—¿Como te has sentido? —La tía Nati estaba revisando mis marcas que no habían cambiado nada en estos días.
—Igual, no me han dado ataques, sí he tenido uno que otro dolor, pero pequeños.
—Mm, quizá esté mejorando y no incrementando como ya había dicho. —Tenía su mano en su barbilla, era un gesto que hacía cuando evaluaba la situación.
—Eso espero, no podría sobrevivir si los dolores llegaran a incrementar —dije recordando la vez donde Alex me tocó la cicatriz.
—Pero no podemos descuidarnos, el dolor podría regresar en cualquier momento, y hasta no encontrar la forma de controlarlo tendrás que seguir vigilada y reposando.
—Ya me duele más el cuerpo de estar acostada. —Me quejé haciendo un puchero.
—Bueno tendrás tu tiempo para ir a caminar, tal vez alrededor de la mansión, es cierto que también ocupas mantenerte fuerte.
—¡Por fin! —dije levantando los brazos. Luego voltee mi mirada a Ariana—. Sí escuchaste ¿no?
—Sí, sí escuche —dijo dándome una cálida sonrisa.
—Ah, bueno, igual ¿podría decirle eso también a mamá? —La tía Nati también se río, ¡vaya! Andaba de buen humor.
—Sí, también les informaré a tus padres de eso cuando les diga el avance.
—¿No sabe cuándo se quitaran esas cicatrices? —pregunté observandolas con malestar.
—No podría tener la certeza, ya ha pasado tiempo y no han cambiado nada. —Suspire. Intentaba parar las miles de preguntas en mi cabeza porque sabía que me llevaría a un camino oscuro.
—¿Ha descubierto algo más sobre qué tiene que ver mi mate en todo esto? —Realmente no estaba tan segura de querer saber la respuesta a esa pregunta pero era necesario hacerla.
—No, creo que la respuesta esta en los símbolos de los brazos, pero no he encontrado registro de ellos en ningún lado.
—¿Entonces?
—Creo que nuestra única opción es esperar a su cumpleaños, es en un par de semanas, si tu mate aparece en la fiesta probablemente tendremos varias respuestas con él.
De verdad esperaba que sí, pero al mismo tiempo odiaba que estuviera involucrado, no podríamos tener una historia normal de pareja.
La tía Nati se fue de mi habitación después de terminar de checarme.
—Entonces, ¿qué quieres hacer ahora? —preguntó Ariana.
—Levantarme y salir corriendo — dije totalmente seria. Ariana frunció el ceño y después sonrió.
—Te dijeron caminar, no correr —La mire unos segundos.
—Pero eso quiero hacer, quisiera poder correr lejos de ahí y que mis problemas no me siguieran —dije mirando el techo.
—Pero lamentablemente estos problemas si lo harán, porque no son de tu alrededor, son parte de ti.
—Ahora no sé si realmente quiero que llegue mi fiesta de cumpleaños —dije con la mirada perdida.
—Pero ¿por qué? —Se acostó a mi lado—. La señora Lehmann dijo que probablemente cuando encontraras a tu mate podríamos tener respuestas, ¿no las quieres?
—¿Cómo asistiré luciendo así? —Señale las cicatrices—. Además dijo que era una posibilidad, ¿y si no resuelve nada? ¿O no lo encuentro como le paso a Alex? —Ella se quedó callada, creo que no sabía que decirme sobre eso.
—Lo más probable es que lo encuentres —dijo después de unos segundos.
—Si así fuera aún queda la otra pregunta, ¿si él no resuelve nada? ¿Cómo le explicaría todo esto? —Las lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos.
—Pues tendrás que decirle la verdad.
—¿Y si no me quiere por estar maldita? —una pequeña lágrima rodo por mi mejilla.
—Mallory, es tu mate de quién hablamos, él te amará incondicionalmente, no importa qué pase, estoy segura que te apoyará tanto como pueda —Ariana tomó mi mano para confortarme.
—Lo dudo, los chicos no son así, la mayoría de mis compañeros son muy inmaduros, si alguno fuera mi mate no lo entenderían.
—Cambian mucho cuando se logran transformar, recuerda que sus lobos taren sabiduría, además no necesariamente tiene que ser un chico de tu escuela, quizá tu mate es todo un hombre ya, no sabes que edad tendrá.
—Tampoco se si aparecerá ese día, quizá no se ha transformado y tardara un tiempo.
—En ese caso tendremos mas tiempo para arreglar esto —dijo convencida.
—Y ¿si no hay manera de arreglarlo? ¿Si me quedo maldita para siempre?
—Encontraremos la forma de controlarlo o hacer que no te afecte. —Trato de responder a todas mis preguntas para darme un poco de calma—. No te preocupes, todo estará bien, no es el fin del mundo, y siempre tendrás personas que te amaran sin importar qué.
Voltee a ver esos ojos tan peculiares que tenia, ¿Cómo podía Ariana estar aquí a mi lado, apoyándome y ayudándome? No era un familiar de sangre, estaba aquí por obligación y nos acabábamos de conocer.
Y no es que ella haya sufrido menos que yo, seguramente se estuviera muriendo por dentro, su mate acababa de morir hace poco, estaba casada con alguien que acababa de conocer, lejos de su familia y amigos en un lugar extraño donde raramente podía salir, y todavía estaba aquí cargando con mi dolor, intentado que bajara, haciéndome sentir mejor.
Definitivamente era una excelente persona que era muy difícil de encontrar, a pesar de mis celos absurdos me alegraba que mi increíble hermano se haya casado con ella, no era su mate, pero estaba segura que podrían llegar a ser muy felices.
Ella me miro extrañada.
—¿Que? ¿Tengo algo en la cara? —No pude evitar reírme.
—No, estas perfecta, como siempre. —Y era cierto, no sabia como le hacia para estar siempre muy arreglada.
—Ah. —Rió junto conmigo algo extrañada.
—¿De que se ríen? —Alex apareció en la puerta llamando nuestra atención.
—De nada. —Me senté en la cama para verlo directamente.
—Mmm. —Nos mira sin creer—. Yo creo que estaban hablando se mi.
—¿Por que hablaríamos de ti? —pregunto Ariana frunciendo el ceño.
—No lo se —dijo encogiéndose de hombros—, quizá de lo guapo que estoy.