Maldición de millionario

Capítulo 69

-Hh - hh - hh - hh. - Leonel respira cansado por la boca, con las manos en jarras, parra de correr.

-He - he - he - he. - Es el único otro sonido que hay en su alrededor, la risa de unos niños.

En el jardín de la casa, Leonel está jugando, corriendo detrás de sus hijos.

-Ven te agarro. - Dice, viendo a su pequeño de cuatro años corriendo en círculos sin dejar de reír.

Mientras Leonel corre detrás del más pequeño a su ayuda llega un niño y una niña.

Dificultando le la misión, Leonel junto con los niños ríe.

-Mamá. - Llama la niña, haciendo que el más pequeño se escapa a la casa mientras el más grande va a los brazos de la madre.

-Ayuda. - Pide el grande, sabiendo que solo ella lo puede detener, por lo que se esconde detrás de ella mientras la abraza por la pierna.

Con la sonrisa enamorada Leonel levanta la cabeza para mirar a su esposa que está en la entrada del jardín.

Leonel se encamina hacia ella dejando un beso en sus labios.

Del sueño idílico a Leonel lo despierta el hecho que su esposa no tenía cara, era toda borrosa de la cara y sin ningún indicio quien es.


 

Por toda la tensión acumulada, Leonel disfruta de una fuerte masaje en compañía de Refina a la mesa de a lado.

-Esto sienta tan bien. - Suspirando relajado, dice.

-Uh mm. - Suelta Refina con los ojos cerrados y sonriendo teniendo las manos debajo de la cabeza.

-Deberíamos de hacerlo más seguido. - Poniendo la barbilla en las manos.

-Yo lo hago. - Tranquila le informa.

-¿Por qué no me llamas?

-Porque terminas siendo la causa de muchas. - Aburrido los ojos, le dice.

-Mala. - Ladeando la cabeza hacia ella, le dice.

-Ya cállate, no dejas ni disfrutar.

-No puedo, sabes que no sé ser quieto y después del sueño de esta mañana...

-Anda, ¿Qué paso? Para qué terminamos y me dejas disfrutar y no deba pagar un tratamiento más por perder los nervios en ti.

-Soñé con mis hijos, eran tres.

-Que bueno. - Le sale indiferente la voz.

-Pero el rostro de la madre ósea, mi esposa, era borroso...

-¿Y qué tiene de raro? Es obvio que todavía o no encontraste la mujer o que está indecisión tu futuro. - Volviendo acostarse para dejarse en las manos de la masajista.

-Tendrás razón. - Le da la razón y vuelve a la posición.


 

-Hola, querida. - Saludo Justa, cuando los vio entrar.

-¡Aa! Mira quien se nos une al almuerzo, bienvenida, querida. - Bajando de las escaleras, dice en el modo del saludo Dario.

-Hola, señora. Señor, gracias. - Los saluda con inclinación Refina.

-Un detalle por tu parte, hijo que la trajiste. - Poniéndole la palma en el hombro, le dice Dario.

Sonriendo los cuatro pasan a la mesa.

-¿Cómo va el trabajo? - Pregunta Darío cuando ocuparon la mesa.

-¡Por dios! Tú no sabes de nada otro hablar, no vamos a hablar de trabajo. - Regaña y exige Justa enojada.

Haciendo que Leonel y Refina se miran sorprendidos y apretando los labios para no reírse.

-¿Cómo estás, querida? - Relajándose, comienza preguntando Justa.

-Bien, pasamos la mañana en el spa, así que.

-¿Ves?, Tú a mí nunca me quieres acompañar. - Reprocha Justa a su marido.

-Como tú a mí a los que a mí me interesa. - Le devuelve Darío el reproche. - ¿Hijo, no es el spa un poco para mujeres?

-Tú también ibas a los masajes cuando trabajabas y en los hoteles cuando nos hospedábamos. - Defiende Justa a su hijo.

-Si, papá, fue por el trabajo y para relajarse.

-Bueno, si puedo opinar deberíamos pasar a temas más alegres que tengo la impresión que esto nos llevará a la pelea.

-Tienes razón, hija. ¿De qué hablaremos? - Pregunta Darío, Refina le responde encogiéndose de hombros y apretando los labios por no tener idea.

La razón por la que exhalando la iniciativa toma Leonel. - En el trabajo todo va bien. - Sus palabras enojan a su madre que le tira la servilleta de la mesa.

La mesa comienza reír cuando Leonel logra esquivar el objeto volante.

-Bueno, bueno. - Dice con la risa Refina intentando tranquilizar la situación levantando las manos.

La atmósfera se vuelve más ligera con la llegada de la comida y comienzan a interactuar como familia.

-Con cuidado que estamos probando la nueva receta y podría serles picante. - Les advierte Justa antes de que comienzan.

Entre comer, beber y hablar ríen felices a las ocurrencias, historias y comentarios.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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