Maldición de millionario

Capítulo 63

-¿Leonarda está? - Pregunta Refina llegando hacia la barra.

-Está detrás. - Contesta barman.

Consultando su reloj, Refina decide esperarla fuera.

Cuando su horario de trabajo terminado, Leonarda salió del restaurante.

-Leonarda. - Salta, pegando un grito al escuchar su nombre de la nada.

-Me asustaste, Refina. - La informa, enfocándola con la mirada en la oscuridad a lado de la ventana.

-Perdón no fue mi intención. - Dice Refina en una voz que todavía no la escucho usar. - ¿Podemos hablar? - Su tono es como inocente, concluye con sorpresa Leonarda.

-Si me quieres explicar lo de hoy, Leonel ya lo hizo.

-No, yo ahí ya no tengo nada que explicar. Se trata de otra cosa. - Volviendo su voz firme.

-¿De qué?

-Yo no sé cómo tú te sientes de verdad, sin embargo, si me permites juzgar por tu mirada diría que tus sentimientos por Leonel no se han ido. Los suyo tampoco, por eso estoy aquí. Dejen todo en el pasado y comienzan de nuevo, cuando termine este alboroto por Loreta, dale una oportunidad. Ahora todo será diferente, Brigite se fue, Zora tiene que hacer un largo viaje de negocios, así que también se va...

-¡Detente, Refina! No quiero escuchar más. Comprende, yo no pude pasar de nuevo por eso o pasarme la vida temiendo.

-Lo comprendo y te prometo que ya no lo vas a tener que hacer. Mira - Dice Refina con la voz temblorosa. -, ellas también se cansan, se cansaron con Ángela y se cansarán contigo, es solo cuestión de tiempo.

-No lo sé, Refina. No lo sé. Leonel... - Dice Leonarda siendo interrumpida.

-Leonel sufre teniéndote lejos, su concentración también flaquea, a veces parece que hablo al muro y cuando lo reprendo dice que te recuerda, no destruyes la felicidad de ambos.

Leonarda no sabe que decir, la razón por la que mira al piso, mientras Refina espera su respuesta.


 


 

-Gael. - Dice Leonel con sorpresa al verlo abrir la puerta.

-Hola, Leonel.

-Gusto volver a verte. - Saluda con el apretón de la mano. - ¿Refina está?

-Salió a la tienda, está por volver. ¿Quieres entrar?

-Me dijo Refina que han vuelto a verse, pero no sabía que estás aquí si lo hubiera sabido, no hubiera venido. - Dice entrando y caminando a sentarse en el sofá.

-No te preocupes que sé que no te dijo. Hablamos y me dijo que prefiere tenerlo en privado por el momento.

-¿Qué? - Curioso, pregunta, enarcando la ceja.

-Que pasamos a los oficiales.

-¡¿Qué?! - Exclama con sorpresa. - Que gusto. - Sonriendo, dice. - No debo decirte que te cuides de mí, si le haces daño. - En tono de broma advierte.

-No. - Suelta con la pequeña risa. - A mí también me da gusto saber que tiene a alguien que la cuida.

-Soy todo lo que tiene y debo regresarle todo lo que hace por mí. - Mirando el reloj, Leonel decide. - Lo que tengo que hablar con ella no es tan importante, puede esperar. - Levantándose, le dice. - Los dejo para que disfruten lo que quedó de la noche, nos estaremos viendo.

-Está bien, como quieres, adiós. - Algo desconcertado por el cambio, dice Gael.

-Hasta luego. - Desde la puerta saluda Leonel.


 

Leonel esconde la sonrisa debajo del dedo mientras mira a Refina andar de un lado de la oficina al otro, hablándole.

-El contrato podemos firmar enseguida, lo único que antes debemos asegurarnos es que no se echaron atrás y que está bien escrito. - Levantando la cabeza de lo que hace, Refina mira a Leonel. - ¿Qué? - Percatándose de que no le quita la vista.

-¿Por qué no me dijiste que comenzaste una relación con Gael?

-¿Y tu cómo lo sabes?

-Fui ayer a buscarte y me lo encontré. - Refina permanece callada, asintiendo con la cabeza.

-Con todo lo que pasa... Preferí omitirlo. - Dice, sentándose.

-¿Omitirlo?, si es la razón para festejar.

-Ahora para tanto, no. - Dice Refina, poniéndole un alto. - Si tengo grandes expectativas y estoy ilusionada y feliz, no obstante sabes cómo siempre van mis relaciones, no quiero...

-Deja de ser tan miedosa, disfruta y sé feliz. Y solamente porque yo no lo estoy, no me lo escondas y tu felicidad es la mía y lo sabes. - Dice llegando a su lado y tomándola de las manos. 

Regresándole ella, sus reconfortantes palabras con una leve sonrisa que él mismo le dedica de regreso.


 

-Vete hoy antes a casa. - Dice Leonel a Refina que trabaja en otro lado de él.

-¿Por qué? - Pregunta, levantando la cabeza.

-Sal con Gael, no se, hagan algo juntos.

-Si solo por eso me mandas a casa, no lo hagas. Gael trabaja hoy. Además, soy suficientemente capaz de organizar mi agenda.

-Está bien, nada más quise ayudar.

-Lo sé y no es necesario, sabes que estoy muy buena organizando y planeando.

-Si, bueno, ¿Qué haces entonces esta noche?

-Um. - Pensando, dice Refina. - Baño, algo en TV, no lo sé.

-¿Hagamos algo?

-¿Qué tuviste en mente?

Encogiéndose de hombros, pregunta. - ¿Ideas?

-No tengo nada.

-Yo tampoco. - Encogiéndose de hombros.


 

-¿Ves que bueno era terminar con ese tipo? O es un asesino o personas a su alrededor mueren. - Le dice papá cómo volvió muerta del trabajo incapaz de soportar sus reproches por cansada.

Con los zapatos en las manos se tira al sofá, continuando escuchar los reproches del padre.

-No te preocupes Romero, que nuestra niña es inteligente y va a encontrar un muchacho que vale la pena, bueno y trabajador. - Dice la madre, apoyándose en el respaldo y poniéndole un mechón detrás de la oreja.

Esperanza es la única que no habla, sino que permanece mirándola en silencio como parpadea agotada.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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