Maldición de millionario

Capítulo 46

Leonel despertó el día siguiente con fuerte dolor de cabeza, sin recordar nada y desnudo, mientras se levantaba con la mirada puesta al piso, camino al baño para tomar la ducha y recuperarse.


 

-Estás bien. - Dice Refina a Leonarda terminado de maquillarla. - ¿Estás segura de querer ir?

-Si, no puedo dejar mi trabajo por algo tan privado. - Pasando con los dedos debajo del parpado.

-Si hubieras dormido ni te diría nada, pero como no lo hiciste... Estar todo el día en pie y sonreír como nada pasó... A toda esa gente.

-No te preocupes, ¿Okey? - Posando sus manos a los de ella. - Soy más fuerte, nos parecemos, ¿recuerdas?

-Bueno, yo me encargaré de que Leonel no te molesta hoy... Hasta que no estás lista. - Encogiéndose de hombro.


 

Sintiendo todavía la cabeza fuera de lugar, Leonel viene a la empresa.

-Hola. - Saluda, entrando en la oficina de Refina con humor cansado.

-Hola. - Sonriendo natural, lo saluda Refina de pie, mirando una carpeta.

-Tengo la cabeza a punto de explotar, no sé qué pasó ayer. - Lamentándose, Leonel llega a sentarse en la silla frente el escritorio.

-¿Y qué hiciste para sentirte así?

-Nada. Menos que recuerdo.

-¿Entonces hoy no trabajas?

-Dame un minuto, ¿Tienes analgésicos o café? - Pregunta, buscando con la mirada por toda la oficina.

-Te lo pediré. - Dice, inclinándose sobre la mesa para tomar el teléfono. - Porfa has un fuerte café y tráelo en la oficina. - Dice a la secretaria. - ¿Entonces me dirás que pasó?

-No lo sé, tengo un tremendo dolor de cabeza - Llevándose las manos a la cabeza. -, la siento como fuera de mi cuerpo, no recuerdo nada del ayer.

-¡Ah!, Ahí viene el café, gracias. - Dice y agradece a la secretaria antes de sacar los analgésicos del cajón. - Aquí tienes. - Un poco hostil por darse cuenta de que seguramente no le dirá nada sabiendo que no estaría en su parte.


 

Después de tres cafés y dos aspirinas, el dolor de cabeza sigue sin pasar.

-Lo siento - Dice Leonel, apretando la cabeza y son la voz. -, por no poder ayudarte.

-No te preocupes. Si sigues así deberías ir a visitar al médico.

-Espero que no sea necesario.

-Toma más agua, hidrátate. ¿Quieres mejor un té?

-No, con agua estoy bien.


 

-¿Qué piensas de observatorio?

-¿Por qué?

-Estoy planeando llevar a Leonarda y que sea algo romántico.

Mordiéndose la lengua, Refina dice. - Entonces preguntas a la persona equivocada, sabes cómo soy yo con lo romántico.

-Por una - Poniendo el dedo para remarcar.-, ¿Puedes por una vez estar como cualquier mujer?

-Si fuera como cualquiera, no me querías. - Dice, apoyándose con la mano en el lado de respaldo para acercarse a su cara.


 

-No comprendo, ¿Por qué no me responde? - Después del trabajo, Refina lo trajo a casa, la razón por la que ahora está sentado en la banqueta alta.

-Puede ser por lo que hiciste.

-No hice nada.

-¿A, no?

-No. - Dice Leonel.

-Estar bien tendido en la cama y disfrutar entre los brazos de Brigite Camil, ¿Es no hacer nada?

-¿Qué? - Completamente fuera de sí, pregunta. - ¿De qué hablas?

-Qué Leonarda los vio. Comenzó llover acerca de los cinco de la tarde, cuando salía de la oficina y recibí la llamada de Leonarda pidiendo, ¿si puede venir? Mientras la chica venía a tu casa para una comida familiar, él muy... - Lo enseña con la mano para no ofender y al calmarse continuó. - La sirvienta le dijo que seguro estás en tu cuarto y cuando abrió la puerta los vio.

-¿Te estás drogando? ¿Estás drogada?

-A veces creo que ellos serían mejor amigos que tú.

-Yo a Brigite no vi desde... - Se quedó pensando, para después decir. - Desde que la encontré en mi casa.

-¡Ves! - Dice Refina, golpeando con el puño a la mesa.

-Eso es lo último que recuerdo todo después, como si no existiera, hasta de la comida me olvidé. Te dije que me revienta la cabeza.

-Seguro bebiste de nuevo.

-¡No! Me recordaría. ¿Me crees?

-Leonel, ¿cómo pretendes que te crea si te conozco? Leonarda se quedó aquí toda la noche durmió en mi cuarto porque el tuyo no quiso ni ver. En realidad lloro, pero bueno. - Dice quitando la importancia al transcurso de la noche.

-Refina, de verdad no pasó nada de eso. - Consciente que perdió su confianza hace el intento de convencerla de su inocencia.

-Okey, como quieres Leonel, a mí que más da. - Dice sentándose en el sofá despreocupada. - Solo, por favor, hoy déjala hablarán mañana.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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