Maldición Fraternal

Capítulo 2

Desperté sudorosa en una camilla de hospital ¿Qué había pasado? Oh dios mío, arruine la boda, mi padre iba a matarme. Empecé a buscar rápidamente mis cosas ya que tenía una bata de hospital, pero mi acción fue interrumpida por un señor de edad avanzada con una bata blanca y unas enormes gafas que resultó ser ni más ni menos que Alphonse Weber, el médico real.

—Buenos días princesa Mallory, le recomiendo se quede acostada, todavía necesita reposo. —Sin más remedio lo obedecí.

—¿Qué fue lo que me pasó? —pregunte desesperada.

—No tiene heridas internas ni externas, ya le realizamos más estudios para detectar alguna enfermedad o alteración, estamos esperando los resultados que no tardaran en llegar. Dígame, ¿Consumió algo antes de la boda?

—No que yo recuerde.

—¿Cómo ha estado sintiéndose estos últimos días?

—He tenido mareos muy fuertes y dolores de cabeza.

—¿Desde hace cuánto?

—Tal vez una semana.

—¿Identificó algún patrón? —niego—. ¿Por qué no había venido antes? —Me mira con reproche.

—Estaba demasiado ocupada con la boda real. —Me excuse.

—Puede ser producto del mismo estrés, pero no descartamos ninguna posibilidad hasta ver los resultados que llegarán en unos minutos, su familia ya viene en camino. —Me quedé en silencio—. ¿Tiene conocimiento sobre alguna persona que quisiera hacerle daño?

—¿Por qué pregunta eso?

—Hay una gran probabilidad de que haya sido un intento de asesinato contra usted. —Me altere al escuchar sus palabras—. Tranquilícese, solo es una posibilidad, con la reciente boda del príncipe no sabemos a quién haya molestado, aunque claro todavía no tenemos nada. Mientras tanto respire y espere a que podamos verificar que todo esté bien.

—Mi niña. —Entra mi madre corriendo a la habitación para darme un gran abrazo—. Estaba tan preocupada ¿Estas bien? ¿No tienes nada? Estaba tan preocupada, pero no me dejaron pasar la noche aquí.

Amelia Wembley es sin duda una de las mujeres con más elegancia y belleza del mundo, con su sangre británica ha logrado ser el ejemplo de toda Alemania, aunque en un principio ella careciera de título las cosas cambiaron cuando mi padre la encontró y la reclamó como su alma gemela, tuvo que aprender a ser una Luna y por esa razón y muchas cosas más siempre tendrá mi admiración, es mi ejemplo a seguir.

—Estoy bien madre, no se preocupe.

—Claro que me preocupo, eres mi niña. —Sonreí, admito que me gusta que me trate con tanta protección y cariño—. ¿Ya sabe que fue lo que pasó, doctor?

—Los estudios aún no han revelado nada, estoy a la espera de que salgan otros estudios a ver si detectamos algo, con su permiso. —El médico salió de la habitación.

—¿Qué fue lo que pasó después de que me desmaye?

—Todo se volvió un caos, todos creyeron que estaban atacando la boda real, los alfas se transformaron y todo se llenó de guardias y las lunas se refugiaron en la casa. Yo solo podía enfocarme en ti, tus hermanos y yo te trajimos mientras que tu padre tuvo que quedarse para organizar todo, al final no encontraron nada que dijera que había sido un ataque.

—Oh, por la diosa, arruine la boda de Alexander, debe odiarme.

—Claro que no, nadie piensa que fue tu culpa, él está tan preocupado como yo, pero tuvo que quedarse con tu padre, vendrán en un rato. —Asentí.

Después del gran regaño de parte de mi progenitora por no haber mencionado los dolores y mareos llegaron mis dos hermanos junto a mi padre. Sentí a Alexander mucho antes de que entrara incluso al hospital, junto con su preocupación.

—Ay Mallory, tenías que llamar la atención como siempre —bromea Damián.

—Cállate. —Le reprocha Alexander—. ¿Estas bien? —Se dirige a mí.

—Sí, estoy bien y enserio lamento haber arruinado la boda.

—Está bien Lory, aquí entre nos, me hiciste un gran favor —susurró esto último sonriéndome, le devolví el gesto.

—Pero, ¿ya saben que tienes? —interviene nuestro padre.

—El médico dijo que los estudios no habían revelado nada y le hicieron otros, están esperando los resultados. —Convenientemente el médico entra en ese momento.

—No encontramos nada raro en el cuerpo de la princesa Mallory, está completamente bien.

—Eso no tiene sentido, ¿Por qué los dolores y el desmayo? No puede ser que se encuentre bien —contradijo mi hermano.

—Lo sé, a lo que me refiero es que no es nada médico, está perfectamente de salud.

—¿Y entonces? — pregunta preocupada mamá..

—No lo sabemos, Luna.

—¿No puede ser por la transformación? —pregunta Damián.

—La transformación si suele traer un poco de malestar, pero no es tan drástico como para provocar un desmayo.

—¿No tiene que ver que sea princesa o algo así? —pregunte.

—Pues yo tengo sangre de Alfa y no me paso algo así —comentó Alexander.

—Las transformaciones no miden de jerarquía, todas son iguales —aclara el doctor—. Por ahora solo podemos darte unas pastillas para cuando el dolor vuelva, pero si te sigues desmayando tal vez sea tiempo de pensar en otras opciones, como la magia.

Me dieron de alta una hora más tarde, al estar bien de salud no tenía nada que hacer en el hospital. Las palabras del médico me estaban preocupando, ¿magia? ¿Alguien me estaba embrujando?

Al llegar mi madre me arrastró hasta mi habitación para obligarme a entrar en la cama de nuevo, trate de explicarle que me sentía bien, pero ella estaba empeñada en que necesitaba más reposo.

—Madre, ya le dije que estoy bien, esto no es necesario. —Intento de convencerla por milésima vez, pero fue inútil.

—Te quedaras en cama el resto del día, te traeré comida, debes estar hambrienta, cada vez te veo más flaca. —Iba a hablar pero me interrumpió —. Sin peros, señorita. —Me quede callada en lo que terminaba de arroparme—. Mallory, sabes que eres mi princesa, no dejare que nada te pase. —Y como a una niña me dio un beso en la frente antes de irse por comida.




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