-Esto vamos a resolver en la reunión. - Mirando ambos a la pantalla de computador, dice Leonel.
-Sí. - Dice Refina, estando de acuerdo.
Enojada por lo que paso ayer con sus padres, Leonarda entra sin tocar a la oficina de Leonel donde al verlo junto a Refina cierra la puerta de un portazo.
Ver el enojo y escucharlo trasmitido en la fuerza de la puerta, Refina suelta un. - Ooo.
-Han dicho que se cansara y nos dejara en paz. En cambio, ayer Sarina se presentó en frente de mis padres, en mi casa, y les dijo que van a tener un hijo. - Cruzada de brazos y parada en la entrada de la oficina, informa con reproche Leonarda.
-Yo no fui. - Pronuncia Leonel en defensa, ganándose los ojos desorbitados de Leonarda y el golpe detrás de la cabeza por parte de Refina que sigue en su lado.
-Que estupideces puedes decir. - Dice Refina. - ¿Te acuso? No, ¿entonces a que va ese comentario?
-Me tengo que defender.
-Se que no lo eres lo que me enoja es su atrevimiento.
-Eso es nada, deberías hablar con Justa que ves que historias ella te contara qué les hizo. - Le dice Refina.
Guardando silencio Leonarda se tira a la silla.
-No sé que pretende, pero no le des el gusto. - Dice Refina, sentándose enfrente de Leonarda y poniendo su mano a la de ella.
Con el enojo, Leonarda voltea a mirarla. - ¿Y qué quieres que haga? ¿Que me quede tranquila y no haga nada? Ayer cuando vine a casa mis padres me estaban esperando en la puerta literal y exigiéndome de que lo deje de ver. - Habla con la voz tranquila y cuando fue necesario apunto a Leonel.
-¿Quieres que yo les prueba explicar? - No viendo otra alternativa pregunta Refina.
-No, no lograras nada. Y te van a ver como a Leonel...
-Entonces lo hago yo.
-Si tú eres de verdad para el papel. - Levantando la voz le espeta Leonarda.
-No veo que tienen una idea mejor. - Ofendido, reprocha Leonel. - ¿Anda que veo que se les ocurrirá con su inteligencia femenina?
-¿Tenemos algo con que amenazarla? - Pregunta Refina.
-Nada que la ofenda, en vergüenza o hará que desaparezca.
Los tres encuentran un punto al que enfocan su mirada buscando la solución para la situación con Sarina.
-Debemos irnos. - Dedicando la atención al reloj, dice Refina.
-Tenemos una reunión. - Levantándose para despedirse de Leonarda con un beso, dice Leonel.
-¿Nos vemos entonces después? - Dice Leonarda lo que sonó como pregunta a la que Leonel responde asintiendo con la cabeza antes de abandonar la oficina.
La obscura noche, la calle está rodeada de policías.
-Voy a llamar a la estación para que manden a un inspector, nosotros aquí ya no podemos hacer nada. - Dijo policía alejándose del cuerpo.
El policía miro detenidamente a la víctima y dijo al primero. - No, mejor llama al inspector Livio Marceles.
-Inspector, tenemos una víctima que fue atropellada. - Cuando vieron llegar a Marceles, uno corrió a su lado para explicarle.
-No entiendo por qué me llamaron a mí. - Dice inspector al llegar frente el cuerpo cubierto por la sábana blanca.
-Puede ser porque víctima es Sarina Dosetti.
-¿Está seguro de lo que dice? - Estupefacto, pregunta.
-Aquí tiene. - Dice policía, entregándole la bolsa de evidencias donde se encuentra la tarjeta de identificación.
Después de pasarse un tiempo mirando la tarjeta, pregunta. - ¿Las otras cosas?
-Las han llevado al carro...
-¿Tenemos testigos? ¿Cámaras? - Mirando a su alrededor y enfocando la mirada a los edificios.
-Muchas personas han visto lo que sucedió y estamos en el proceso de obtener los videos.
-¿Quién se encarga de tomar las declaraciones?
-Ahí están todavía trabajan en eso. - Como Marceles está ocupado vigilando el lugar, no se da cuenta de que el joven se está guardando algo.
-Que se lleven el cuerpo lo antes que terminan con él antes podremos proceder. - Manda Marceles devolviendo la vista a mirar toda la calle, gente, edificios y el marcado piso.
-No tenemos nada. Horas y horas de mirar y nada. - Los vídeos están enseñando la muerte de Sarina, muy hábilmente escondiendo el conductor y la razón por la que lo pudo hacer. Entro con velocidad y no se detenía ni un momento.
-Él que lo hizo, lo hizo muy bien. - Comenta Trey Mauri.
-Lo vemos. - Irritado por el comentario, dice Marceles.
-Si esto no es relacionado con Montejo yo no lo sé más. - Dice Tulia Casilas.
-Otra vez tú con Montejo. No podemos acusarlo de cada persona muerta que tiene algún contacto con él, nos despedirán. - Dice Marceles.
-Si, en fin son familia con mucha influencia. - Puntualiza Mauri.
-Uh, tendré que interrogar al Montejo de nuevo. - Con fastidio, dice Marceles.
Usando su teléfono, Marceles hace la llamada. - Montejo, buenos días. ¿Puede llegar a la estación es importante? - Después de un silencio vuelve a hablar. - Sí. - Colgando la llamada, desesperado dice. - Una muerte más y lo puedo poner en línea rápida.
Cuando llego Leonel lo llevaron al cuarto de interrogación, lo que enojo al Leonel que pensó que había movimientos positivos en los casos que lo relacionaron en el pasado.
-Gracias por venir, señor Montejo.
-¿Qué quiere ahora? - Suspirando, pregunta sin interés. - Yo supuse que tiene algo que decirme sobre los casos, pero mire de nuevo me encuentro aquí. - Levantando las manos al aire para referirse al cuarto. - Voy a comenzar a creer que no tienes otros lugares para platicar en este lugar.
-Lamento señor, si vino usted malinterpretar mis palabras. Sin embargo, la situación es grave, apareció un nuevo cadáver relacionado con usted. - Todo el color desaparece de la piel de Leonel, por lo que Marceles decide ir al grano. - ¿Dónde estaba anoche?
-¿Quién es? - Levantando solo los ojos para mirarlo, pregunta Leonel ignorando su pregunta.
-¿No adivina? - Pregunta Marceles, a lo que Leonel niega con la cabeza abajo y la mirada en las manos en la mesa. - Señorita Dosetti, Sarina. - Escucharlo Leonel levanta la cabeza bruscamente y lo mira a los ojos con los congelados.
Editado: 31.01.2023