Maldición Fraternal

Capítulo 1

Las paredes del pasillo me daban vueltas, sentía que caería hacia un lado. Como pude me recargue en la pared y trate de respirar para que se me pasara. Extraños mareos y dolores de cabeza me habían estado atacando los últimos días, sabía que no era normal y muy pronto debería asistir al médico, pero con todo lo de la boda y los problemas no había tenido el tiempo para nada. Me dirigí al baño para echarme un poco de agua en el rostro sin echar a perder mi hermoso maquillaje. No puedo ponerme mal justo este día, tengo que soportarlo, al menos un par de horas más mientras esto pasa, tengo que hacerlo por Alex. Me dirijo a la puerta del gran cuarto donde la futura esposa se está arreglando y entro rápidamente.

Veo a Ariana frente a su tocador poniéndose sus pendientes. La tristeza se le podía ver a kilómetros, sus ojos cristalizados resaltan de manera impresionantes. Me sentía muy triste por ella, en el poco tiempo que tenía de conocerla me había dado cuenta que era realmente una muy buena persona.

—¿Estas bien? —pregunté acomodando su cabello.

—Tan bien como se puede estar —respondió en un susurro.

Ariana es una princesa de la manada principal de Francia que, tras un ataque de vampiros, quedó viuda a tan solo 2 meses de haberse casado. Imagino que los recuerdos de su primera boda la están torturando, no la culpo.

Después de que mi hermano no encontrara a su mate mis padres tuvieron que tomar cartas en el asunto. Ningún hombre lobo puede ser alfa sin su mate. Su primera opción fue casarse con una humana, porque sería egoísta quitarle la oportunidad a una mujer lobo de estar con su mate.

Desde mi punto de vista, meter a una humana en nuestro humana sería también egoísta al quitarle la oportunidad de tener una vida normal, también por todas las responsabilidades y peligros que tomaría, pero no se compara.

Todo cambio cuando la manada fue a apoyar cuando sucedió el ataque, donde desgraciadamente el príncipe murió. Mi padre habló con el alfa de la manada para contarle la situación de mi hermano y pedir la mano de la princesa, para al mismo tiempo también fortalecer la alianza con Francia, ya que si teníamos a Lune Pourpre teníamos a toda Francia.

—No me imagino lo difícil que es para ti todo esto —digo acomodando su tiara en su hermoso cabello dorado.

—Haría lo que fuera por mi manada, como bien entenderás.

Ariana y yo éramos muy parecidas en ese aspecto. Ambas éramos dos princesas dispuestas a hacer lo que sea por nuestro reino. Esto me hacía tener más simpatía con ella.

—Yo sé que a veces en este palacio uno se puede sentir muy solo, quiero que sepas que siempre tendrás una amiga en este reino. —Me miró a través del espejo y le di una tierna sonrisa, ella me respondió con una sonrisa casi imperceptible.

Estuve un poco más ayudándola con su vestido, me tocó ser la dama de honor por la falta de tiempo y también de amistades en nuestro país. Me alegraba que haya pensado en mí al darme un vestido de dama hermoso, este era largo de un color rosa pálido.

Me encamino hacia la habitación de mi hermano. Entre sin avisar y apenas se estaba poniendo su corbata. Hay estos hombres.

—Ya es muy tarde. —Le recuerdo.

—Me quedé mucho rato pensando. —Se justifica.

—¿En cómo podrías ahorcarte con tu corbata? —Me burlé y me acerque a ayudarle.

—No, en que todavía podría subir a un avión y salir del país. —Me siguió el juego.

—No encontraras nada mejor que Alemania.

—Tienes razón, no podría dejar mi país natal ni aunque quisiera.

—Además, toda nuestra gente te necesita. Eres el Alfa y no puedes evadir tus responsabilidades.

—Ya te pareces a padre. —Hago una mueca de disgusto.

—¿En lo barbudo o gruñón?—El solo se ríe. Quería que se relajara para todo fuera más llevadero.

Cuando supo que tenía que casarse con Ariana no estuvo muy feliz con la noticia, pero no dijo nada al respecto, aunque claro, nadie le preguntó su opinión, y eso fue lo más triste.

—¿Sabes que aquí estaré siempre verdad? —Quería que él supiera que no importara lo que pasara, siempre lo apoyaría.

—Lo sé, y por eso siempre serás mi hermana favorita.

—Soy tu única hermana, idiota. —Le doy un golpe en el hombro mientras reímos.

El jardín del gran palacio estaba adornando con una gran carpa blanca y lindas sillas del mismo color. Todo estaba muy elegante y lujoso, digno de una boda real. La verdad nunca he sido tan fan de lo ostentoso, pero una que otra cosa como esta está bien, si no fuera porque los novios no tienen ánimo de casarse esta sería la boda perfecta.

Me acomodo en mi lugar como dama de honor, este es casi al lado de la novia, pero abajo del escalón. Veía como todos ya se estaban acomodando en sus sillas. Aquí se encuentran todos los alfas de las manadas importantes del mundo, junto con sus mates.

—Pero miren que tenemos aquí ¿acaso es la dama de honor más hermosa del mundo? —Llega Damián con su traje.

—Pero miren quien se dignó a aparecer ¿no es el damo de honor? —Me burle.

—Ya te dije que no soy el "damo de honor" —dice con fastidio—, eso ni siquiera existe.

—Como sea, tu parte era ayudar a Alex y cuando fui hace rato el pobre estaba a punto de suicidarse con su corbata.

—Me hubiera gustado verlo.

—Estoy hablando en serio, nuestro hermano necesita todo nuestro apoyo en estos momentos.

—Estaba hablando con nuestro padre —responde después de unos segundos—. Nada importante.

Para hablar con nuestro padre si debió ser muy importante, pero no se me ocurre nada importante que ellos podrían hablar, decido no comentar nada al respecto. Padre se acerca a nosotros.

—¿Todo listo?-pregunta mirando a todos los invitado.

—Sí, padre, Ariana y Alexander ya están listos. —Él suspira.

—Necesito que todo salga perfecto, esto es muy importante.

—Lo entendemos —dije seriamente.




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