo soy especial.

-Si lo estés. - Afirma con la sonrisa, antes de besarle la mejilla y alejarse. 

 

En fin, Leonel la logro sacarla de la bañera a pesar de sus oposiciones. Para que juntos puedan visitando el lugar y hacer las actividades. 

 

-¿Y qué me dices? - Pregunta manejando de regreso. 

-¿Sobre? - Relajada y mirando el paisaje, pregunta Leonarda. 

-Sobre el viaje, el fin de semana. ¿Qué más te gustó? 

-¡Aaa! - Sonriendo, dice, para seguir. - Quieres que escoja entre nadar en la playa aislada, las cenas riquísimas, paseos, todo lo que me llevaste a conocer... 

-O la bañera. - Agrega para provocarla Leonel. 

Leonarda a esa le responde con el golpe en el antebrazo. - No bromeas. 

-Qué, digo la verdad. Si no te hubiera sacado te quedarías ahí indefinidamente. 

-Cuando es tan relajante... Y grande. Es difícil quedar con solo una cosa. ¿Qué haces? - Pregunta cuando lo ve teclear por el celular que puso como guía. 

-Vamos a parar un minuto a la casa de Refina. - Dividiendo la mirada entre celular y la carretera, responde Leonel. - Ni un mensaje y no respondió a ninguna de mis llamadas. 

-¿Eso te preocupas tanto? 

-Me da miedo que se fue a escalar o algo peor. 

-¿Quieres decir que es suicida? 

-No tanto, pero suficiente para que me preocupe. Escuchaste y sola su vida le vale, no ve riesgo a nada y soledad es su enemigo y mi miedo. 

-¿Y qué con su familia?, me has platicado muy poco que no me quedó claro. 

-No es en mí contarte. Y es una historia amarga que no me da la gana contarte manejado... 

Leonarda sintió que Leonel no movió la mano de su rodilla hasta el momento en el que la tuvo que usar para controlar el coche. Ella se quedó en el silencio como él, sorprendida por la confesión y mirándolo. Nadie hubiera dicho que detrás de esa tranquilidad que sostiene por manejar se encuentra preocupado, lo que ve en el movimiento de los dedos sobre el volante.

 

Leonarda subió junto Leonel al piso donde se encuentra el apartamento de Refina, cuando Leonel tocó el timbre, esperaron respuesta. 

La puerta abrió un hombre vestido únicamente en bóxer. La cara de Leonel no puede esconder la sorpresa, como tampoco el hombre que esconde la cara detrás de la puerta por su risa, mientras Leonarda no deja sorprendida repasarlo con la mirada. 

-Re. - Dice el hombre. 

-¿Qué? - Responde, preguntando naturalmente Refina. 

Presentándose en el vestíbulo, llevando solamente el conjunto de ropa interior. - Leos. - Saludando. - ¿Cómo fue el fin? - Dejándolos entrar en el apartamento. 

Sentados en el sofá en pareja uno frente, Leonarda responde. - Bien, me gustó mucho. 

-¿Y como no? Yo adoro las playas. ¿Quieren algo de beber o comer?, quedó. 

-No, gracias. Solamente vinimos a ver cómo estás, cómo no respondías. 

-Sí. Cuando estamos con eso, Zora me a aviso el proyecto, les encantó. 

-¿Le permitiste ser encargada? 

-¿Y qué? Yo también quise un fin de semana y sabes que no se dañará profesionalmente.

-Tienes razón. 

-Qué los presenta. Leonarda y Leonel - Moviendo la mano de ella a él para posesionarlas en los hombros de hombre. -, Gael. 

Levantándose él un poco para ofrecerle la mano. - Mucho gusto. - Ambos asintieron con la cabeza.

-Bueno, deberíamos irnos. - Dice Leonarda. 

-Nos vemos mañana en la oficina. - Saluda Refina, agregando. - Podemos hasta venir a comer en tu restaurante, ¿Cuándo trabajas? 

-Estoy a la tarde. 

-A, eso es después del almuerzo. Bueno, como sea, puede venir a compartir con nosotros. - Llegando con ellos hasta la puerta.

-Veré. - Dice Leonarda. - Nos vemos cómo sea.

-Sí. - Posesionada a la derecha.

Leonel le da un abrazo de despedida y el beso en la mejilla antes de decirle en el oído. - Te quedo chocolate en el estómago.

-Tonto. - Dice Refina, entre risa, que no se puede explicar si es de diversión o vergüenza, mientras Leonel abandona el apartamento. Permitiéndole así cerrar la puerta y mirar a Gael que está parado en mitad del espacio.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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