Maldición de millionario

Capítulo 66

Saliendo del cuarto, Gael pone la mirada sobre Refina y Leonel que se mueven por la cocina haciendo desayuno mientras con cada mirada sonríen.

-Me pasas el cuenco. - Le pide Refina, volteando Leonel enseguida y sin dificultades encuentra uno que se lo entrega.

-Café está listo. - Dice Leonel, preparando para llenar tres tazas.

Refina asiente con la cabeza, mientras Leonel sigue en lo suyo poniendo las tazas y los platos en la isla.

Al tener los pancakes en su plato, Leonel no espera para comentar a comer. - Uuumm. Tendrás que poner tu esfuerzo en enseñarme a hacerlos.

-¿Y para que si tienes sirvientes?

-Para hacerlos a tus sobrinos.

-Si tú les vas a hacer la sopa y los pancakes, ¿Qué me queda a mí a hacerles? Ya no habrá motivo para que me visiten.

-Tú solo sueña, pero no te desaceras ni de mí ni de ellos.

-No lo sé, de verdad que me estás dejando sin opciones. - Dudosa, le dice.

-Consuélate como puedes. - Llevándose un nuevo trozo en la boca. - No sé cómo se te ocurre pensar que no serás parte de su vida, y ¿Quién los va a consentir? ¿Quién los va a enseñar hacerme bromas? ¿Quién los llevará a las escapadas?

-¿De verdad quieres que te lo responda?

-Será mejor que no, ¿A? - Reflexionado dice, como la conoce por lo que le acerca el tenedor con trozo de pancakes.

Todo eso sin percatarse de la presencia de Gael que continúa observarlos.


 

-Adelante. - Dice Leonel, cuando le tocan la puerta de la oficina.

-Hola. - Saluda, entrando Zora. - No se asusten, vine a despedirme, ahora sí me quieres dar mi despedida.

-Así estoy bien. - Poniéndole un alto, dice Leonel.

-Te deseo suerte en el proyecto. - Le dice Refina.

-Y yo a ustedes en los suyos. - Amables como siempre.

-¿Por cuánto te vas? - Por curiosidad pregunta Refina.

-Depende de la evolución del proyecto, ya sabes.

-Menos podré respirar. - Exhalando relajándose, dice Leonel.

-No te alegres mucho que volveré. - Riendo le advierte.

-Porque no lo dudo. - Suspirando dice, haciendo que las dos mujeres se ríen de él.


 

Afuera ya cayó la noche, sin embargo, Leonel y Refina siguen trabajando.

-Esto no vamos a terminar hasta la mañana. - Quejando anuncia Leonel.

-No tenemos tanto tiempo, así que no pares. - Continuando a escribir, le dijo Refina.

-No hay manera que solos lo terminamos.

-No tenemos de otra, anda. - Alentándolo a continuar.

Reconciliado, Leonel dedica su atención a los papeles, mientras comienza sonar el celular de Refina.

-Hola. - Contesta, poco ausente con la mirada en los papeles. - No puedo, Gael. Se nos atrasaron unos papeles que mañana tienes que estar listos. No sé hasta cuando nos quedamos.

A la pregunta de Gael - ¿Quiénes son nos? -, Refina suelta la risa de incredulidad.

-¿Como que quienes? Es nuestro trabajo, por supuesto, que Leonel y yo. Te llamo mañana.

-¿Qué pasa?

-Nada, que Gael quiso que saliéramos. - Volviendo a los documentos.

-Lo siento.

-Como si es tu culpa que los papeles se retrasaron.

-De todos modos, si no se hubieran ido ya todos, buscaría a alguien para que tú puedes irte.

-¿Cuándo yo dejo mi trabajo? - Pregunta, Refina jugando con la pluma y mirándolo.

-Nunca.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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